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 Las
hierbas medicinales en el laboratorio
Nuestro país,
por su ubicación geográfica y su diversidad climática,
ofrece una de las más ricas y variadas floras medicinales
del mundo. El uso de estos vegetales con fines terapéuticos -que
se remonta a épocas en que eran la única medicina conocida-
se ha ido transmitiendo por tradición oral entre generaciones.
El escaso número de drogas
antivirales efectivas e inocuas y la aparición de cepas microbianas
multirresistentes a antibióticos sintéticos han motivado
el estudio de las plantas medicinales como una alternativa terapéutica.
Desde el punto de vista científico, no obstante la casi innegable
veracidad de estas tradiciones, es imprescindible una verificación
de estas propiedades curativas, poniéndolas a prueba frente a la
acción de diversos agentes infecciosos.
En la Facultad de Ciencias
Exactas de la Universidad Nacional de Río Cuarto, un grupo de investigadores
estudia desde 1992 las propiedades de algunas de estas hierbas para controlar
la acción de virus y bacterias. “Lo que nosotros hacemos es comprobar
científicamente lo que la gente ya viene haciendo desde años
por tradición, ya que si desde hace tanto tiempo se han venido usando
estas hierbas es por algo” explica Mirta Demo, doctora en biología
y codirectora de una investigación dedicada a estas propiedades
curativas de plantas medicinales. “Hasta ahora hemos encontrado actividad
antiviral, antibacteriana y antimicótica” señala.
El grupo de investigadores
está abocado a la comprobación científica de estas
propiedades terapéuticas y a la determinación de otros posibles
usos. “Hay dos formas de aplicación: una a nivel de la medicina
humana y animal, y otra en la industria alimenticia como control de calidad
de los productos.
Integran el equipo de trabajo
las investigadoras Blanca Ramos, Mirta Demo, Liliana Sabini, Silvia Zanón,
Marisa Rovera, Margarita Grosso, Eliana Will, Cristina Torres, Sonia Sutil
y Valeria Primo. Colaboran además Mercedes Oliva, Mónica
Sommaro y Luis Ordóñez.
Contra virus y bacterias
Los estudios comenzaron
con un relevamiento de las diferentes plantas medicinales y aromáticas
del sur provincial para determinar su posible actividad antiviral. Así,
se estudiaron los extractos crudos de 15 especies vegetales (ver cuadro)
de las cuales romerillo, peperina y plántago mostraron una marcada
actividad antiviral contra el virus Herpes suis, agente causal de pseudorabia
porcina. Actualmente se está trabajando con la peperina con el fin
de evaluar su actividad frente a otros agentes virales de origen humano.
A partir de 1996 se incorpora
el estudio de la actividad antibacteriana y antimicótica de los
diferentes extractos crudos de las especies vegetales citadas.
La peperina, marcela
del campo, ajenjo del campo, palo amarillo, doradillo y carqueja fueron
efectivos contra bacterias gram positivos, mientras que la peperina, además,
mostró actividad contra bacilos gram negativos.
Por otra parte, las decocciones
-que consisten en calentar a 100º los vegetales durante 20‘- tuvieron
igual actividad antimicrobiana que los extractos crudos. Cabe aclarar que
47 cepas de estafilococos aislados de leche bovina y productores de mastitis
fueron inhibidos por marcela del campo.
Los aceites
Desde el punto de vista
químico se intenta caracterizar los principios bioactivos de los
distintos aceites esenciales. Es conocido que diferentes aceites de este
tipo, así como sus componentes puros tienen propiedades antibacterianas
y antimicóticas. Los docentes han comenzado a estudiar el aceite
esencial de la peperina -que se obtiene por hidrodestilación, con
la colaboración de un equipo de la Facultad de Ingeniería,
dirigido por el Dr. Miguel Mattea- y éste demostró tener
actividad antiviral y antibacteriana. Otros componentes puros tales como
timol mentol, geraniol, limonero, Pimeno y 1- 8 Cineol -cedidos por el
Dr. Zigadlo de la Universidad Nacional de Córdoba- presentaron una
marcada actividad antibacteriana y antimicótica.
Una nueva búsqueda
El porqué de la búsqueda
de nuevos antibacterianos se explica en la resistencia cada vez mayor que
los microorganismos ponen frente a los quimioterápicos. Así,
los antibióticos sintéticos se hacen cada ves más
potentes y eso a veces implica que sean tóxicos para los organismos.
“Con nuestro trabajo queremos adelantarnos a la posibilidad de encontrarnos
con esos problemas que ya en otros países existen. En Europa -ejemplifica-
están trabajando con antibacterianos de origen vegetal porque tienen
un elevado porcentaje de microorganismos resistentes a los antibióticos
que nosotros todavía no tenemos”.
Por otra parte, grupos de
investigadores de diferentes partes del mundo están abocados a encontrar
quimioterápicos naturales, adecuados para combatir enfermedades
de etiología viral, dado que se cuenta con muy reducido número
de drogas sintéticas efectivas e inocuas para el organismo.
El desarrollo de alternativas
naturales como actividad antimicrobiana es importante además para
la economía de nuestro propio país. En ese terreno hay problemas
ya que se está buscando la conservación de la flora que está
muy asolada y por otro lado todavía hay que investigarla, es decir
que hay una doble preocupación. “Nuestras sierras son muy ricas
en esas especies, pero cada vez hay menos cantidad. Ahora se están
cultivando estas plantas medicinales en la zona norte de las sierras de
nuestra provincia, con muy buen rendimiento. El problema es que cuando
se hace un cultivo la planta sufre una serie de enfermedades que alteran
sus características naturales” finaliza la docente. |