Fiel a su mejor amigo 
 
 El perro, que casi siempre se enferma primero, pone en alerta al hombre  
del mal de chagas. 
 

 A principio de siglo, Chagas había descubierto que la enfermedad transmitida por las vinchucas también afectaba a otros animales. Desde la Universidad Nacional de Río Cuarto se retomó esta idea para confirmar la hipótesis de que los perros no están exentos de contraer el Mal de Chagas. Aunque resulte extraño, estos animales desarrollan la enfermedad de manera idéntica a como lo hace el hombre. 
Si bien el descubrimiento del Chagas en el perro data desde hace muchos años, la importancia del estudio radica en que los canes pueden servir como animales experimentales, ya que sufren las mismas faces que el ser humano, una fase aguda, una indeterminada y una miocarditis crónica. Además, su abordaje es relevante porque al detectarse un perro serológicamente positivo, se estaría pensando en un riesgo para la gente que vive con él, ya que puede haber vinchucas que lleven a la gente el Chagas. 

Un grupo de investigadores detectó en esta zona la presencia de perros portadores de la enfermedad, a la vez que contabilizó que en Río Cuarto hay un perro cada seis personas y que, entre esos animales, más de un cuatro por ciento están infectados de Chagas. La mayor cantidad de canes se concentra en las zonas periféricas, donde se ha encontrado hasta un nueve por ciento de perros contagiados.  
Los universitarios han encarado este estudios con el objetivo de conocer cómo se comporta el parásito dentro del organismo del perro y afirman que hay una relación directa entre perros y seres humanos afectados. Esto basados en que, en los distintos lugares donde se ha hecho el estudio, la mayor cantidad de canes infectados ha tenido su correlato con la cantidad de personas contagiadas. 
En tal sentido, el médico veterinario José González, en su calidad de director de este emprendimiento científico, asegura que “el perro es un agente amplificador. Es decir, que es aquel animal que está muy cerca del hombre y que puede ser picado por una vinchuca y esta misma picar al ser humano que está conviviendo con él. Esa es la importancia epidemiológica que tiene el perro, respecto de otros animales silvestres”, explica. 
Por eso, se toma al perro como denunciante, ya que si se descubre uno serológicamente positivo, sus amos también tienen probabilidad de ser positivos. No porque el perro pueda transmitir el mal al hombre, sino porque el animal al haber sido picado por una vinchuca portadora del  Mal, está denunciando su presencia. De esta manera, se trata de descubrir la infección lo antes posible, en particular en aquellos seres humanos que están en contacto con animales infectados.  
Los canes no pueden transmitir el Mal de Chagas directamente al hombre, puesto que el agente transmisor es la vinchuca. “Esto hace que consideremos que la lucha tiene que ir directamente a la educación sanitaria de las personas y a combatir el agente vector que es la vinchuca, que es la que va a infectar tanto a perros como a seres humanos”, sostiene el investigador. 
Además, en zonas rurales se ha detectado el parásito en comadrejas, lauchas, peludos, piches y hasta en ganado caprino, debido a que el ambiente en que viven estos animales es favorable para el desarrollo de las vinchucas. 
Sin embargo, el estudio se centra en los perros debido a que es el animal doméstico más cercano al hombre, con quien comparte el mismo hábitat. 
Por otra parte, se ha conocido que este insecto, conocido científicamente como Triatoma Infestans, ha ido adaptándose de manera paulatina. Primero era un animal prácticamente del bosque, luego peridomiliario y hoy en día está en zonas urbanas, en lugares donde no se pensaba encontrarlo. Este proceso se llama domiciliación. 
La enfermedad del Chagas es una zoonosis producida por el Tripanosoma cruzzi  de alta incidencia en Sudamérica y de endemia regional en nuestro país, y cuyo papel transmisor vectorial en Argentina es el mencionado Triatoma Infestans. 
En este país, la zona endémica alcanza hasta el norte de la provincia de Chubut, pero se han conocido casos en humanos hasta en Tierra del Fuego. 
El parásito del Chagas, cuyo nombre científico es Tripanosoma cruzi, penetra en el organismo y produce al principio una afección aguda, que se manifiesta con fiebre y malestar, incluso con arritmias cardíacas, debido a la inflamación de los tejidos del corazón. Pasada esa fase, la inflamación casi desaparece, se entra en la etapa asintomática, en la que no se manifiestan signos de la enfermedad, aunque las lesiones en el corazón siguen avanzando lentamente, debido a una infiltración  linfocitaria, que es una reacción inmunológica. Finalmente, en casi todos los casos, la suma de lesiones produce lo que se conoce como miocardiopatía chagásica crónica. En esta última etapa se manifiestan los signos clínicos que responden a una afección crónica. 
En el hombre, como en los animales, la enfermedad puede llegar a ocasionar la muerte, tanto en la fase aguda, como en la crónica. Por ello, los investigadores cuando encuentran perros afectados de Chagas sugieren a las personas que conviven con estos que se hagan un exámenes de sangre, a lo que se suma la verificación del lugar donde viven para detectar la presencia de vinchucas. 
Esta enfermedad está relacionada con el bajo grado de desarrollo socioeconómico y cultural. El hombre, a través de la desvastación del ambiente circundante y la introducción de la vivienda precaria favoreció la presencia en los domicilios de la vinchuca. 
Luego de que el médico brasileño Carlos Chagas descubriera en 1909 el Tripanosoma cruzi en heces de un tipo de vinchuca el Panstrongylus megistus y después una niña enferma de lo mismo, con lo cual se le atribuyó el descubrimiento  del parásito que produce la enfermedad que lleva su nombre, en Argentina Maggio y Rosembush -en 1914- encontraron vinchucas parasitadas por el mismo flagelo descrito en Brasil por Chagas. 
Con posterioridad, Salvador Mazza, en 1930 hizo en nuestro país una descripción de la infección en animales silvestres y domésticos, como la mulita, armadillos, murciélagos, perros y en el hombre, línea de trabajo en la que se enfilan los investigadores locales del área de Patología Médica de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, en forma conjunta con especialistas de otras áreas de esta unidad académica y de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Río Cuarto. Es un trabajo que se enmarca dentro de un programa más amplio que incluye el estudio de otras enfermedades zoonóticas de la región 
Equipo de Investigación: 
Med. Vet. José González 
Fac. de Agr. y Veterinaria / Dep. de Clínica Animal 
Tel: 0358 - 4676168 / EMail:jgonzalez@ayv.unrc.edu.ar