Primer Congreso sobre Comunicación Social  
de la Ciencia 

La Universidad Nacional de Río Cuarto participó del Primer Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia celebrado en Granada -España- entre los días 25 y 27 de Marzo.  

 
El evento congregó a científicos, intelectuales, divulgadores, periodistas especializados en divulgación científica, instituciones públicas, responsables de museos de ciencia y planetarios. Fue impulsado por el Parque de las Ciencias de Granada junto a la UNESCO, la Junta de Andalucía, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Granada.  
En este marco, fue presentada INTERCIENCIA junto con el “Proyecto de Información Científica”, que le dio origen desde la Coordinación de Comunicación Institucional. Contempla un trabajo regular de producción de material periodístico para ser difundido a través de los medios de comunicación impresos, radiales y televisivos, cuyos objetivos son difundir sistemáticamente la producción científica-tecnológica que se desarrolla en la UNRC, a la vez que captar el interés de los investigadores por la divulgación de sus trabajos, crear en los medios de comunicación interés por publicar este tipo de material periodístico elaborado con un lenguaje comprensible para un público medio y formar específicamente a los comunicadores afectados al proyecto. El trabajo, titulado “Proyecto de Información Científica para la Universidad Nacional de Río Cuarto”, fue presentado en el encuentro por la Licenciada Deolinda Abate Daga, quien es su coautora junto con los licenciados Sergio Martin y Miguel Angel Tréspidi.  
De este encuentro realizado en España tomaron parte unas 550 personas de 15 países y a lo largo de las tres jornadas contó con ponencias a cargo de periodistas, científicos y literatos de renombre, como Fernando Savater, Antonio Muñoz Molina, Miguel Delibes y Manuel Toharia.  
Uno de los ejes centrales del encuentro fue la superación de divisiones entre cultura de ciencias y de letras, en pro de una única cultura, con la razón como guía de las actividades y el compromiso social de la labor científica y la importancia de la ciencia como parte esencial de la cultura.  Además, científicos e intelectuales destacaron la importancia de que los investigadores compartan su trabajo con el resto de la sociedad.  
Luego de haber vivido este encuentro en el que hubo debates y trabajo compartido y en que la razón tuvo tanto lugar como la emoción, y a la distancia coincidimos con lo dicho en la conclusión del Congreso: “ha llegado el tiempo de la ciencia, es decir, el momento en que la ciencia se convierta en un acontecimiento social, en un hecho integrado en la conciencia de todos los ciudadanos”.  
  



Entrevista a Manuel Calvo Hernando* 
EL PERIODISMO CIENTÍFICO HOY          

El conocido escritor, periodista y docente español Manuel Calvo Hernando reflexiona sobre la realidad del periodismo científico hoy, el rol de la universidad y el de los medios masivos en la comunicación pública de la ciencia. 
En diálogo con INTERCIENCIA el presidente de la Asociación Española e Iberoamericana de Periodismo Científico dijo que la divulgación de la ciencia debe ser realizada por toda persona que tenga el gusto y el interés por publicar la ciencia, a la vez que opinó que se vive un proceso imparable de presencia creciente de la ciencia y la tecnología. 
Calvo Hernando, que es profesor extraordinario  de Información Cultural y Científica de la Facultad de Humanidades de la Universidad San Pablo Ceu. Madrid, por otro lado comentó que es tarea del periodista despertar inquietud por la ciencia y dijo que el periodismo científico es la única forma de llegar a la mayoría. 
El escritor de 75 años es autor de obras tales como “Veraneo en orden de combate”, “El concilio de la era atómica”, “La prensa como medio de divulgación científica”, “El periodismo científico”, “Viaje al año 2000”, “Ciencia española actual”, “Las puertas del futuro”, “Teoría y técnica del Journalismo científico”, “Viaje al futuro”, “Introducción a la tecnología”, “El futuro del espacio”, “Viaje al interior del cuerpo humano”, “La vida en el 2000”, “En busca de otros mundos”, “Periodismo científico”, “La utopía del progreso”, “La crisis de la tecnología”, entre otros. 

 
La charla con el intelectual es esta: 

- ¿La divulgación científica tiene que estar a cargo del periodista o del científico? 
- Yo creo que la divulgación de la ciencia, en general, y el periodismo científico, en especial, es una empresa tan gigantesca que tiene que estar a cargo del periodista, del científico, del docente, del escritor y en general de toda persona que tenga el gusto y el interés por publicar la ciencia. 

- En el caso específico del periodismo científico, ¿quién se debe encargar de hacerlo? 
- Los trabajos de redacción debe hacerlos el periodista y los de colaboración en los medios el científico. Pero nunca es una cosa muy cerrada. Hay algunos periodistas científicos que proceden de carreras de ciencias. 
Depende de las especialidades de las que vengan, porque ese es otro problema: hay tantísimas especialidades y tantas divisiones que no hay quien pueda, ni científicos, ni periodistas, no hay quién sea capaz de abordar todo, por tanto, nos tenemos que ayudar unos a otros. 

- ¿Qué respuestas tiene que estar dando la divulgación científica en los umbrales del siglo 21? 
- Yo creo que ésta va a ser la especialidad del futuro inmediato. Estamos en un proceso imparable de presencia creciente de la ciencia y de la tecnología en el individuo y en la sociedad, con efectos enormes, unos positivos, otro negativos, unos perversos, otros en general gratos... 
El reto del siglo 21, para mí, es que a este momento de la ciencia y la tecnología hay que reflejarlo de un modo que el hombre y la mujer de la calle sean capaces de entender, no todo, porque ninguno de nosotros entendemos todo, pero las grandes cuestiones, como por ejemplo ahora los alimentos transgénicos o las cuestiones de astronomía y todos los temas de los que se habla, que son los grandes temas, pues esas son las cosas sobre las cuales el público necesita una orientación, no una enseñanza, respecto de hacia dónde van las cosas y dónde están los principales problemas. 

-¿El periodista es el que enciende la llama de la atención? 
- Sí, debe despertar inquietud. Siempre debe ser tarea del periodista. Más que nada, esto es tarea de la radio y la televisión, que son los que al no poder explicar las cosas, por razones propias de estos medios, sí pueden dar el campanillazo, dar el golpe, intrigar e interesar a la gente, y luego la prensa escrita explicarlo.  
Retomando a un autor francés, cabe destacar eso de que la radio informa, la televisión muestra y la prensa explica. Cada uno puede invadir otro campo, pero en general, en cuanto a la información, la radio es la velocidad de la luz, por lo que significa la instantaneidad, cuando hay imágenes no hay dudas que la televisión y el video cobran gran importancia. Pero cuando hay que explicar algo, cuando hay que exponer unos argumentos en defensa o en ataque de un tema,  es tarea de la prensa escrita y los libros. 

- Entre la prensa, la radio y la televisión, para la divulgación científica, ¿con cuál se queda? 
-Yo elegí hace muchos años la prensa escrita. He hecho incursiones breves en radio y en televisión. He dirigido Televisión Española durante un año, pero en realidad, lo mío es la prensa escrita y el libro. Yo disfruto más escribiendo, que no haciendo un programa de radio o de televisión. 

- ¿Qué opina del Proyecto de Información científica la Universidad Nacional de Río Cuarto? 
- Me parece fenomenal y muy positivo. 
Mi queja siempre ha sido que las universidades no han entrado en la divulgación. 
Me parece una iniciativa ejemplar, porque la universidad no se puede limitar a transmitir unos conocimientos a los universitarios. Tiene un horizonte y una obligación de mayor amplitud, ya  no con el individuo que está en el cuerpo escolar o estudiantil, sino con toda la sociedad. 

- ¿El periodismo científico es una forma de llegar a la parte de la sociedad que no asiste a la Universidad? 
- Es la única. Los ingenieros tienen su sistema de reciclado, sus revistas, sus congresos, los propios periodistas los tenemos, los catedráticos de cada especialidad también, pero quién recicla al pueblo, al hombre medio, a la gente media. El único instrumento capaz de hacerlo son los medios informativos. 
Cada vez que pienso eso me da un tembleque, porque pienso en la responsabilidad  que tenemos lo que estamos o hemos estado en los medios, porque los medios son lo único que tiene la gente, la masa, el 90 o 95 por ciento de la población de un país. Lo único que tiene para actualizarse sobre este conocimiento científico y tecnológico, que es el aspecto más importante de nuestra civilización y que va a ser de modo creciente en el siglo 21. El único sistema son los medios informativos. 

-¿Por qué cree que las Universidades no han advertido esto? 
-Yo creo que las universidades no están muy en la realidad. Están en lo suyo y no se plantean esto. Como son problemas muy graves y muy serios están absortos y a lo mejor piensan que no es cosa suya. 

-¿Es optimista respecto de los caminos que se le vienen abriendo al periodismo científico? 
- Yo soy optimista. Pero el filósofo español Javier Xubiri, me dio una definición de pesimista que no se me olvida, me dijo: un pesimista es un optimista bien informado. 
Pero a pesar de todo, yo soy optimista, porque creo que llegará un momento en que la gente necesite la ciencia y la técnica para hablar con su familia y para hablar en el café con los amigos y eso por alguna parte tiene que salir. 
De hecho, cuando yo empecé a hacer periodismo científico en España éramos tres en todo el país, hoy somos un centenar en la Asociación Española de Periodismo Científico 



*Entrevista realizada por la Lic. Deolinda Abate Daga, participante del I Congreso de Comunicación Social de la Ciencia