Don Américo Di Cola no
se fue del todo
El Centro de Estudios Filosóficos recibió
doscientos libros donados por un alumno
“El Américo” se va a llamar la biblioteca del Centro de
Estudios Filosóficos de la Facultad de Ciencias Humanas. Es el homenaje
a Américo Di Cola, a quien la muerte lo encontró el año
pasado estudiando Filosofía.
Del acto, en el aula 3 del pabellón 2, además de Silvia,
hija de Américo, participaron Juan José Busso, vicerrector
de la UNRC; Diana Sigal, secretaria de Ciencia y Técnica de Ciencias
Humanas; Gabriela Müller, vicecoordinadora del Centro de Estudios
Filosóficos; Juan Scarpacci, docente del Departamento de Filosofía.
Se sumaron otros profesores, amigos y compañeros de carrera del
hombre que donó 200 libros a la biblioteca que en estos días
está en el cubículo 24 del pabellón B de la Facultad.
“Don Américo era un hombre bueno que legó los libros
a quienes, como él, tenían inquietud por las ideas”, dijo
Müller, quien destacó que “en una sociedad en la que no hay
lugar para el pensamiento, con recetas que clausuran la posibilidad de
reflexión, la filosofía es un espacio necesario”. Apuntó
además que “mediante el pensamiento crítico, reflexivo y
la búsqueda en ideas de filósofos de todas las épocas
es posible generar nuevas ideas”.
“Era su lugar en el mundo”, ilustró Silvia, su hija, la relación
de Américo con la Universidad. Agradeció a los profesores
de la carrera y a sus compañeros de clase, “chicos jóvenes
que lloraron su muerte”. Lo recordó como un hombre de “amor a la
vida, a la justicia, a la solidaridad” que “vivió y luchó
para que no hubiera hambre”.
“Don Américo cursó algunas materias en las que estoy”,
comenzó Juan Scarpacci de quien donó libros variados, “de
San Agustín a Bertrand Russell”, para conformar “una biblioteca,
que es el testimonio de alguien que buscó”.
. “Tenía una suerte de escándalo con el mal, lo cual
está un poco fuera de época”. “Era un filósofo que
no estudiaba ni por prestigio ni por dinero”. Recordó que “creía
en el socialismo”, tenía “rebeldía con Dios” y decía
las cosas “con mucho énfasis”.
Para todos
Gabriela Müller sostuvo que el Centro de Estudios Filosóficos,
que ahora cuenta con los 200 libros de Américo Di Cola, “nace para
contener a los egresados y seguir en contacto con ellos”. Con el tiempo
amplió sus objetivos, uno de los cuales es “incorporar gente de
distintas áreas y de la comunidad de Río Cuarto en general,
con quienes compartir inquietudes del pensamiento”. |
Silvia Di Cola, su hija, y Juan Scarpacci, uno de sus docentes
en Filosofía, recordaron a don Américo como un buen hombre
de lucha. |