Miguel Angel Estrella-Doctor
Honoris Causa de la UNRC
“Siento cuando toco que las manos se me estiran y
acaricio al público con el sonido del piano”
Clavadas las 10.15 del miércoles 23 de mayo y llega al
campus de la UNRC, el eximio pianista tucumano Miguel Angel Estrella. En
la explanada de Agronomía y Veterinaria lo espera el rector Oscar
Federico Spada. Se funden en un abrazo. Estrella lleva un riguroso traje
azul de corderoy. El escudo de la UNESCO y la escarapela en su pecho. Andar
cansino, palabra serena, se entrevista con los medios. Recuerda sus dificultades
con los militares en los años de plomo. Expresa su esperanza en
la Argentina del futuro. Rescata el rol de la universidad en el cambio
social. Y sonríe con ternura cuando se lo consulta por su presencia
a plena música clásica en las villas miserias.
¿Qué significa para Ud. que la UNRC lo declare Doctor
Honoris Causa?
Me siento muy honrado de ser Doctor Honoris Causa de una Universidad
de la Argentina profunda. Esto le habla a mi corazón mucha más
que si fuera una universidad extranjera. Además está dentro
de Córdoba, una provincia que a mí me gusta mucho. Ya en
los años ‘60 me tocó la colimba en Córdoba y fue mi
primer contacto con las Fuerzas Armadas de aquellos tiempos. Fue una experiencia
muy traumática pero pude conocer unos amigos maravillosos. Descubrí
cosas que no conocía. Por ejemplo, yo que tengo una formación
católica descubrí el protestantismo. Un compañero
y su familia nos ayudaban a los que veníamos de lejos y no teníamos
recursos.
¿Luego vinieron tiempo difíciles con las Fuerzas Armadas?
Allí tuve que conocer la cara desnuda de ellos, ya que los que
estábamos secuestrados en el Plan Cóndor de Uruguay teníamos
como destino la ESMA o sea que nuestro destino era tirarnos al mar. Y te
hablaban a calzón quitado, me decían que dejara de rezarle
a Dios porque Dios somos nosotros, que te vamos a cortar las manos, que
te va a pasar lo mismo que a Víctor Jara en Chile porque sos peor
que los guerrilleros, tenés un piano subversivo, una sonrisa subversiva,
te metés a la negrada en el bolsillo. Todas esas cosas terribles
que increíblemente una persona pueda decir.
¿Sin embargo Ud. ha tocado hace poco en un cuartel en la Argentina?
Sí, así es. Son las cosas que te permite este periodo
tan particular de la Argentina y lo digo en el mejor sentido. Mire, yo
creo que nunca tuve tantas esperanzas en el país como en esta etapa
que estamos viviendo. Hace un tiempo Filmus había planteado en la
UNESCO un proyecto de canje de deuda por educación. Sostenía
que siempre todo el mundo coincidía en la necesidad de luchar contra
la educación pero no se avanza. Entonces si realmente la preocupación
central del mundo es la educación pues hagamos canje de deuda por
educación. Yo creo que esto es una idea buena que no se conoce.
Además veo que la Argentina quiere llevar el presupuesto educativo
al 6 por ciento, algo que es muy positivo.
En estas condiciones yo como Embajador de la UNESCO puedo trabajar
para mi país. Estamos llevando adelante con el gobierno un programa
piloto para las villas miserias argentinas y sudamericanas.
¿Qué significa que la Universidad tenga un Doctor Honoris
Causa que sea un artista y no un científico?
Mire, esperamos poder trabajar juntos en alguna acción con la
UNRC y los jóvenes para luchar para que haya cada vez menos pobres
y para favorecer la diversidad cultural de tal manera que la expectativa
social vaya más allá del modelo menemista de que en la vida
hay que ser ricos y famosos. Creo por el contrario que tenemos que luchar
contra todos estos deterioros que vemos en la sociedad, que suponen violencia
y desigualdad social.
¿Cómo fue la experiencia de tocar la música
clásica en las villas miserias?
Con Marta, mi mujer, empezamos por solidaridad con los más pobres.
Y también porque nos perturbaba en el conservatorio que todo el
mundo diga que la música es un lenguaje universal pero que en realidad
se tiraba a las grandes salas nacionales e internacionales. Esto nos perturbaba
porque para nosotros la música era algo religioso, en el sentido
de la comunión con los demás, en el sentido de ofrecer con
las manos y con la voz lo mejor de la vida mediante el instrumento que
domina.
Yo siento a veces cuando toco que las manos se me estiran y acaricio
al público con el sonido. Mucha gente me lo dice. Los primeros en
decirlo fueron los campesinos de los valles calchaquíes. “Es como
si me acariciaras el alma, changuito, con esa música”, me decían.
Ellos no sabían quién era Mozart, Brahms. Yo les decía
pónganle nombre, entonces ellos me decían “la música
limpita, la música melancólica, la música triste,
la música de la muerte, del amor”. Y la verdad le pegaban
muy bien…muy bien.
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Miguel Estrella: “Tenemos que luchar contra todos estos deterioros
que vemos en la sociedad, que suponen violencia y desigualdad social”.
Un cuadro de la alegría en el Aula Mayor
Hubo varios momentos conmovedores en el día en
que Miguel Angel Estrella fue declarado Doctor Honoris Causa de la UNRC.
Por ejemplo, cuando el pianista recibió de manos del rector y del
pintor local Haroldo Cortés un cuadro -paisaje de cercanías
de la localidad de Sebastián Elcano- con el cual la Universidad
agasajó a Miguel Angel Estrella.
Quizás por la mirada sensible de Estrella hacia
la obra, acaso por haber sido elegido para que un trabajo suyo fuera el
presente, Cortés expresó a la prensa su “felicidad y gran
emoción por estar en este acontecimiento, es una linda alegría”.
Entre la familia y Evita
Miguel Angel Estrella es un hombre de afectos. En el
acto en que recibió el título de Doctor Honoris Causa comenzó
mencionando a su hermano Jorge, de quien dijo es su mejor amigo, quien
le habría preguntado el miércoles de la distinción
“cómo hacés para soportar tanta emoción”. Esa fue
la forma con la que agradeció a los universitarios el recibimiento.
Luego siguió su relato, llano y cargado de anécdotas,
en el que dejó ver a un hombre gran contador de historias, que usa
las palabras vulgares de las mayorías populares, enamorado su esposa
muerta, peronista admirador de Evita, tucumano amante de los secretos de
los Valles Calchaquíes, trotamundos que sobrevivió a la persecución
y la tortura de la dictadura militar, familiero y amigo de los amigos.
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