TENDENCIAS Y ESCENARIOS FUTUROS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

María Cristina Boiero de De Angelo. Profesora Superior de Inglés. Profesora Asociada, Departamento de lenguas, Facultad de ciencias humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto. Ruta 36, km. 601 5800 Río Cuarto. Fax: 0358-676285. E-mail: cboiero@hum.unrc.edu.ar

Proyecto de Investigación: LA UNIVERSIDAD VIRTUAL Y NUEVAS FORMAS PEDAGÓGICAS. Aprobado y subsidiado por: Secretaría de Ciencia y Técnica – UNRC. Res. N 241/99.

 

En Julio de 1945 Vannevar Bush quien había colaborado en el diseño de la primera computadora analógica en 1930 y coordinó las actividades de miles de científicos norteamericanos en la aplicación de la ciencia a la tecnología bélica durante la II Guerra Mundial, instaba a los investigadores a hacer más accesible para todos la inmensa cantidad de conocimientos acumulados por la humanidad. Por muchos años la ciencia había extendido las capacidades físicas del hombre más que los poderes de su mente; más ahora –escribía Bush en The Atlantic Monthly- la ciencia puede permitirle no solamente registrar y almacenar datos sino también ser capaz de consultarlos y crecer en la sabiduría de la experiencia de la especie. Presumiblemente el espíritu del hombre se elevaría si pudiese revisar su sombrío pasado y analizar más completa y objetivamente sus problemas actuales. (Duchier, 1994)

Cincuenta y cuatro años más tarde nos encontramos con la inmensa red internacional, Internet, que se duplica cada 55 días lo cual demuestra que no sólo se hizo realidad la aspiración de Vannevar Bush –cuyo artículo describe el dispositivo ‘mnemonix’, predecesor de nuestras nociones de enlaces e hipertexto- sino que su sueño fue superado toda vez que la transferencia de la información es casi instantánea y universalmente accesible. En vez de consultar datos en forma de libros, revistas, periódicos y videocassettes, millones de personas en todo el mundo ya pueden acceder electrónicamente a bibliotecas digitales y retirar sus contenidos sin costos. Nicholas Negroponte, autor del best-seller Being Digital estima que para el año próximo un billón de personas estarán conectadas a Internet en una expansión semejante a la expansión demográfica mundial (Negroponte, 1995).

La era digital no puede negarse ni detenerse a pesar de los argumentos en su contra. A propósito de ello, Pierre Lévy, profesor en la Universidad de París VIII y autor entre otras obras de La Inteligencia Colectiva. Para una antropología del ciberespacio (1994) y Qué es lo virtual (1995) hace suya la metáfora de Roy Ascott de un “segundo diluvio: el diluvio de la información. Para bien o para mal” -dice Lévy- “lo cierto es que este diluvio no irá seguido de un reflujo... A menos que se produzca una catástrofe cultural, no habrá ninguna gran reorganización ni autoridad central que nos devuelva a tierra firme, a los paisajes estables y bien señalizados previos a la inundación” (Lévy, 1998 :3). Las desigualdades existentes en nuestra sociedad se han transferido a través de la tecnología y como resultado el analfabetismo informático ha establecido una “división digital” entre clases y entre generaciones. A medida que nos movemos hacia un mundo cada vez más digital, un sector completo de la población estará o se sentirá marginado; además la noción de empleo permanente en una sola ocupación ya ha comenzado a desaparecer dada la radical transformación de la naturaleza de nuestros mercados de trabajo y al ritmo precipitado de la evolución científica y técnica que hace que “la mayoría de los conocimientos que adquirimos al inicio de una carrera serán obsoletos al final de la vida profesional o incluso antes”(Lévy, 1998 :7), de lo que se deduce que la alfabetización informática es fundamental como medio importante de acceso a la información y a los servicios, así como al empleo, y a oportunidades educacionales equitativas.

Ante el surgimiento del ciberespacio debemos entonces admitir que las mejores instituciones educativas del futuro serán aquellas que puedan reorganizarse para acompañar las transformaciones con pedagogías adecuadas, “ ...el mundo digital es clave para la Educación”(O’Donnell, 1998 :166). El concepto tradicional de universidad como comunidad de investigadores y estudiosos agrupados en un espacio común en un contexto centrado en la institución deberá ampliarse ante una nueva realidad social y económica y ante la utilización generalizada de redes informáticas, correo electrónico, foros virtuales y teleconferencias. La Educación Superior deberá proveer cierta “plasticidad digital” (Negroponte, 1995) para que el profesional pueda tener destrezas transferibles. No puede negarse que la aparición de ofertas educativas mundiales de Educación a Distancia de la mano de grandes infraestructuras lógicas como Internet 2, el proyecto europeo DANTE, Worldspace –vinculado a la radio numérica- y otras, constituyen un reto para la universidad tradicional que deberá competir a corto plazo con una multiplicidad de opciones que si bien en parte están estructuradas con criterios puramente mercantilistas, muchas de ellas son proyectos serios. La nueva idea de Universidad supone entonces una serie de desafíos que deberán a su vez constituirse en objeto de estudio para la misma institución ya que las ramificaciones de estos cambios en las operaciones académicas, presupuestarias y administrativas serán significativas, desde el costo del equipamiento, hasta la definición de los créditos obtenidos por los estudiantes que trabajan de modo independiente. La transición desde las aulas tradicionales a aulas virtuales no es un paso sencillo y tal vez sea necesario lograr una ingeniosa conjunción de ambas.

Como educadores tenemos que tomar en serio los requerimientos e innovaciones que tienen lugar a nuestro alrededor y proponer pasos efectivos para el mejoramiento de los sistemas de aprendizaje teniendo en cuenta el creciente desnivel entre las demandas sociales y las políticas educativas. Necesitamos reafirmar una pedagogía que expanda en vez de limitar las posibilidades de una sociedad democrática, adoptando una visión pragmática que permita elaborar programas acordes con los recursos tecnológicos disponibles “de manera que sean los medios tecnológicos los que posibiliten que el alumno alcance su nivel de desarrollo real, y no se vea condicionado por barreras derivadas del medio físico o de la distancia. El logro más importante en este sentido sería el aumentar las dimensiones del aula rompiendo barreras de espacio y tiempo, haciéndola ilimitada como espacio de comunicación virtual” (Zapata Ros, 1998 :42)

Las universidades deberán abocarse rápidamente a expandir sus propuestas fuera del campus y diseñar cursos accesibles durante los fines de semana o por la noche, a formar especialistas en la facilitación de la preparación de contenidos pedagógicos en red. La importancia de estos especialistas en la producción de formatos mediáticos radica en que deberán esforzarse por encontrar las formas adecuadas para transmitir conocimientos, no solo desde un punto de vista didáctico sino también desde lo estético-visual. La preparación de los contenidos a transmitir en los formatos digitalizados exigirá de los docentes una actualización permanente de la disciplina de la cual es especialista. El papel del docente se verá modificado de manera sustancial ya que será más importante facilitar el proceso educativo capitalizando la flexibilidad de las tecnologías para hacer un mejor uso del tiempo del estudiante y trabajando en equipos interdisciplinarios para integrar conocimientos y habilidades de programación. El uso de las nuevas tecnologías educativas sin duda cambiará la función de los docentes en la educación, pero nunca disminuirá su número ni su importancia. Por el contrario, el uso de la tecnología podría llegar a aliviar muchas de las abrumadoras tareas que ahora consumen su tiempo y le permitiría lograr su objetivo primordial que es el de una mejor educación para sus estudiantes.

Al respecto, dice Pierre Levy en la conferencia de Sao Paulo “ ...el aspecto esencial es el cambio cualitativo en los procesos de aprendizaje. No se trata de transferir enseñanzas clásicas en hipermedios interactivos, o de ‘eliminar la distancia’, sino de crear nuevos modelos de adquisición de conocimientos y de construcción del saber... El profesor se convierte en un dinamizador de la inteligencia colectiva de sus grupos que están a su cargo. Su actividad se centrará en el seguimiento y la gestión del aprendizaje...” (Lévy, 1996 :7). El profesor ya no enseña, sino que guía, facilita el ingreso a un nuevo paisaje cultural en el que la retórica lineal del profesor es reemplazada por un modo no-lineal en donde los estudiantes pueden “participar en conferencias electrónicas desterritorializadas, en las que intervienen los mejores investigadores de su disciplina” (Lévy, 1996 :7).

Del mismo modo en que el hipertexto elimina las limitaciones de la página impresa, la era post información como la llama Nicholas Negroponte, eliminará las limitaciones de la geografía. La vida digital incluirá menos y menos dependencia de un lugar específico y de un tiempo específico, entramos en una era en la cual la participación puede ser más activa, en la que se puede vivir y trabajar en uno o muchos lugares, -prueba de ello es el nuevo significado del concepto “dirección” pues nuestra dirección de correo electrónico nos permite leer y responder nuestra correspondencia prácticamente desde cualquier lugar del mundo. La fuerza de la tecnología digital hace que la visión centralista de la vida se vuelva cosa del pasado ya que concede la posibilidad de trabajar al unísono y desde diferentes perspectivas sobre determinados problemas. Esta descentralización resulta también en la emergencia de un lenguaje común que permite que la gente se entienda más allá de las fronteras posibilitando una democratización cada vez mayor del saber. “Desprendido de su materialidad, el texto electrónico puede alcanzar a cualquier lector que pueda recibirlo. Suponiendo que todos los textos existentes, manuscritos o impresos, hayan sido convertidos en una forma electrónica, la universal disponibilidad del patrimonio escrito se vuelve posible. Todo lector podrá leer cualquier texto, cualesquiera hayan sido su forma y su localización originales” (Chartier, 1995 :39). Los sistemas de hipertexto están emergiendo como una nueva clase de sistemas complejos de manejo de información. Estos sistemas permiten crear, registrar, enlazar y compartir información desde una variedad de medios tales como textos, gráficos, audios, videos, animación y programas; proveen un método no secuencial y enteramente nuevo de acceso a la información a diferencia de los sistemas de información tradicionales que son de naturaleza primordialmente secuencial.

Pero, como argumenta Zapata Ross, “los profesores tienen derecho a plantearse, sobre todo cuando en otras latitudes ya tienen cierta tradición en la incorporación de Internet a la actividad docente y educativa, si efectivamente esto ha contribuido a mejorar en alguna medida la calidad de los resultados obtenidos o por el contrario es como tantas veces una moda más. Y sobre todo saber, por la experiencia acumulada en otros sitios, en qué condiciones la incorporación se produce de una forma provechosa. Esto es: la efectividad pedagógica” (Zapata Ros, 1998 :30). En ese mismo artículo el investigador español realiza un análisis exhaustivo de los aspectos positivos de la incorporación de Internet como recurso educativo y de las dificultades que ello trae aparejado. Ahora bien, ¿cuál es nuestra realidad?

Antonio Battro y Percival Denham citados por Horacio O’Donnell advierten la carencia de instrumentos adecuados del actual sistema educativo argentino “para generar por sí mismo la transformación que exige imperiosamente una sociedad globalizada” (O’Donnell, 1998 :156) aunque en el ámbito universitario O’Donnell observa que la situación se está revirtiendo mediante la Red de Interconexión Universitaria (RIU) y la Red de Ciencia y Tecnología (REDCyT). Asimismo “la mayor parte de las Universidades dispone de un acceso a la red, para los alumnos y profesores, pero esta actividad suele ser en general, no guiada ni tampoco asesorada, por lo que se limita a la decisión e iniciativa de cada usuario” (O’Donnell, 1998 :165). El Proyecto vBNS (very high speed Backbone Network System) o Sistema de Red Principal de muy alta velocidad, más conocido como Internet II del cual participa la Universidad Nacional de Río Cuarto posibilitará a partir de la segunda mitad del presente año el acceso a tecnologías muy avanzadas que permiten transferencia de información a una velocidad de 150 Mb por segundo –velocidades entre 100 y 1000 veces más altas que las conexiones actuales de Internet. Ello constituirá una oportunidad inmejorable para dar un nuevo impulso no sólo a las actividades de investigación sino al desarrollo de propuestas innovadoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Si bien en la actualidad casi nadie discute la necesidad de familiarizar a los estudiantes con las nuevas tecnologías, exactamente qué se debe enseñar no está tan claro. Como experiencia positiva puede citarse el trabajo de Linda Harasim, de la Universidad Simon Fraser de Canadá, quien con su grupo de trabajo ha contribuido con el proyecto de Universidad Virtual a la nueva red canadiense de teleaprendizaje. El teleaprendizaje se define como el uso de medios de aprendizaje multimediales basados en computadoras conectadas mediante la autopista informática. La Universidad Virtual es un medio educativo ‘online’ para el diseño, entrega y mejoramiento de cursos universitarios. La entrega ‘online’ de cursos puede enriquecer y expandir las actividades educativas tradicionales y los resultados; pero quizás más importante sea el hecho de que el trabajo en red ha demostrado el potencial para apoyar tipos de interacción educativa totalmente nuevos. (Harasim, 1997). El enfoque educativo en un medio digital se caracteriza por cinco atributos claves: un sistema asincrónico, independiente del lugar, de interacción múltiple, basado en texto y mediado por computadora. Las ventajas señaladas por Harasim1 son, entre otras:

• aprendizaje activo: concretamente, la participación activa por parte de los estudiantes que asumen mayor control sobre sus experiencias educativas diseñando programas adecuados para sus necesidades específicas

• aprendizaje interactivo: específicamente, en discusión e intercambio entre pares, lo que es intelectualmente estimulante y produce resultados de alta calidad.

• perspectivas múltiples: a través de los comentarios provenientes de todos los otros estudiantes online así como del profesor.

Si tenemos en cuenta que el primer lugar entre los países que mostraban un más alto porcentaje de crecimiento de usuarios de la red en 1995 correspondía a Argentina, debemos pensar seriamente en el potencial del uso extendido de las tecnologías basadas en computadora y telecomunicaciones con fines educativos para cambiar significativamente la educación superior tanto en lo que hace a sus relaciones organizacionales como a los patrones de participación de los estudiantes y a los roles y responsabilidades de los docentes. Esta nueva universidad deberá estar constituida en torno a una estructura flexible para apoyar pedagogías avanzadas basadas en los principios de aprendizaje activo, colaboración, multiplicidad y construcción del conocimiento. Para ello será necesario proveer instrumentos para el diseño de cursos, actividades grupales e individuales, manejo de clases y evaluación (Harasim, 1997). Será necesario entre otras cosas hallar la proporción adecuada entre la utilización de las nuevas tecnologías y la enseñanza tradicional, y trabajar de manera inmediata y acelerada en la creación de los contenidos transportables en las grandes infraestructuras lógicas de comunicación, ya sea que se piense en oficiar como emisores principales de Programas de Educación a Distancia o en participar como receptores activos de ofertas generadas en otros ámbitos educativos.

Referencias

Bush, Vannevar 1945 As We May Think. The Atlantic Monthly, July 1945.

Chartier, Roger 1995 Del libro a la pantalla: ¿una extravagante felicidad? Revista Clarín, 28 de agosto de 1995 :36-40.

Duchier, Denys 1995 Introducción a “As We May Think”. Versión HTML. University of Ottawa, Abril 1994. Actualizado Agosto 1995. Simon Fraser University. Donado a Proyecto Gutenberg.

Harasim, Linda 1997 Virtual-UTM: a Web-Based Environment Customized to Support Collaborative Learning and Knowledge Building. http://virtual.ucs.sfu.ca.

Lévy, Pierre 1996 La cibercultura y la educación. Ponencia presentada ante el encuentro The University in the Infomation Society. Organización Columbus. Sao Paulo, Brasil, 23-25 de Octubre de 1996.

Negroponte, Nicholas 1995 Being Digital. Alfred A. Knopf, Inc. New York.

O’Donnell, Horacio 1998 La Educación en la Era de la Información. Revista Científica de la UCES, Vol. II, N° 3, Primavera 98 :151-177.

Zapata Ros, Miguel 1998 Internet y educación. Revista Contextos de Educación Año 1, N° 2, :27-43.

Notas

1. Para un comentario detallado de las ventajas señaladas remito al artículo mencionado de Zapata Ros. Aunque el autor no hace referencia al trabajo de Harasim, coincide con ella en los aspectos positivos de este recurso.


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