COMO ENSEÑAR FONÉTICA INGLESA EN EL PROFESORADO UNIVERSITARIO. PROPUESTA INNOVADORA

INTRODUCCIÓN

El aprendizaje de una lengua extranjera (L2) es un proceso sumamente complejo. Muchas son las dificultades que un alumno adulto, en un entorno de lengua materna (L1) que brinda pocas oportunidades de exposición a la L2, enfrenta al intentar adquirir esta última, el idioma inglés en nuestro caso particular. En lo que respecta a pronunciación y entonación, estas dificultades comprenden distintos aspectos: desde el físico, tal como adecuar los órganos de fonación para la producción de nuevos sonidos, hasta el intelectual, que va desde discriminar los sonidos distintivos del inglés hasta comprender y analizar el discurso. Este proceso se torna más difícil cuando no se inicia a temprana edad y/o en entornos lingüísticos donde la inmersión total en la L2 no es posible. Al aprender específicamente el idioma inglés, el alumno percibe no solo sonidos diferentes a los de su propio idioma, sino también diferente ritmo, acento y entonación. El entrenamiento adecuado para este aprendizaje consiste en hacer que el alumno adquiera nuevos hábitos de pronunciación. Según Daniel Jones (1967), las dificultades que un alumno encuentra al intentar aprender a hablar un idioma se pueden resumir en cinco aspectos: a) reconocer los sonidos de la L2, b) producirlos, c) usarlos adecuada y correctamente en cuanto a su distribución en el habla concatenada, d) usarlos adecuadamente en cuanto a sus prosodias (especialmente acento, tono de voz, ritmo y entonación), y e) concatenar los sonidos en una secuencia.

Tradicionalmente, la enseñanza de la pronunciación y entonación en la universidad se concentró durante años en la articulación de sonidos e imitación de modelos, resultando en una práctica descontextualizada. Afortunadamente, en las últimas décadas, nuevas investigaciones han favorecido la transferencia de hallazgos teóricos, resultando en una mejor implementación pedagógica.

El objetivo del presente trabajo es ofrecer una propuesta innovadora para iniciar a los alumnos en el aprendizaje de la pronunciación y entonación inglesas, fundamentada en los avances de la investigación teórica y aplicada en la descripción de la pronunciación y entonación y su rol en la comunicación.

FUNDAMENTACIÓN

En la literatura pertinente a las etapas evolutivas del ser humano en general y a las teorías de aprendizaje en particular, es frecuente la idea de que el adulto y el niño o joven aprenden a distintos ritmos, especialmente en cuanto a la adquisición del lenguaje. Mucho se ha hablado y se habla acerca de la plasticidad del cerebro joven y de la permeabilidad de la personalidad del niño o adolescente, tanto en el aspecto emocional como en el social, permitiendo así una mayor apertura a la influencia del idioma. Leclerc, P., en Martín García (1985) señala que las habilidades de aprendizaje no se deterioran necesariamente con la edad sino que declinan por efecto de un uso irregular e infrecuente de las mismas o por efecto de una imagen negativa sobre los propios aprendizajes intelectuales. Otros, tales como Barbieri et al (1996) afirman que en todas las edades se encuentran niveles intelectuales altos; éstos no son del dominio exclusivo de los jóvenes. Las diferencias individuales en la inteligencia existen en todas las edades, pero aparentemente aumentan con la edad. Fernández Lópiz (1995) también considera que la inteligencia tal y como la definen operativamente los tests de inteligencia, parece disminuir con el transcurso del tiempo. Si bien los adultos pueden llegar a demostrar ciertas habilidades cognitivas superiores a las de los jóvenes, como por ejemplo resolver problemas abstractos, estos últimos llegan a adquirir un acento aceptable en el campo de la pronunciación de un idioma extranjero, aunque existen diferencias individuales.

En líneas generales, se le atribuye a los niños y jóvenes una facultad innata de adquisición para el idioma materno (Chomsky, 1965). Sin embargo, no podemos hablar de garantías de éxito en el aprendizaje de una L2 por parte de un adulto joven no nativo, sobre todo en lo que se refiere a “acento” o a la habilidad de percibir sutilezas lexicales, o de formular juicios gramaticales, aún cuando la enseñanza y la exposición a la lengua se mantengan constantes.

En el aprendizaje de una L2, los adultos, por lo general, se muestran reticentes a modificar su pronunciación. Esta resistencia aumenta con la edad; algunos, aún hablando aceptablemente un idioma extranjero, delatan su origen a través de su pronunciación, ya que ellos retienen un acento distintivo con las características fonéticas de la L1. En otras palabras, considerando las variables que intervienen en el aprendizaje de una L2 (learner variables) podemos afirmar que no todos los adultos tienen la misma actitud en perder o modificar sus acentos. Algunos factores pueden influenciar su postura acerca de la pronunciación, y por consiguiente, llevarlo a asumir el compromiso de mejorarla.

Como ya lo señalamos, al factor edad podemos agregarle el de sentimientos por la cultura del país extranjero y deseos de participar y pertenecer con su propia identidad cultural a esa nueva cultura (Schumann, 1986). Los rasgos de personalidad también determinan la motivación del alumno. Aquél que se integra a una clase con el propósito de “socializar” estará sin duda más interesado en expresar y compartir ideas que en pronunciar correctamente. Por el contrario, un individuo cuyo objetivo es hablar con corrección preferirá ésta sobre la fluidez (accuracy/fluency). Celce Murcia (1991) coincidiendo con lo anteriormente expresado, considera que las variables que impiden o facilitan la adquisición de una pronunciación similar a la de un nativo (near-native pronunciation) son: L1, edad, exposición a la L2, identidad, habilidad fonética innata, actitud, motivación e interés por la pronunciación.

Las demandas afectivas que el aprendizaje de una lengua en general, y la pronunciación en particular imponen a un individuo adulto pueden afectar el desarrollo del aprendizaje impidiendo el progreso del alumno. Selinker (1972) llama “fosilización” a este fenómeno y sostiene que puede observarse en alumnos cuyo nivel de competencia comunicativa sea aceptable aunque su gramática no se asemeje a la de un nativo. No obstante estas limitaciones, ciertos adultos pueden lograr altos niveles de competencia lingüística en la L2, siempre que cuenten con el debido tiempo, la exposición adecuada a la lengua (input), el esfuerzo, la motivación y el entorno de aprendizaje adecuados.

En este punto, consideramos pertinente mirar retrospectivamente a los diferentes enfoques metodológicos para enseñar la pronunciación y entonación del inglés como una L2 que se han desarrollado a través de los años. Uno de los métodos tradicionales, el de presentar oraciones y corregirlas a través de la imitación, por ejemplo, ejercicios de repetición que incluían desde sonidos aislados a frases y oraciones de mayor complejidad lingüística, constituía el modelo dominante. La entonación también se enseñaba de esta manera, haciendo escuchar al alumno una variedad de tonos que luego eran practicados en oraciones descontextualizadas. Poco a poco, se confrontaba al alumno con textos donde todos los elementos aparecían combinados, aumentando también la extensión y grado de dificultad de la tarea asignada (O’Connor y Arnold, 1963; Kingdon, 1958; Allen, 1954; Ward, 1948). Se consideraba que el significado (meaning) estaba asociado a la función gramatical y relacionado a las actitudes del hablante (attitudes).

Por el contrario, más recientemente el objetivo ha sido el de abordar la enseñanza de la fonética de una manera holística, integradora, con el propósito de lograr que hablantes y oyentes manejen el discurso oral de una manera comunicativa. Se advierte una mayor concientización acerca de la importancia del contexto. Ya en la década del 80, Brazil, Coulthard y Johns afirmaron que “el significado de la entonación (meaning) es inseparable del contexto” (1980 :126). Estos autores perciben la entonación no como una función de la gramática o como una actitud, sino como una función del discurso, donde el valor de la emisión depende fundamentalmente de su función interactiva dentro del mismo y por lo tanto se necesita un análisis de entonación distinto del que se emplearía en un enfoque sintáctico y semántico. No obstante, a pesar de los avances en la investigación teórica y aplicada en la descripción de la investigación (Sinclair y Coulthard, 1992; Brazil, 1994) y en el rol de la entonación en la comunicación, la forma en la que esta última se enseña en la mayoría de los textos de inglés como L2 norteamericanos poco refleja los hallazgos tan significativos en este campo (Levis, 1999). Los textos británicos, desde hace aproximadamente una década evidencian los avances teóricos propuestos por Brazil et al (op. cit.), Bradford (1988) y otros, y abordan la enseñanza de la entonación desde una perspectiva comunicativa.

PROPUESTA PEDAGÓGICA

Los alumnos del profesorado de inglés de la Universidad Nacional de Río Cuarto son en su mayoría mujeres, hispanohablantes, cuyas edades oscilan entre 18 y 23 años. Como ya lo expresamos, debido a que prácticamente no hay hablantes nativos de inglés en nuestro medio, los alumnos tienen muy pocas posibilidades de estar inmersos en este idioma.

Si bien el ingreso a la universidad es irrestricto, en el profesorado de inglés se espera cierta competencia en el idioma extranjero. Moral (1999) considera que es fundamental que “el ingresante cuente con una base previa de conocimientos de la L2 para poder llegar al nivel adecuado y evitar reiteradas frustraciones que pueden llevar a la deserción o a un desempeño escasamente satisfactorio que finalmente da por resultado el tener que recursar asignaturas repetidas veces en los años más avanzados” (1999 :1) Los alumnos ingresantes al profesorado de inglés demuestran poseer muy poco conocimiento y toma de conciencia de la fonología de la L2, conocimiento éste de mucha relevancia, ya que los alumnos aspiran a convertirse en “modelos de habla aceptables” en su futura vida como docentes.

Por lo tanto, el principal objetivo en nuestros cursos de Fonología y Fonética -cuatro en total en el profesorado de inglés- y en esta, nuestra propuesta dirigida al primer curso, Introducción a la Fonética, es la de concientizar a los alumnos acerca de la pronunciación y entonación inglesas.

Actividades de concientización

Creemos firmemente que el trabajar con sonidos no involucra exclusivamente el sentido auditivo, sino también otros sentidos: visual, táctil, kinésico, ya que de este modo se logra que los alumnos se interesen y participen interactivamente en actividades de pronunciación, respetando siempre los distintos estilos de aprendizaje. De este modo se propende a que los alumnos confíen en sus propias habilidades.

Adrian Underhill (1994) sostiene que la pronunciación es el lado “físico” del idioma ya que en esta actividad interviene todo el cuerpo, la respiración, los músculos, junto a las cuerdas vocales y movimiento de los articuladores, como la lengua, los labios y el paladar. Este enfoque es integral, holístico, y permite al alumno confiar en sus “puntos fuertes” y conocer al mismo tiempo sus propias limitaciones.

Nuestra propuesta incluye las siguientes actividades:

1. Relajación: con el propósito de crear una atmósfera adecuada en el aula se sugieren actividades de relajación cuyo objetivo es lograr que los alumnos relajen todo su cuerpo, en especial boca, faringe, laringe y cuerdas vocales (las cuales desempeñan un rol importante en la producción del habla), como así también liberen su mente. En general, cometer errores y sentirse avergonzados o inhibidos cuando se les insta a hablar o representar un diálogo enfrente de la clase es una situación estresante para los alumnos. El profesor debe ayudarlos a superar situaciones como éstas. Los alumnos se beneficiarán al sentirse parte de la clase interactuando con sus pares. La actividad de relajación sirve también como disparador de acción y fuente de ideas para la producción oral. Un ejemplo de actividad de relajación es la de “crear la atmósfera apropiada”, en esta actividad los alumnos siguen las instrucciones dadas por el docente de relajar distintas partes del cuerpo y respirar profundamente mientras escuchan música suave.

2. Dramatización: el objetivo principal de estas actividades es el de practicar sonidos en contexto y demostrar estados de ánimo para mejorar la comunicación. La actividad física que este enfoque dinámico permite contribuye a que los alumnos usen no sólo su voz, sino todo su cuerpo para expresarse espontánea y creativamente. Sabemos que lo que se aprende a través de los sentidos se convierte en algo concreto, real. Así el contacto físico: tocar, abrazar, o palmear a un compañero lleva a un mejor aprendizaje de la pronunciación ya que éste, como ya lo expresamos, no es solo intelectual sino también físico, visual, auditivo, espacial y afectivo. De esta manera el aprendizaje se enfoca desde una “dimensión multisensorial de los sonidos” (Underhill, op. cit.). Las dramatizaciones permiten que los alumnos con mayores problemas de aprendizaje y/o integración puedan superar esta carencia a través de figuras paralinguísticas como lo son el lenguaje gestual y corporal. La idea de una mayor socialización no implica “presionar” al alumno a participar, sino lograr que éste desarrolle una actitud positiva mediante la participación libre y espontánea. Actividades de este tipo pueden emplearse en cualquier nivel según la complejidad del dialogo seleccionado. Los alumnos trabajan con rimas o poemas, ellos seleccionan la forma que consideren más apropiada y leen en pares o a toda la clase. También se puede trabajar con diálogos cortos que pueden ser interpretados con distintas actitudes y estados de ánimo (por ejemplo enojo, alegría, etc.). Los alumnos, en pares, deciden cómo leerlos, los memorizan y “actúan” enfrente de sus compañeros.

3. Reconocimiento de fonemas: El objetivo de esta actividad es el de asociar los sonidos percibidos auditivamente a otros sentidos, por ejemplo el visual, tomar conciencia acerca de las características y especificidad de los fonemas ingleses, y relacionar los sonidos con la escritura. Contribuyendo al objetivo general del área de fonética y de esta propuesta en particular, esta actividad permite concientizar al alumno acerca de cómo él produce los sonidos manipulando su musculatura bucal y relacionándola con lo que percibe a través de sus oídos. Se espera que los alumnos aprendan que no se trata de “adaptar” los sonidos de la L1 (ya conocidos) a la L2, sino de adquirir nuevos sonidos distintivos de la lengua que está aprendiendo. Como ejemplo de reconocimiento de fonemas podemos mencionar una actividad en la cual el docente dice una palabra en voz alta y los alumnos deben “formar” esta palabra con tarjetas que contienen sonidos individuales en su representación fonética. Esta actividad se puede realizar en grupos y en forma de competencia; el grupo que primero forme la palabra correctamente es el ganador.

4. Práctica de la melodía del inglés: Las canciones son una excelente excusa para desarrollar la percepción por parte de los alumnos del acento, ritmo y entonación inglesa. Este tipo de actividad puede ser altamente motivador para lograr una entonación y pronunciación correctas ya que los alumnos pueden predecir las dificultades a encontrar. Además, muchas canciones pueden dar lugar a la dramatización. De esta manera, se procura que el alumno confíe en sus propias capacidades conociendo sus limitaciones, adquiera una pronunciación semejante a la de un nativo, y tome conciencia de que la entonación es una herramienta comunicativa y por consiguiente desempeña un papel importante en la comunicación. Por ejemplo, los alumnos analizan la letra de una canción elegida por el docente o por ellos mismos y marcan las líneas que ellos consideren difíciles de pronunciar o entonar. Luego escuchan la canción y junto con el docente corroboran o corrigen sus hipótesis. A continuación los alumnos cantan la canción en grupos, pares, etc.

Nota: Las actividades de esta propuesta están siendo implementadas como experiencia piloto en la asignatura Introducción a la Fonética en primer año del Profesorado de Inglés y fueron compiladas en un manual de cátedra publicado en mayo de 2000.

CONCLUSIÓN

Como hemos tratado de demostrar en esta propuesta, la pronunciación y entonación ocupan un lugar fundamental en la producción oral de una L2. Basados en los avances en la investigación teórica de los últimos tiempos, hemos podido enfocar la problemática desde una perspectiva que nos permite diseñar una propuesta innovadora cuyo objetivo es el de concientizar a los alumnos acerca de la importancia de la pronunciación y entonación y su rol en el manejo conversacional.

Referencias

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