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Neumonía

La neumonía, o pulmonía, es una de las enfermedades respiratorias por contagio más severa y es, a la vez, muy frecuente en invierno. Alrededor de una de cada cien personas contrae neumonía por año. En muchos casos, su desarrollo es consecuencia de enfermedades respiratorias más leves que no son tratadas adecuadamente.

En líneas generales, la neumonía es una infección o una inflamación de los pulmones, por la cual sus sacos de aire se llenan de líquido y mucosidad. Ello dificulta la oxigenación de la sangre afectando el funcionamiento de las células del cuerpo.
Existen diferentes tipos de neumonías de acuerdo al agente que la provoque. La más común es la de origen viral y es la que afecta principalmente a los niños. En la mayoría de los casos es de corta duración y responde bien a los tratamientos.
La neumonía bacteriana es la segunda en frecuencia, suele atacar a personas de cualquier edad, generalmente con sistemas inmunológicos debilitados. Las bacterias que causan la neumonía están presentes en algunas gargantas sanas. Cuando la resistencia de una persona disminuye, las bacterias pueden entrar a los pulmones e inflamar los sacos de aire. Si no es tratada a tiempo, la infección se disemina rápidamente por el torrente sanguíneo, afectando todo el organismo.
La neumonía por micoplasma es causada por este tipo de organismos. En general se presenta de forma leve y generalizada. Afecta a personas de cualquier edad, pero es más común en niños de mayor edad y en adultos jóvenes. El índice de muerte es bajo, incluso cuando no se la trata.
De frecuencia menor, existen otros tipos de neumonías causadas por hongos, tumores, aspiración de gases o alimentos. Estas varían en su gravedad y duración y se dan más aisladamente.

Síntomas
Los síntomas típicos de la neumonía son similares en los niños y en los adultos. Pueden aparecer aislados o combinarse:
-Fiebre, escalofríos y sudoración. 
-Tos con expectoración mucosa. 
-Dolor torácico que aumenta al respirar y toser. 
-Dolor de cabeza. 
-Dolores musculares y articulares. 
-Falta de apetito, debilidad y malestar general. 
-Dificultad para respirar, en algunos casos. 
-Respiración ronca o sibilante. 
-Vómitos o dolor de estómago (en niños).
Algunas veces, los únicos síntomas son fiebre y respiración acelerada. Otras, cuando la neumonía es en la parte inferior de los pulmones, cerca del abdomen, puede manifestarse fiebre y dolor abdominal solamente.
En los niños, suelen observarse casos más comprometidos y con mayor cantidad de síntomas en las neumonías bacterianas. Cuando la neumonía es viral, los síntomas suelen presentarse gradualmente y generalmente es menos severa.

Tratamiento y duración
El tiempo de duración de una neumonía varía según su origen. En general y con tratamiento, es de una a dos semanas. Las neumonías virales o por micoplasma pueden durar más tiempo.
El período de incubación también esta determinado por el germen que la cause, este puede ir de 18 horas a 6 días. El nivel de contagio es alto y se produce a través de tos, estornudos y el uso compartido de vasos y utensilios de cocina.
El tratamiento para las neumonías virales es mínimo ya que se curan solas una vez concluido el ciclo del virus. Generalmente no necesitan de internación, salvo en el caso de los niños para prevenir la deshidratación y posibles complicaciones.
Los antibióticos se utilizan para las neumonías bacterianas, por micoplasama u otras específicas. Las personas sanas generalmente reaccionan bien al tratamiento.
Es importante mantener la medicación y el reposo, de acuerdo a las pautas del médico, aunque hayan desaparecido los síntomas. Un descuido en el tratamiento puede favorecer las recaídas, que en la mayoría de los casos, suelen ser aún más graves.

Fuentes: www.lungusa.com; www.apeap.org; www.tuotromedico.com; Children’s Hospitals and Clinics of Minnesota.2004

 

 

Medidas generales de prevención
• Ventilar diariamente las habitaciones.
• Evitar los ambientes con humo de cigarrillo.
• Evitar hervir jarros de agua encima de estufas o braseros.
• No quemar basuras ni hojas, tanto en la calle como el las viviendas.
• Utilizar un paño húmedo para el aseo doméstico y evitar levantar polvo al barrer.
• Si en el hogar hay un enfermo con gripe, lavarse bien las manos después del contacto con éste.
 
 
 
 


 
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