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Meningitis
La meningitis, más frecuente en los meses fríos
y al comienzo de la primavera, es una enfermedad que afecta principalmente
a niños menores de 5 años. Es una infección que causa
inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula
espinal y su origen puede ser viral o bacteriano.
La meningitis viral es más frecuente y moderada que la bacteriana.
En estos casos, generalmente la enfermedad se desarrolla como una complicación
de virus gastrointestinales, aunque son más de diez los posibles
virus causantes.
La meningitis bacteriana es menos común pero extremadamente
grave, requiere de hospitalización inmediata y puede causar la muerte
o daño cerebral aún con tratamiento. Existen tres tipos de
bacterias causantes más comunes y, en todos los casos, deben medicarse
antibióticos específicos.
Causas y síntomas
Todos los tipos de meningitis virales se producen por contagio y transmisión
de los virus causantes.
Las meningitis bacterianas pueden generarse a partir del contacto con
una persona enferma o por complicación de otras dolencias. El contagio
puede producirse a través de la sangre, las secreciones nasales
y la saliva (al toser, estornudar o usar los mismos utensilios). También
puede desarrollarse a partir de infecciones en los huesos del cráneo,
traumatismos profundos en esta zona, fístulas congénitas
o intervenciones neuroquirúrgicas.
Los síntomas son los mismos tanto en una meningitis viral
como en una bacteriana.
Fiebre alta y escalofríos
Dolor de cabeza intenso
Náuseas y vómitos
Cuello rígido
Congestión nasal
Sensibilidad a la luz
Alteración del estado mental
Pueden presentarse síntomas adicionales más peligrosos
como:
Alteración de la conciencia
Adormecimiento y postración
Presencia de manchas en la piel
Convulsiones
Dolores musculares generalizados
Diarrea
Respiración acelerada
En los bebés, fontanelas abultadas
La infección se desarrolla entre los dos y los diez días
después del contagio. Las meningitis bacterianas deben tratarse
antes de las 24-36 horas de aparecidos los síntomas, aunque esto
no reduce totalmente el riesgo de muerte. La precocidad del tratamiento
es determinante para reducir tanto la mortalidad como posibles lesiones
irreversibles.
Tratamiento
El tratamiento varía según el origen sea viral o bacteriano.
La meningitis viral se trata con reposo, control de la fiebre y analgésicos.
En la meningitis bacteriana, el afectado debe someterse a punción
lumbar, análisis clínicos y tomografía computada
si es necesario para determinar el tipo de bacteria. Inmediatamente deben
administrarse los antibióticos correspondientes y un tratamiento
antiedema cerebral.
Prevención
Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.
Evitar el hacinamiento en la vivienda y en sitios laborales, fomentando
la ventilación de los ambientes en lugares con alta concentración
de personas.
En las instituciones cerradas (jardines de infantes, guarderías,
institutos de menores, etc.) los niños deben poseer su esquema nacional
de vacunación completo.
En el caso de comedores escuelas, jardines de infantes y guarderías,
es recomendable no compartir vasos, utensilios, caramelos, toallas, chupetines,
chupetes, etc.
Limpieza diaria, para lograr las mejores condiciones de higiene posibles.
Se debe poner especial énfasis en la limpieza y desinfección
de pisos.
Limpieza y desinfección de los baños.
Ventilación de los ambientes en forma diaria, aunque haga
frío.
Fuentes: es.wilkipedia.org; www.medlineplus.gov; www.tuotromedico.com;
www.tusalud.com.mx |