Hubo un reconocimiento a sus contribuciones
al respeto por los derechos humanos, la paz y los valores
El pianista Miguel Angel Estrella fue investido Doctor
Honoris Causa de la Universidad
En un acto cargado de solemnidad y emociones, la Universidad le
otorgó el título de Doctor Honoris Causa al pianista Miguel
Ángel Estrella, en reconocimiento a su contribución a la
sociedad argentina.
El rector Oscar Spada fue encargado de entregarle esta alta distinción
al maestro Estrella, tributo que se le ha rendido hasta ahora a sólo
otras once personalidades, entre las que se destacan el médico René
Favaloro, el escritor Juan Filloy, y el escultor Adolfo Pérez
Esquivel y el pedagogo Paulo Freire.
Músico de la humanidad
“Estamos en presencia de una persona que teniendo la posibilidad de
ser un excelente músico, como lo es, pero dijo no sólo uno
se tiene que llenar de gloria con la música, sino que se tiene que
llenar de gloria con la música, compartiéndola con la gente”,
sostuvo Spada en referencia al músico que goza de reconocimiento
internacional, a quien calificó como “un músico de la humanidad”,
que “tiene la capacidad, la historia y el esfuerzo para mostrarnos que
tenemos muchas cosas para aprender”.
El rector dejó de lado el discurso de varias páginas
que tenía sobre el atril. “Las características de la persona
de la que estoy hablando hicieron que rompiera el protocolo”, explicó.
Y agregó: “La nuestra es una Universidad muy joven y pujante, en
la que todos los días peleamos por ideales. Uno está convencido
de que en nuestra Universidad tenemos una gran vocación de progreso,
de comprometernos con la sociedad y construir una muy buena universidad”.
La ceremonia se concretó en el Aula Mayor, donde compartieron
el estrado con el rector Oscar Spada y el destacado músico, el vicerrector
Juan José Busso y los decanos de Agronomía y Veterinaria,
Gabriel Alcantú; de Ciencias Económicas, Fernando Lagrave;
de Ciencias Exactas, Gladys Mori, y de Ciencias Humanas, Zulma Larrea,
además del vicedecano de Ingeniería, Carlos Bortis.
Tras la entonación del Himno Nacional se dio lectura a la resolución
del Consejo Superior por la cual se dispuso a fines del año pasado
esta distinción para Estrella. Se destaca de Estrella “su trabajo
permanente para contribuir a la construcción de una mejor sociedad,
donde la justicia, la solidaridad, el bienestar y la alegría sean
patrimonio de todos, por favorecer la paz”.
También se enfatiza la creación por parte del agasajado
de la Fundación Internacional Música Esperanza (FIME), que
surgió cuando fue secuestrado por los militares argentinos en Uruguay,
“momento en que se consolida su convicción de que compartir es la
base de una convivencia pacífica entre los hombres”, se indicó.
Después, se mencionaron los proyectos que incluye la Fundación:
Orquesta por la Paz, Conjunto Aramea, Embajada Musical Andina, Programas
para la Infancia, Músicos Sociales, Carrera de Promotores Socio-Culturales
en Arte, Programa de Desarrollo Integrado y La Voz de los Sin Voz.
Investidura
“Por la UNRC y por resolución de su Consejo Superior, en testimonio
del reconocimiento de sus relevantes contribuciones al respeto por los
derechos humanos, la paz y los valores éticos contribuciones al
respeto por los derechos humanos, la paz y los valores éticos y
morales, ha sido nombrado Doctor Honoris Causa”, dijo el rector Spada,
al investir con el grado al maestro Miguel Ángel Estrella. Y agregó:
“En virtud de la autoridad que me está conferida le entrego dicho
titulo”. De inmediato, el Aula Mayor estalló en un pronunciado aplauso,
que se extendió durante varios minutos, mientras el homenajeado
recibía la resolución del Consejo Superior, por la que se
le otorgó este reconocimiento, el correspondiente diploma y la medalla
de la UNRC, que con una cinta celeste y blanca, Spada colocó en
el cuello de un Estrella visiblemente emocionado.
“Tu sonrisa es subversiva”
Estrella recibió la bienvenida del rector, los decanos y el
intendente Antonio Rins, entre otros 15 invitados especiales. Firmó
el libro de visitantes ilustres, donde dejó el siguiente mensaje:
“Qué honor para mí compartir con Adolfo Pérez Esquivel
esta página –que antes tuvo el mismo reconocimiento de la UNRC-.
Recibir un Doctor Honoris Causa tiene en este caso para mí una emoción
suplementaria por tratarse de un lugar vibrante en nuestra Argentina profunda.
Hablar con ustedes esta mañana (la del miércoles) ha poblado
de sueños sobre los que seguramente construiremos juntos algo útil
y necesario. Los quiere y abraza Miguel Ángel Estrella. 23 de mayo
de 2007, en recuerdo de Atahualpa Yupanqui”.
Escoltado por el vicerrector Juan José Busso, el rector Spada
y el intendente Rins, Estrella tomó la palabra y relató las
amenazas de los torturadores de la dictadura: “Tu sonrisa es subversiva,
tu piano es subversivo. Sos un subversivo. Les has hecho creer a la negrada
que pueden escuchar a Beethoven y eso no te lo vamos a perdonar”. |
En el piano de cola de la Universidad, Estrella
ejecutó la zamba tucumana “La pobrecita”, de Atahualpa Yupanqui,
a quien dedicó su mini recital, en el día en que se cumplieron
15 años de su muerte.
Jonatan, un muchacho pobre, que se enamoró de
Beethoven
Jonatan, un joven pobre del sur del Gran Buenos Aires,
rodeado de otros muchos chicos en idéntica situación de exclusión
social, se convirtieron en los protagonistas de la historia que Miguel
Ángel Estrella eligió contar en este paso por la UNRC. Su
relato vívido y verosímil entretuvo durante más de
media hora a un público sediento por adentrarse en la particular
filosofía de vida de este artista, que hace degustar de la música
selecta a los desprotegidos de las villa miserias.
Muchacho que impostaba la voz “para hacerse el macho”.
Hincó una y otra vez al pianista Miguel Ángel Estrella con
el apelativo “tocá algo de Rodrigo”. Fue en Adrogué,
una mañana fría de junio, a dos días de la muerte
del popular cuarteteto del que Jonatan era fanático. Estrella, que
había viajado para compartir un momento musical con los humildes
de esa localidad del Partido de Almirante Brown, enfrentó la osadía
del joven contando la humanitaria y triste historia de Beethoven, a la
que contrapuso el impulso marketinero que llevó a la fama a Rodrigo
Bueno, por quien les dijo tener estima. Y ahí no más –según
contó Estrella- les hizo escuchar varias piezas del compositor alemán,
de quien Jonatan finalmente se enamoró.
El flamante Doctor Honoris Causa de la Universidad lo
contó en el transcurso de su disertación “La música
en el desarrollo humano”, la cual cerró con la zamba “La pobrecita”.
Luego interpretó “Nocturno en Do menor”, de Chopin, obra que comenzó
a leer cuando hacía el duelo por la muerte de su mujer y tocó
por primera vez ante unos 50 campesinos de los Valles Calchaquíes,
entre los que estaba el Indio Santana, a quien logró arrancarle
una lágrima, como a más de uno de los universitarios en el
Aula Mayor.
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