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Su implementación generó un arduo debate 
El Consejo Superior decidió estrenar un modelo de distribución por pautas

La última sesión ordinaria de este año del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Río Cuarto estuvo signada por un reñido debate que terminó con la aprobación por votos divididos de un modelo de asignación presupuestaria, para la distribución de 500 mil pesos entre las cinco facultades, correspondientes al presupuesto de este ejercicio que está por concluir.

El origen de la disputa se remonta a fines del año pasado, cuando se aprobó el presupuesto para 2006, oportunidad en la que el Consejo Superior reservó medio millón para distribuirlo entre las facultades. Así fue que se conformó una comisión de trabajo encargada de llevar adelante una propuesta de asignación por pautas objetivas, marco en el cual se tomaran en consideración variable académicas, número de estudiantes, complejidades de las carreras y dedicaciones docentes, entre otros parámetros.
Transcurrido un año, este grupo integrado por los decanos, los secretarios técnicos de las facultades y un delegado del rectorado presentó el nuevo modelo de asignación.

Un año, una década
“Las pautas son el reflejo de lo que había aprobado el Consejo Superior en el 2005”, dijo el rector Oscar Spada, al ser consultado por los motivos que llevaron a tal discusión en el Consejo Superior. Explicó que “esta distribución por pautas tiene en cuenta tres variables, que son:  una parte del modelo total, que es la economía de escala, con la distinción entre facultades chicas y grandes; la actividad académica, es decir el número de alumnos que rinden la mayor cantidad de materias en oposición a los que no aprueban más de dos materias por año; y las complejidades de las disciplinas, en el sentido de que es distinto el costo de un alumno que cursa una carrera tecnológica frente a otro que hace una carrera más de tipo teórica”.
“Esto que se hizo ahora, es el punto de partida para el año que viene”, admitió Spada y agregó: “A partir de ahora, cuando vengan fondos distribuidos a nivel nacional por un esquema de pautas, nuestra Universidad deberá hacerlo con este mecanismo o con otro que se pueda presentar y aprobar a futuro”.
Spada destacó la participación de todas las unidades académicas en la elaboración de este nuevo diseño, al tiempo que relativizó las posiciones en contrario. “Es lógico que se debata. Nosotros nos demoramos un año para elaborar este modelo y ponernos de acuerdo, mientras que a nivel nacional unificar un método llevó una década”.

Urgencia
Si bien 325 mil pesos de los 500 mil ya fueron entregados en cinco partes de 65 mil pesos entre las facultades, por lo que quedan a liquidar sólo 175 mil pesos, las posiciones en contrario surgieron a partir de la presentación de este esquema de repartición.
Los estudiantes pidieron que el cuerpo deliberativo se tomara unos días para la aprobación de este modelo, puesto que ellos no lo terminaban de entender lo suficiente como para tomar una postura.  Sin embargo, primó la urgencia por la obtención de este dinero por parte de las facultades, lo cual llevó a que se impusiera la moción del consejero auxiliar docente Carlos Valentinuzzi, que con el apoyo explícito de la decana de Ciencias Exactas, Gladys Mori, promovió la aplicación de la flamante modalidad de distribución.
Agronomía y Veterinaria recibió un 26,78 por ciento de la torta, mientras que Ingeniería se quedó con un 14,69 por ciento. En el medio están Ciencias Exactas, con 21,87 por ciento; Ciencias Humanas, con 21,61 por ciento, y Ciencias Económicas, con el 15,02 por ciento.


De los 500 mil pesos ya fueron entregados 325 mil en cinco partes de 65 mil entre las facultades. Quedan a liquidar sólo 175 mil pesos.
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