Crónica de una sesión que no fue
Las ausencias hicieron que por segunda vez en 15 días
el Consejo Superior no pudiera sesionar
Por falta de quórum, no sesionó el martes el Consejo
Superior de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Vacíos
insalvables impidieron la realización de las últimas dos
sesiones ordinarias.
Hace 15 días no se había podido concretar la reunión
prevista para entonces, debido a que el cuerpo no puede funcionar con integrantes
de un solo claustro y en el recinto sólo se encontraban los docentes
y las autoridades unipersonales de las facultades y el Rectorado.
La última vez que se pudo reunir este cuerpo colegiado fue el
pasado 16 de octubre. El martes sólo se hicieron presentes nueve
consejeros, dos menos del mínimo exigido para sesionar.
Esta oquedad dejó este martes sin tratamiento nada menos que
62 temas contemplados en el orden del día, que, de no mediar alguna
sesión extraordinaria, se seguirán acumulando a la espera
de ser tratados hasta dentro de dos semana, para cuando el calendario contempla
la realización de otra sesión de carácter ordinario.
Según el estatuto, el Consejo, integrado por 7 docentes, 1 graduado,
5 estudiantes, 1 no docente, los 5 decanos y el rector –además del
vicerrector que tiene voz, pero no voto- se debe reunir desde el 1º
de marzo hasta el 15 de diciembre por lo menos dos veces cada mes.
Para sesionar, requiere un quórum no inferior a la mitad más
uno de sus miembros, integrado al menos por representantes de dos claustros.
En esta oportunidad, no hubo ningún decano, sólo el vice
de Ingeniería, Carlos Bortis. Tampoco estuvo el rector Oscar Spada,
pues la sesión iba a ser presidida por el vicerrector, Juan José
Busso. Y no se hicieron presentes los profesores de Económicas,
Humanas, Exactas y Agronomía y Veterinaria.
Por el contrario, asistieron Jorge Obregón, docente de Ingeniería;
Claudio Demo, auxiliar docente de Agronomía y Veterinaria; los estudiantes
Germán Blanco, de Agronomía y Veterinaria; Mirco Gianotti,
de Ciencias Económicas; Estefanía Bresso, de Ciencias Humanas,
y Gregory Porrino, de Ingeniería, además de la no docente
María de los Ángeles Argüello.
Los presentes esperaron 40 minutos. Y a las 15,10 un alumno propuso:
“Nos vamos”, a lo que el vicerrector Busso respondió: “Nos vamos”.
Los expedientes que debían ser tratados quedaron acomodados en tres
altas pilas sobre el escritorio de la secretaría del cuerpo, la
gran mesa de la Sala Pereira Pinto del Rectorado de la Universidad Nacional
de Río Cuarto rápidamente se despobló y sobre ella
sólo quedaron copas sin usar, pocillos limpios, termos con café
y jarras llenas de agua. |
Pocos consejeros. Sillas vacías. Una tarde más
y una sesión menos.
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