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¿Pueden
las radios apoyar el desarrollo agropecuario?
Como toda tarea orientada
al mercado, la actividad agropecuaria necesita información actualizada
y veraz sobre producción y comercialización, y en ese marco
cobran importancia los medios masivos de comunicación -entre ellos
la radio- a la hora de, por ejemplo, divulgar información sobre
cambios tecnológicos.

El crecimiento
de la radio en la última década ha superado las expectativas
de cualquier planificador de la comunicación. Sólo en el
interior de la provincia de Córdoba el número de emisoras
ha aumentado diez veces. Se estima que en toda la provincia funcionan
actualmente unas150 radios, entre las de frecuencia modulada, amplitud
modulada y circuito cerrado.
Pero, ¿pueden realmente
las radios ayudar al desarrollo del agro? Los primeros datos arrojados
por un estudio de la estructura del sistema radiofónico regional
indican que si bien las emisoras tienen antes que nada intereses comerciales,
existen posibilidades de difusión, a través de ellas, del
desarrollo agrope-cuario.
Estas posibilidades se apoyan,
sobre todo, en el elevado número de emisoras (no hay casi pueblo
del interior que no cuente con una emisora de FM o cable), el alcance de
la señal -que en la mayoría de los casos tiene un radio
de 50 kilómetros-, cierta predisposición de empresarios y
comunicadores para la difusión de propuestas de agricultura sustentable
y la existencia en medios claves de periodistas especializados en temas
agrope-cuarios.
Los interesados en difundir
propuestas de desarrollo -por ejemplo los agentes del INTA- deben tener
en cuenta que se cuenta con al menos una emisora en cada núcleo
urbano sede de las agencias de extensión rural. Otro de los perfiles
favorables reside en el alto porcentaje de producción de material
propio y el hecho de que a menudo hay interacción con la audiencia
por medio del teléfono.
Lógicamente, hay
trabas que dificultan al medio radial el desempeño de ese papel
en favor del desarrollo agropecuario. De las que están identificadas,
el perfil comercial de las radios es quizá el más importante,
ya que conlleva a que cada espacio destinado a la temática rural
tenga casi obligatoriamente un apoyo económico en forma de publicidad,
y esto no siempre es fácil de conseguir. Además, la ausencia
de comunicadores especializados dificulta el tratamiento de la temática
rural.
«Interesa saber qué
modelo de radio se va imponiendo -explica el profesor Edgardo Carniglia,
del Departamento de Ciencias de la Comunicación- y parece que no
se puede escapar mucho de lo que es la tendencia general. En consecuencia
las radios son comerciales, orientadas a una audiencia de consumidores
y financiadas básicamente por la publicidad; ya sea contratada directamente
por el medio o vía producciones independientes».
Pero este rasgo mercantil
que comparten las representantes de la «telefonía sin hilos»
(tal como se llamaba antiguamente a la radio) deja lugar para otros aspectos
que diferencian una radio de otra y que a la hora de estudiar el sistema
radiofónico son de inapreciable valor. Estos tienen que ver con
la capacidad de inversión de cada empresa, con la tecnología
disponible, con la casi inexistente legislación específica
que ha quedado desactualizada ante el crecimiento vertiginoso de los medios
radiales y la división de la audiencia en segmentos con preferencias
y consumos prácticamente desconocidos.
Conociendo el sistema
radial
De una encuesta realizada
a 60 radios del interior provincial (aproximadamente la mitad de las emisoras
existentes) surgen datos interesantes: entre 1951 y 1970 el interior provincial
sólo contaba con la presencia de la emisora de amplitud modulada
LV 16 de Río Cuarto. En la década del ’70 se otorgaron algunas
licencias para emisoras de AM, mientras que en la década del ’80
y en la primera mitad de la del ’90 se multiplicaron las emisoras de frecuencia
modulada y nacieron algunas de circuito cerrado. En el lapso de casi diez
años (1984-1993) la cantidad de emisoras creció diez veces.
Casi la mitad de estas radios
son de baja potencia, lo que en términos de alcance de señal
significa unos 50 kilómetros a la redonda de cobertura. Sólo
dos de ellas alcanzan a cubrir toda una región, mientras que algunas
apenas cubren la localidad en que se asientan.
Las tres cuartas partes
de las emisoras de la región incorporan en su programación
uno o más espacios sobre la problemática agraria, generalmente
en forma de microinformativo diario sobre precios de granos y carne.
Otro formato es el progama «agrario» propiamente dicho que
incluye información sobre política agraria y tecnología
agropecuaria. Existen espacios institucionales, como los de asociaciones
gremiales de productores y en ellos a veces participan productores y dirigentes,
aunque esto no se hace de manera sistemática.
Estas y otras características
suponen una capacidad potencial para la difusión de propuestas de
transferencia de tecnología agropecuaria. Pero, también es
necesario contar con la disposición favorable de los responsables
de los medios. Así, casi todos los que están al frente de
las radios se declaran a priori dispuestos para esta tarea, aunque con
algunos condicionamientos que se relacionan con el apoyo para la producción
de los mensajes y la promoción publicitaria de los espacios.
El micro promocional es
identificado como el formato más apto para una difusión de
la temática agropecuaria, a la cual se le destinarían unos
diez minutos diarios o espacios semanales de hasta una hora de duración.
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