Seminario sobre Propiedad Intelectual
Subrayan la importancia de proteger las innovaciones
e informarse sobre el desarrollo de patentes en la competencia
Los especialistas José Luis Herce Vigil, director adjunto
de la división de Información de la Organización Mundial
de la Propiedad Intelectual (OMPI); Luis Martinángelo, asesor legal
del Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI), y Roberto Filini,
del Departamento de Información Tecnológica del mismo organismo,
coincidieron en destacar que para un mayor crecimiento y desarrollo de
pequeñas y medianas empresas en el mundo globalizado de hoy es fundamental,
en primer término, patentar y proteger las innovaciones y, en segundo
término, conocer e informarse sobre los avances tecnológicos
de la competencia para intentar superarlos de acuerdo con las necesidades
de los mercados.
Los tres disertaron en la Universidad en el marco del Seminario sobre
Propiedad Intelectual para fines empresariales y Desarrollo, organizado
por la Secretaría de Extensión de esta casa de estudios y
con el apoyo de la OMPI y el INPI.
Herce Vigil disertó sobre la propiedad intelectual como herramienta
para la innovación, la transferencia de tecnología, las iniciativas
empresariales y el desarrollo tecnológico, y los derechos de propiedad
industrial. Luis Martinángelo expuso sobre sistema de propiedad
industrial en Argentina, sus procedimientos y criterios de patentabilidad.
Y Roberto Filini habló sobre las patentes como fuente de información
tecnológica y la vigilancia tecnológica como herramienta
para la competitividad y para la planificación estratégica
de la empresa.
Herce Vigil se introdujo en la problemática de la territorialidad
de la patentes, y más que destacar su función de protección
para la explotación industrial-comercial de las mismas, hizo hincapié
en el valor de las mismas tienen para el desarrollo tecnológico
de los países en desarrollo. “Cuando se patenta un producto o proceso
se le otorga exclusividad en la explotación por 20 años,
pero sólo en el país en la que fue registrada. Pero a la
vez, esa exclusividad tiene que ser acompañada por una descripción
detallada de la novedad patentada. Y de ahí el valor informativo
del registro de patentes como fuente para el desarrollo tecnológico
de los países emergentes”, explicó.
Agregó que también muchas veces la capacidad de generar
nuevas tecnologías tiene que ver con la capacidad y voluntad de
inversión de las empresas privadas.
Señaló que hay distintos tipos de políticas en
los países para las patentes. Por ejemplo, en Alemania se venden
las patentes desde las universidades, en cambio en EE. UU, la universidad
inventora cobra un porcentaje sobre cada venta del producto. Por ejemplo,
citó el caso de la bebida Gatorade, desarrollada por la Universidad
de Florida, a la que le corresponde el 3% de lo recaudado como derecho
de patente.
En ese sentido marcó la diferencia con las universidades europeas,
que reciben financiamiento para el desarrollo de los proyectos pero quedan
al margen de las utilidades de los resultados.
Por su parte, Luis Martinángelo, asesor Legal de la Administración
Nacional de Patentes del INPI, explicó las distintas actividades
del Instituto Nacional de Patentes con respecto a los derechos de propiedad
industrial, marcas, patentes, modelos y diseños y la transferencia
de la tecnología que se pueden llevar a cabo. “Estos son activos
intangibles importantes para la actividad económica y empresaria,
aunque no son problemas tanto de la gran empresa sino de la pequeña
y mediana empresa, que son los motores de la economía. Y nosotros
desplegamos todo un conjunto de actividades desde el Instituto para proteger
los derechos de las pymes”, enfatizó.
Sostuvo que el principal problema que en materia de derechos de propiedad
industrial afecta a las pymes es la desinformación.
En tanto, Roberto Filini, refirió a la búsqueda de información
en base de datos de patentes nacionales e internacionales: “La información
es la base de donde podemos saber que están haciendo otras empresas,
qué innovaciones tienen, así podremos ubicarnos en los mercados
y de esta forma pensar en estrategias competitivas para nuestras empresas”,
detalló.
“En la Argentina prácticamente no hay vigilancia tecnológica,
este es un problema fundamental, porque con la vigilancia podemos conocer
y estar al tanto en que se está trabajando en materia tecnológica
en otros países y en la competencia”.
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