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 EL
SOL, ESE ASTRO REY CON LUZ PROPIA
Alternativa, no contaminante,
ecológica y renovable. Es la energía solar que, aunque casi
inexplotada, está comenzando ser tenida cada vez más en cuenta
por el hombre de fin de siglo en su búsqueda de mayor cantidad y
calidad energética a menores costos.
El uso
y abuso de los recursos naturales son el eje del cual depende el futuro
de la humanidad. Entre ellos, el más importante es la energía,
pues no hay ningún proceso natural ni artificial que no suponga
un intercambio de ésta. Se sabe que es excesivo el consumo que se
viene haciendo y que con los recursos de los que se dispone y el abuso
actual sólo se podrá gastar energía hasta el 2.400.
Esta realidad, con tintes
de catastrófica es la que ha inquietado a un grupo de hombres, que
comenzaron a pensar en las energías renovables y a preocuparse no
sólo por la forma en que se trasforma y se abusa de la energía,
sino también por las alteraciones que se le vienen provocando al
entorno natural.
El aprovechamiento del astro
luminoso, centro del sistema planetario, como fuente de energía
alternativa y la prueba de factibilidad de su aplicación en el desarrollo
de tecnologías para mejorar la productividad en sistemas agroalimentarios
es el fin que persigue un equipo de investigadores locales que vienen
realizando distintos trabajos a campo, en el marco de un proyecto que apunta
a contribuir a la preservación del medio ambiente.
Esta investigación
de corte estrictamente ambientalista, que se está llevando adelante
desde la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Río
Cuarto, tiene como principal objetivo la utilización de energías
renovables en la producción agrícola, a través de
la implementación de invernaderos y secadores solares.
Se trata de una iniciativa
basada en el mejoramiento de la climatización de viveros y el secado
de cereales, a través de esa fuente todopoderosa de luz y calor,
que es el sol. A esto se agrega el procesamiento y análisis de variables
climáticas en la región centro-sur de Córdoba, lo
cual permitirá perfeccionar las bases de datos disponibles para
diseños energéticos.
En este marco, se
están realizando trabajos experimentales para lograr mejoras en
invernaderos tipo capilla actualmente en producción, mediante el
uso de energía geotérmica.
Estos invernaderos
con techo a dos aguas y una abertura entre las mismas, están ideados
para que cuando se levante una de esas coberturas pueda haber circulación
de aire, lo cual contribuye a reducir la humedad típica de los viveros.
Además, para
mejorar la climatización de estos espacios, se apela a la utilización
de un sistema de doble cubierta reflectora, con el fin de evitar pérdidas
por radiación nocturna, a lo que se agrega la futura utilización
de un colector solar, que ya se está construyendo, con miras a aumentar
la temperatura del agua, que luego se hará circular a través
de mangas por el suelo, en la zona de la raíz.
El colector contiene
una serie de tubos en los que hay agua y cuya superficie está pintada
de negro, para que absorba más la energía solar encargada
de calentar el agua que luego circulará por las mencionadas mangas.
De esta manera, además
de estar preocupados por la temperatura que influye en la parte aérea
de las plantas, los investigadores trabajan para mejorar el calor del suelo,
ya que si bien el ambiente aéreo es determinante en el crecimiento
y desarrollo de los vegetales, las condiciones térmicas de la tierra
cobran importancia en este proceso y la aplicación de calor al ambiente
subterráneo tiene, a la vez, repercusión en la temperatura
del aire.
Estas y otras tareas
a campo que llevan adelante estos universitarios se desarrollan en la granja
llamada SIQUEM, de propiedad del Obispado, donde se han instalado siete
viveros tipo capilla de unos mil metros cuadrados cada uno, para la realización
de ensayos con la intervención de distintas variables, mediante
el uso de energías no contaminantes, en el marco de una propuesta
que procura ser económicamente viable para los productores
de la zona.
Con este aprovechamiento
solar se ha conseguido la explotación agrícola a contraestación
-es decir fuera de época-, como así también productos
propios de otras regiones más cálidas, objetivo con el cual
se están desarrollando distintos sistemas de calefacción
destinados a producir el calor necesario, procurando ahorrar energía
y aprovechar fuentes alternativas, como es el caso de la energía
geotérmica.
La puesta en marcha
de sistemas de calefacción con energías no convencionales
y con control térmico, viene siendo llevada adelante por este grupo
de ingenieros desde hace más de cuatro años, y una de las
mejoras implementadas es la incorporación en un invernadero estándar
con doble cubierta y una cubierta reflectora, con lo cual se evitan
las pérdidas de radiación durante la noche.
A esto se agrega la
instalación entre los surcos del mencionado sistema de mangas por
las que circula agua a 30º C proveniente de un surgente natural que
existe en el lugar donde se desarrollan los experimentos. De esta manera,
se consigue que la emisión de calor se realice simultáneamente
hacia el ambiente del invernadero y en la zona de las raíces de
las plantas.
La experiencia local
El ingeniero Jorge Adaro,
uno de los responsables del proyecto, explica “no alcanza con el simple
aprovechamiento solar típico del invernadero, sino que la idea es
que se pueda aumentar la energía que necesita el cultivo para su
desarrollo”, agregando que “una de las variantes secundarias que estamos
experimentando es el control térmico, es decir que una vez que en
un día soleado se absorbió la energía solar, se procura
controlar y evitar la fuga de esa energía”.
“Otra mejora que estamos
estudiando –continúa el facultativo- es la colocación de
una cubierta aluminizada, que evita la fuga de pérdidas de energía
por radiación, a la que se agrega una mejora en toda la estructura
del invernadero para impedir las filtraciones”.
Secado
En el marco de este ambicioso
proyecto, se plantea, como se dijo, la posibilidad de realizar el
secado de cereales por medio de la energía solar a bajos costos.
Para ello, se piensa en
un habitáculo, con forma parecida a la de un invernadero, donde
se evaporará la humedad de los granos, a través de la circulación
de aire cálido.
Variables climáticas
Este emprendimiento inclye
el análisis de variables climáticas en el centro-sur de Córdoba.
Al respecto, el ingeniero Adaro sostiene que «es fundamental conocer
la temperatura y cómo varía en un determinado lugar ; como
así también la humedad, los vientos y su frecuencia, la dirección,
la velocidad y la radiación» y agrega que «se pretende
tener cierta certeza respecto de la utilización de la energía
solar, para prever en qué medida se puede usar un equipo solar».
En estas experiencias que
se vienen llevando adelante, se colocan censores de temperatura en varios
puntos del invernadero. Por un lado, se toma la temperatura del agua a
la entrada y la salida, con lo cual a partir de la diferencia se calcula
la energía que se entregó al medio, y por el otro, se mide
la temperatura en el invernadero y la radiación que hay en el día. |