Resultado de una investigación de Ciencias
Exactas
Niños alérgicos a la leche de vaca podrán
reemplazarla por leche de yegua
Una investigación de Noemí Rodríguez, del
Departamento de Microbiología e Inmunología de Ciencias Exactas,
reveló que los niños alérgicos a la leche de vaca
podrán consumir leche de yegua y mantener los parámetros
normales de nutrición.
Los resultados determinaron que la leche de yegua constituye una excelente
alternativa alimenticia para aquellos niños que padecen algún
tipo de alergia a la leche de vaca con base inmunológica.
Las únicas alternativas eran productos muy costosos. Por ello,
“el gran objetivo fue encontrar alternativas para lograr a la vez reestablecer
parámetros inmunológicos y de crecimiento en los niños”,
expresó la doctora Rodríguez. Dijo que la alternativa es
leche de yegua obtenida por ordeño manual sin ninguna clase de procesamiento
industrial. “Es simplemente leche extraída de la yegua y tras ser
hervida durante veinte minutos se destruyen las proteínas que podrían
generar un proceso alérgico”. La doctora aclaró que la leche
de vaca, a pesar de ser hervida, mantiene esas proteínas con capacidad
potencial de inducir algún proceso alérgico. Además,
remarcó que la leche de yegua sigue siendo la más parecida
a la humana.
Diferencias
Según Rodríguez, la leche de yegua tiene un alto contenido
en lactosa, un hidrato de carbono que favorece la absorción de todos
los otros nutrientes, mientras que algunas fórmulas basadas en soja
son deslactosadas y no convenientes para niños con problemas de
pérdidas nutricionales por una deficiencia en la alimentación
o por una alergia.
La investigación se realizó con una población
de 104 niños de entre 3 meses a 5 años, alérgicos
a la leche de vaca con una intolerancia de base inmunológica.
Según la doctora Rodríguez, muchos de esos niños presentaban
cuadros de desnutrición devenidos de la falta de consumo de leche
de vaca.
Del total, 26 comenzaron a consumir leche de yegua como alternativa
a la leche de vaca con excelentes resultados, “reduciendo los cuadros de
desnutrición”. A través del estudio quedó demostrado
que “había ganancia de peso real, aumento de los niveles de calcio
sanguíneo y que se habían mejorado todos los parámetros
tanto inmunológicos como de crecimiento”, dijo Rodríguez.
Agregó que “ningún niño manifestó rechazo hacia
el consumo de leche de yegua, ya sea por la presencia de algún cuadro
gastrointestinal, o porque simplemente no le hubiera gustado esa leche.
Tampoco se evidenciaron anomalías cutáneas o respiratorias
que son las más clásicas”.
Según la docente la falta de la leche de yegua en el mercado
responde a una cuestión cultural: “La cultura occidental ha optado
por la leche de vaca pero hay otras culturas, como los mongoles, que usan
la leche de yegua como nosotros la de vaca”, expresó Rodríguez.
También agregó que es difícil de conseguir la leche
de yegua porque la gente no está preparada para ordeñar a
una yegua.
La investigación formó parte del trabajo final de Doctorado
en Ciencias Biológicas titulado “Evaluación inmunológica
y parámetros de nutrición en niños alérgicos
a leche de vaca alimentados con fórmulas alternativas”. |
Según la doctora Rodríguez, la falta de la leche
de yegua en el mercado responde a una cuestión cultural.
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