Aspurc
Los
peligros del glaucoma
Es una de las enfermedades oculares que más casos de ceguera
causa en el mundo. Es bastante común en los adultos mayores de 35
años. No presenta síntomas y, cuando estos aparecen, los
daños son irreversibles.
Por todas estas razones, conocer acerca del glaucoma y controlarse
periódicamente son acciones que no deben pasarse por alto.
Sus características
El glaucoma es una enfermedad crónica generada por falta de
drenaje del humor acuoso que produce daños irreversibles en el nervio
óptico.
El humor acuso es un líquido claro y transparente que fluye
continuamente a través de la cámara anterior del globo ocular.
Cuando el drenaje del ojo se obstruye, la presión del líquido
dentro del globo ocular aumenta, lo que puede resultar en un daño
del nervio óptico. Este nervio, compuesto por más de un millón
de fibras ópticas, conecta a la retina (tejido sensible a la luz)
con el cerebro. Un daño en el nervio óptico produce directamente
la pérdida de visión.
Existen diferentes tipos de glaucoma, según la obstrucción
que se produzca: el glaucoma de ángulo abierto es el más
común y sus consecuencias son progresivas. El glaucoma de ángulo
cerrado se presenta de forma aguda y el daño que produce es inmediato.
El glaucoma congénito deriva de un desarrollo orgánico defectuoso.
La presión intraocular elevada, producida por un mal drenaje,
no significa la existencia de glaucoma pero sí el riesgo concreto
de desarrollarlo, de allí la importancia de controlar la presión
periódicamente. Por otro lado, cada persona tolera una presión
ocular diferente, por esta razón la posibilidad de desarrollar la
enfermedad dependerá también de lo que pueda soportar el
nervio óptico sin dañarse.
En todos los casos, el control con el oftalmólogo para conocer
los niveles de tolerancia que se poseen es la única forma de prevenir
esta enfermedad.
Prevención y tratamiento
Debido a que el glaucoma no tiene cura ya que el daño es irreversible,
es de suma importancia el control y la detección precoz del problema,
principalmente luego de los 35 años o si se tienen antecedentes
familiares. Una vez detectado, los tratamientos que existen son útiles
para prevenir mayores daños y conservar la visión existente.
Medicamentos, cirugía láser, cirugía convencional
o una combinación de cualquiera de estos métodos son los
más utilizados para tratar esta enfermedad. La opción más
aconsejable la determinará el oftalmólogo luego de realizar
los exámenes oculares necesarios.
Normalmente se utilizan gotas o medicación oral que reducen
la presión ocular. Cuando esto es insuficiente se suele optar por
cirugías para mejorar el drenaje.
Fuentes: Dr. Mostaza Sánchez y Asociados; Glaucoma
Research Fundation; www.oftlamored.com; www.medlineplus.gov
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Mirando alrededor
El glaucoma es la enfermedad causante de aproximadamente el 20% de
los casos de ceguera. A nivel mundial, su prevalencia se ubica entre
el 0,4% y el 4,1%, de acuerdo a las características de cada país.
En la población de afiliados de ASPURC, el glaucoma afecta actualmente
a 1,2%, siendo éstos los casos diagnosticados y en tratamiento.
De este porcentaje, el grupo etario más afectado ronda entre
los 51 y los 70 años. La presencia de la enfermedad aumenta con
la edad, principalmente a partir de los 40 años.
OPTICA ASPURC le recomienda:
Para preservar sus anteojos y mantenerlos limpios, no olvide:
- Evitar el frotamiento excesivo, ya que el mismo genera una corriente
estática atrayendo la adhesión de polvo nuevamente.
- No limpiar en seco para evitar rayones.
- Lavar sus lentes con solución limpiadora de lentes oftálmicas,
agua corriente o jabón neutro. Los jabones perfumados u otro tipo
de limpiadores tienen componentes que pueden dañar los cristales.
- Secar con papel tissue, sin frotar.
- No exponer las lentes al calor excesivo, como el sol, estufas u hornallas.
Esto genera una dilatación y posterior contracción de la
lente que puede producir deformaciones o fisuras.
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