Recordar muy bien los derechos y olvidarse de los deberes es una actitud bastante frecuente en los humanos. Pero no hay dudad que sus dichos, Sr. Adaro cosechan más votos y palmadas en el hombro que el tema que quien suscribe puso sobre el tapete. De ahí a determinar qué es justo hay una gran distancia.
Se olvida nuestro secretario adjunto gremial que en la nota que yo presentara al Consejo Superior, referida a control horario, hacía referencia a aspectos cuali y cuantitativos que deben considerarse en la carrera docente? Una cosa no invalida la otra; es decir, debemos ser eficientes docentes pero ello no nos autoriza a “recortar” el tiempo que le debemos a nuestra Institución de acuerdo a nuestro compromiso. No puedo justificar menor cumplimiento a cambio del argumento de óptima calidad. 
No firmó el secretario gremial una declaración jurada donde consta su dedicación horaria? Hizo público en algún momento su disconformidad con lo que allí (le obligaron?) a firmar? Existe algún reclamo desde la AGD en contra de las prestaciones horarias que las entidades gremiales docentes acordaron con el CIN  (Resol C.S 070/99)? Las limitaciones de espacio físico y elementos que sufren algunos docentes son justificativos para que se descalifique el lógico control no sólo en calidad sino en dedicación a nuestras funciones?. Las excepciones justificadas por esas razones deberán ser tratadas, justamente, como excepciones, pero no pueden invalidar la norma general.

Respecto a los dichos de Adaro en el sentido que en mi Facultad no se está cumpliendo con lo normado con la carrera docente, pongo en su conocimiento que la resolución del CS 170/93, que se refiere al tema, determina, en su artículo 14, que “los docentes deberán presentar un plan de trabajo anual”… Los compañeros docentes de mi Facultad que le aportaron el dato de  ese supuesto no cumplimiento, le dijeron al Sr. Adaro si cumplieron con su compromiso de presentar su plan de trabajo anual? O estaban esperando que el Consejo Directivo, que es el órgano que debe evaluarlo les recordara esta obligación?

Sus argumentos, señor Adaro,  son algunos de los tantos que se utilizan para esquivar el compromiso por todos asumido, pero por muchos incumplido. Cree Ud. que así defendemos la Universidad pública que debe seguir siendo orgullo de nuestro país?

Me queda una tranquilidad: mis fundamentos pueden ser dichos a viva voz ante la ciudadanía, que no nos vota ni a Ud. como secretario gremial ni a mi como vice-decano, pero que con sus impuestos paga el salario que todos cobramos ¿merecidamente? a fin de mes.