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Coincidencias en cuanto a la necesidad de trabajar seriamente en bioseguridad

La asamblea en la Universidad rindió homenaje a estudiante fallecido, convocó a otro encuentro y reclamó respuestas

06 de Diciembre de 2007 - Más de 450 personas se reunieron en el Anfiteatro General San Martín en la asamblea convocada por la Asociación Gremial Docente (AGD). A su término se convocó a otra para este viernes a las 14 en plaza Roca.

Por la muerte del estudiante Juan Politano, en la Universidad Nacional de Río Cuarto hay duelo hasta el sábado. Se mantienen guardias mínimas en distintas áreas de trabajo.

Además, este viernes hay asueto, así como lo hubo a lo largo del jueves.

En la ocasión se escucharon voces críticas hacia la conducción de la Facultad de Ingeniería y de la UNRC, además de consenso acerca de trabajar de una vez por todas en materia de bioseguridad, a fin de cortar el acostumbramiento a desarrollar tareas en malas condiciones.

Se dijo también que a la corta o a la larga un hecho de estas características habría de suceder.

La asamblea comenzó a las 14.31 con un minuto de silencio por el alumno fallecido, a quien se recordó como “un héroe que a pesar de que recibió el aviso de irse volvió al lugar para salvar las vidas de otras personas”, como lo recordó entre llantos una alumna de tercer año de Microbiología.

“No puede ser –dijo- que hayan tenido que usar una puerta como camilla”.

Marcelo Ruiz, secretario general de la AGD, sostuvo que “no revisamos la política de seguridad de la Universidad cuando explotó el horno de Agronomía y Veterinaria. Necesitamos una política de seguridad que nos cuide a todos. Y una respuesta institucional. Hasta ahora sólo hay respuestas técnicas y evasivas. Necesitamos saber cuáles son los sectores de riesgo. Pedimos a la Comisión de Seguridad que nos diga cuál es el mapa de riesgo. Y hace falta una acción inmediata”.

Aseveró que “hay sectores que plantean que nada pasó” y reclamó “la constitución de una comisión y de un presupuesto específico para seguridad”. Por otra parte sostuvo que “si no tenemos contundencia, lo de Juan y compañeros docentes que están grave es en vano, al tiempo que sugirió no volver hasta que haya condiciones óptimas de trabajo”.

Elena Berruti, docente de Ciencias Humanas, agradeció el coraje de las maestras y demás personal del Jardín Maternal “Rayito de Sol”, que “salvó a nuestros hijos que jugaban con masa a metros del hexano” de la Planta Piloto. Apuntó que “el hexano mata y también mata la irresponsabilidad”. Pidió “un gesto de grandeza” a las autoridades de la UNRC e Ingeniería y llamó a “no entrar más acá hasta que nos dejen de mentir”.

“¡Politano presente, ahora y siempre!”, expresó, tras lo cual siguió un cerrado aplauso.

“Esto es síntoma de un deterioro que sufrimos hace tiempo”, consideró Nora Trotti, docente de Ciencias Exactas.

Quiero que esto no quede impune”, planteó Rubén Suárez, profesor de Agronomía y Veterinaria que agregó: “Escuché hace un rato a dirigencias gremiales, la burocracia sindical, que llamaba a que no nos juntáramos a debatir hasta tanto se aclararan las cosas. Y en realidad tenemos que estar en alerta permanente”. Pidió asimismo “que las personas responsables del área se aparten, no digo renunciar, pero que se aparten”.

En un momento dado pidió la palabra “Delia, no docente de Secretaría Económica, quien dijo sentir “vergüenza ajena por la poca cantidad de no docentes que hay en esta asamblea”.

Raúl Montenegro, docente de Ingeniería, sostuvo que “tenemos dos grandes tareas por delante: el cambio –tiene que haber otra forma de hacer las cosas- y establecer responsabilidades. Hay tres tipos: por acción, por omisión y algo que llamaría falsedad ideológica, mentira. Ahora no podemos discutir lo de la acción. En lo de omisión caemos casi todos. Muy relacionado a esto, días atrás hubo una reunión informativa en la Planta Piloto. Fue muy poca gente. La mayoría estaba de acuerdo en que no se podía coartarle a compañeros la posibilidad de desarrollar un trabajo. Me limité a decirle al director del Departamento: ‘Le vas a tener que dar cuenta al juez en algún momento’”.

“He escuchado decir –criticó- que funcionaron bien las salidas de emergencia de la Planta Piloto. No es así. No existen”.

Montenegro agregó que “se discute hoy si se cumplieron las normas de seguridad. Yo llevo 25 años acá y en mi Facultad cada uno hace lo que le parece”.

Patricia María, de Ciencias Humanas, recordó que “en reuniones del gremio docente pedí que además de discutir la importancia de ser latinoamericanos se hablara de las condiciones de trabajo”.

Leandro Ritta, alumno de Microbiología, preguntó: “¿Cuánta gente tiene que morir para que hagamos algo?”. Rindió homenaje a Juan Politano, pues “tuvo una de las actitudes más nobles que se pueden tener, dar la vida por los demás”.

También interrogó, a cuento del trabajo cotidiano por fuera de condiciones de seguridad: “¿Cómo puede ser que los docentes, los investigadores se hayan acostumbrado a esto? Tenemos que exigir que se registre, se revise, se repare y acondicione toda instalación, cualquiera sea su riesgo”.

Ana Novaira, docente de Ciencias Exactas, resaltó que “ha llegado la hora de decir no; neguémonos a hacer cosas si no hay seguridad”.

Adrián Avalos, no docente del Comedor: “Naturalizamos cosas que pasan. Explotó el horno de Veterinaria, explotó un horno del Comedor y en ambos casos seguimos trabajando. Prioricemos la vida y no la máquina de producción de la Universidad. Hay que parar la Universidad hasta que nos den garantías para preservar la salud”.

Carlos Eric, profesor de Ciencias Exactas: “Los políticos prometen educación, salud y seguridad. ¿Cuánto nos educaron en salud acá? El hacinamiento se ha hecho una condición insalubre de trabajo. Me hago cargo como docente de acostumbrarme a la falta de seguridad” y ejemplificó diciendo: “Yo trabajo al lado de un tubo de oxígeno y otro de acetileno”, lo que no se liga con medidas de seguridad, “y me acostumbré”.

Invitó a pensar que “la Universidad va mucho más allá de incentivos y publicaciones” y a acordarnos en otras épocas también, “no sólo en Navidad y Año Nuevo, de que acá trabajan personas”.

Leonardo Moyano, ex presidente de la Federación Universitaria de Río Cuarto (gremio que nuclea a estudiantes), indicó: “Hoy no pudimos entrar al campus –antes de que desde la Guardia se autorizara el ingreso al anfiteatro abierto para la asamblea- y encontramos a docentes que pedían entrar por las investigaciones”, razón por la que convocó a “no entrar a la Universidad bajo ninguna cuestión”.

María Reinoso, docente, disintió con Moyano: “Esto no es culpa de la investigación. El Departamento de Microbiología se mudó al edificio nuevo el 4 de septiembre. Hasta entonces estuvimos en condiciones pésimas. Todas las autoridades saben qué hacemos. Todos sabemos los focos de peligro”. Añadió que “hoy fue la Planta Piloto. Podría haber sido cualquiera”. Y citó “palabras textuales de Bomberos: hay zonas donde no puede llegar la autobomba”.

Javier Salminis, otro profesor, expresó: “Estoy harto de ver 5, 10, 20 años a los mismos funcionarios”. También se refirió a Angel Acevedo, no docente que días atrás reclamó ante una eventual no toma de exámenes: “¿Qué carajo vas a decir?”.

Alejandro Larriestra, colega de Salminis, consideró que “tienen que apartarse los responsables administrativos de todo esto. Si se apartan y facilitan la investigación, eso habla bien de la institución”.

Nicolás Pérez Naves, ex presidente del Centro de Estudiantes de Medicina Veterinaria (CEMVET), recordó que en el CEMVET “estuvimos tres meses con una puerta que se electrificaba. Y la burocracia no resolvía el problema. Acá no hay una política que cuide la integridad física y psíquica de las personas”.

Otras voces

-Durante años los anfiteatros no tuvieron salida de emergencia.

-Si no determinamos responsables esto volverá a suceder.

-El desconocimiento del rector y del decano no los excusa de responsabilidad.

-¿Por qué el Jardín Maternal está al lado de la Planta Piloto?

-No hay en las paredes flechas que indiquen para dónde salir.

Momentos antes, a las 13, en la capilla María Madre, en el barrio Universidad, se había llevado a cabo una misa. El templo estuvo colmado y hubo gente en la calle y veredas de enfrente.

El campus sigue mostrando imágenes que no son habituales. Cercos perimetrales, accesos cerrados, móviles de la Policía Federal.