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 Inteligencia
en las PyMEs
Permanentemente estamos
reflexionando sobre la pequeña y mediana empresa, tanto desde lo
académico como desde las políticas públicas, diagnosticando
y elaborando alternativas porque es la herramienta a la cual se ata la
esperanza de los países en desarrollo, por su mayor flexibilidad
a los cambios y porque en un marco creativo puede reemplazar inversiones
importantes, generando ocupación de mano de obra, principal problema
de estos tiempos.
Pareciera que sobre el tema
está todo dicho y posiblemente sea así, pero ¿cuánto
de todo esto que se dice en la práctica se hace?
Por lo general el empresario
está informado de la controvertida realidad porque ha asistido a
seminarios dirigidos a empresarios, también ha capacitado a sus
empleados, pero en la práctica poco se aplica y poco se innova porque
repetir la experiencia le da mayor seguridad, porque carece de tiempo para
pensar en implementar los cambios, porque es más importante para
hoy solucionar el “rojo” de su cuenta corriente, y así es que terminó
un curso o seminario, y esa carpeta con todo el material que recibió
más todo lo que anotó quedó en el cajón que
primero abrió y que tenía un lugar disponible.
¿Cómo evitar
esta demora o frustrada aplicación de las nuevas enseñanzas
en materia de negocios?
Cada empresa, por más
pequeña que sea, debe desarrollar su propio sistema de inteligencia
que le permita tomar conocimiento de los cambios que se están produciendo
y que puedan anticiparse a lo que sucederá en el futuro, tanto en
el contexto como en sus propias capacidades. Esta conducta de permanente
monitoreo sobre los factores que determinarán su accionar definen
la propia estrategia empresaria.
Este sistema de inteligencia
debe ser coherente con los roles que cada una de las personas claves en
la toma de decisiones cumple diariamente, evitando así que se postergue
la adaptación de la empresa o la coyuntura del mercado.
El empresario pyme debe
plantearse diariamente hacia dónde va, reforzar o modificar sus
decisiones según las últimas informaciones que su propio
sistema de inteligencia genere.
Estamos conscientes de que
el mercado argentino se ha modificado y que la economía globalizada
impone nuevas y transformadoras condiciones, tales como una mayor concentración
y una fuerte competencia comercial.
Todos los días estamos
viendo situaciones diferentes, entonces el empresario debe estar preparado
para adaptarse lo más rápido posible.
Rescato ahora lo que muchos
autores han venido pregonando en los últimos años: “el conocimiento
es la única fuente generadora de negocios”... pero ese conocimiento
exige habilidad en el trabajo, delinear políticas integrales de
capacitación, con el seguimiento en la transferencia y el aprovechamiento
del trabajo, de lo contrario el conocimiento queda solamente plasmado en
un simple certificado de asistencia.
En la práctica, el
empresario pyme debe plantearse una permanente interacción con los
demás integrantes de este sistema de inteligencia, donde cada uno
tenga que informar y proponer sobre temas determinados y donde se pueda
visualizar la situación actual, de la empresa, del rubro, del mercado
en general, de la organización en sí, de esta manera este
sistema funcionará, es importante plantearlo y ponerlo en funcionamiento.
Con respecto al contexto,
el empresario pyme debe buscar herramientas favorables, que deriven de
políticas oficiales o de agrupaciones sectoriales, que estén
disponibles o generándolas a través de influencias valederas
para lograr su permanencia en el tiempo y una disminución de los
costos operativos, necesidad indiscutible para poder enfrentar la creciente
competencia nacional e internacional.
El sistema de inteligencia
permitirá a la pyme mejorar su gestión empresarial y adaptarse
rápidamente a los cambios que exige el mercado. |