Opiniones
El amor en tiempos de … SIDA
Cecilia Griselda Aravena. Administrativa Dirección de Salud
Se ha hablado mucho acerca del SIDA, pero parece que nunca es suficiente.
Aún después de tantos años de iniciada la lucha, sigue
creciendo el número de personas infectadas o VIH positivas.
En que fallamos? Pareciera que el exceso de palabras y el recalcar
lo que no se debe hacer, obra en contra de la protección que esperamos
brindar. Seguimos utilizando preservativos con el fin fundamental de “no
meter la pata” y tener que hacernos cargo de un bebé, y no, de meter
la pata llendo de amigovio/a en amigovio/a.
Quién nos garantiza que en algún momento alguna de estas
parejas ocasionales no haya tenido el cuidado suficiente? El SIDA es lo
peor? Pareciera que no se tiene en cuenta las otras enfermedades de transmisión
sexual, las viejas y conocidas SIFILIS, GONORREA, etc., que pueden dejar
una huella imborrable en quien se la pesque y no se haga tratar a tiempo.
No nos podemos imaginar la vida tomando un coctel anti Sida. La sífilis
puede causar daño permanente al sistema nervioso y cardiovascular
y ceguera en los bebés. La gonorrea puede causar infertilidad, la
enfermedad inflamatoria pélvica y problemas cardiacos, además
de partos prematuros o parto de un feto muerto
Cuidado... se Pegan: Gonorrea, Sífilis, Clamidia, Vaginosis
bacteriana, Tricomoniasis, Herpes, Hepatitis, Verrugas, Piojos, VIH/SIDA,
Infección de orina.
No podemos descuidarnos nosotros mismos y a quien tenemos a nuestro
lado. Como reza el dicho, el arrepentimiento llega tarde.
Ya no pasa por el tema religioso, ni por el libertinaje. Los extremos
siempre son malos. Adonde quedó el AMOR?.
El concurrir a una Universidad, no da vía libre para hacer cosas
que uno no haría en el seno de su familia.
Si no tenemos Amor hacia quien comparte nuestra vida “afectiva”, no
debemos olvidar que debemos Amarnos a nosotros mismos, cuidándonos,
protegiéndonos de lo que conocemos puede llegar a pasarnos y que
lamentaremos de por vida.
La época Universitaria, es imborrable en nuestras vidas: Amigos/as,
novios/as, profesores y profesoras que nos marcan, experiencias vividas.
No dejemos que dentro de esas experiencias se encuentre aquella que
llevaremos a cuestas hasta nuestra muerte, no precisamente como una linda
anécdota, sino como una cruz de mil toneladas.
Si querés cuidarte con el uso del preservativo, bárbaro,
si optas por la abstinencia, mejor aún, menos riesgo para vos. Pero
no te olvides que es tu decisión, no vas a poder culpar a nadie
más de lo que te pueda ocurrir.
La palabra Amor suena cursi en esta época, pero significa afecto,
un profundo afecto.
¡Que mejor destinatario que vos mismo!
Fuente citada: www.infosexo.org
Cómo duele el celeste y blanco
(Al Gran Pueblo Argentino ¡Salud!)
Por Cesia Galván, alumna de primer año
de Licenciatura en Psicopedagogía
Ay! Cómo duele el celeste y blanco,
Manchadas nuestras manos de sangre,
Llora un niño pequeño en soledad,
Por las calles que un día fueron la gloria.
¡Cómo duelen en el pecho las balas
que tiramos unos contra otros!
Hijos de una misma madre,
como animales, como fieras desesperadas.
¡Ay! Cómo dueles Argentina querida!
¿En qué momento nos convertimos en estos
Monstruos que somos?
¿Quién dejó la puerta abierta para
que
entrara este mal?
Cómo duelen las lágrimas de ancianos,
que añoran tiempos pasados.
Tiempos mejores.
Cómo duelen las manos cansadas de
aquellos que construyeron con sudor
lo que hoy un montón de cobardes
estamos destruyendo.
Duele el maestro esperando
mientras arriba burlan su esperanza.
Duele lo poco que tienen muchos
Y lo mucho que pocos tienen.
¡Ay! ¡Cómo dueles Argentina bendita!
Te hemos dejado en manos extrañas
ocupados en nuestro propio éxito.
¡Cómo duelen los corazones inundados,
sin casa, sin techo, que hoy todo perdieron.
La justicia tomó vuelo lejos de este país
y ya no quiere volver jamás.
Duele el frío de sus pies descalzos.
Desamparada, escondida llora en un rincón.
Se han llevado lo mejor de ti.
¿Qué hemos hecho con tu belleza?
¡Ay! ¡Cómo dueles Argentina amada!
Se escuchan los lamentos desde el Norte.
El asesino se echa sobre tu cuerpo sin vida.
El ladrón se ríe de tu ingenuidad.
¡Pobre mi Argentina desolada!
Camina con miedo, con incertidumbre.
¿Quién vendrá en tu ayuda?
¿Quién te devolverá tus hijos desaparecidos?
El malvado, el corrupto, hacen harapos de tus ropas.
El pobre se viste con esos harapos.
¡Cómo duele tu sonrisa de esperanza!
¡Se han llevado hasta tus dientes!
¿Quién le explica a una madre que
la muerte se ha llevado el alma de su hijo?
¡Cómo duele el celeste y blanco!
Para aquellos que aún hoy te amamos…
¡Ay! ¡Cómo dueles Argentina en el
pecho!
En el pecho de tus hijos vivos.
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