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 Los
desafíos de la investigación científico tecnológica
en la universidad argentina en
la
era de la globalización

A lo largo del siglo XX que
culmina, en especial después de la Segunda Guerra, se producen grandes
y fundamentales cambios en los paradigmas o principios fundamentales de
las ciencias. Hoy la investigación científica y tecnológica
se basa en nuevos paradigmas científicos surgidos de la teoría
cuántica, de la teoría de los sistemas abiertos o de los
sistemas fuera del equilibrio y de la teoría del caos, que tuvieron
su punto de partida en los principios hegelianos de la totalidad, el devenir,
la contradicción y la transformación.
Es en este contexto que
se puede afirmar que los nuevos paradigmas conducen a considerar que el
conocimiento es un proceso dialéctico y caótico, dinámico
y cambiante, que a diferencia del pensamiento clásico (determinista
y tomando las partes) el análisis se realiza en términos
de totalidad, donde muchas acciones se suceden al mismo tiempo y en el
mismo espacio, donde la creación del conocimiento es colectiva,
multifacética y cooperativa (inter o transdisciplinaria). Además,
la información es infinita y sin límites por lo que las certidumbres
ya no son tales y la consigna es aprender, aprender y seguir aprendiendo.
Uno de los ámbitos
donde se percibe con mas fuerza la validez de estos paradigmas son los
sistemas naturales, estos son sistemas caóticos, no determinísticos,
donde el pasado no es lo mismo que el futuro y por lo tanto a partir del
estado presente de un sistema no se puede establecer la certidumbre de
una trayectoria sólo es posible establecer la probabilidad de que
se produzca uno u otro evento. Así, la respuesta de un medio a un
impacto ambiental no depende sólo de la fuerza del impacto sino
también de la capacidad de absorción o de asimilación
del mismo por el medio, o dicho de otro modo, de la capacidad que tiene
ese medio de cambiar algo sin dejar de ser lo mismo. Esto también
es válido en las Ciencias Sociales incluyendo la Economía.
¿Qué más incierto y complejo que los cambios sociales
y los cambios en la capacidad de respuesta de la sociedad como resultado
de un proceso como el de la globalización económica? Lazlo
en su libro “La Gran Bifurcación” dice que ante el indeterminismo
de los sistemas fuera del estado de equilibrio la nueva era “no será
sólo nueva y posmoderna sino global: asistirá a la evolución
de la sociedad humana hasta los límites del planeta. La sociedad
será integrada pero diversificada; dinámica pero compleja;
y descentralizada en muchos niveles. Y además, puede sobrevenir
o no”. Y además afirma: “ La actual revolución en la ciencia
es diferente de las anteriores porque es verdaderamente interdisciplinaria”
y “Las teorías integrales de la naturaleza y la sociedad construyen
un conocimiento socialmente útil, al mismo tiempo que construyen
buena ciencia”
Estos profundos cambios
en los paradigmas de la ciencia han provocado una aceleración en
la producción científica la que ha llevado a que se produzca
una verdadera Revolución del Conocimiento donde los conocimientos
adquiridos y transmitidos, rápidamente se vuelven obsoletos surgiendo
nuevas problemáticas y por lo tanto nuevos objetivos.
El proceso de Globalización
que surge como consecuencia de lo que se puede llamar la Tercera Revolución
Industrial, con la increíble evolución de las tecnologías
de comunicación, que ha afectado todas las actividades de la sociedad
(el comercio internacional, las inversiones de países y empresas
en el extranjero, los mercados financieros, la competitividad entre las
empresas y los países, los modelos de consumo, las formas de vida,
la información y la cultura entre las más importantes), también
ha provocado una mayor velocidad en la producción científica
tecnológica. Esto es particularmente cierto para algunas áreas
del conocimiento vinculadas al desarrollo de tecnologías de alta
“perfomance” (electrónica, informática, biotecnología).
Este efecto de la globalización ha generado una extrema expansión
de la brecha tecnológica entre los países desarrollados y
el resto del mundo.
Esta brecha tecnológica
es también el resultado de las fuertes diferencias en las inversiones
en Ciencia y Técnica (CyT). Algunos pocos datos que surgen de las
estadísticas elaboradas por la RICYT (Red Iberoamericana de Indicadores
de Ciencia y Tecnología) y que pueden observarse en la Tablas I
y II así lo indican. Dentro del grupo de países seleccionados
se tomó el más desarrollado, dos países de mediano
desarrollo y dos de los llamados en vías de desarrollo. Como se
puede ver la Argentina es el que menos invierte en CyT tanto tomando las
cifras globales como la inversión por Investigador de Tiempo Completo
(ITC) o como porcentaje del PBI dedicado a las actividades de CyT. En lo
único que nos destacamos respecto a Brasil es en el número
de investigadores por 100.000 habitantes y en lo que nos parecemos es en
quién invierte en CyT. En ambos países la principal fuente
de financiamiento proviene del sector público siendo muy escaso
el aporte del sector privado, asimismo el lugar de ejecución de
las actividades de CyT es el sector público, especialmente las Universidades.
Esto nos conduce a realizar
algunas preguntas. ¿Será posible, en un futuro cercano, obtener
fuertes inversiones en CyT de parte de las grandes empresas, la mayoría
de ellas multi o transnacionales? ¿ Podrán las PYMES realizar
inversiones en CyT con la capacidad financiera actual? ¿Será
factible que en el futuro se incremente sustancialmente el aporte pública
par las actividades de CyT? ¿Las Universidades Públicas,
como parte sustancial del sistema científico-tecnológico
se quedaran esperando que se produzcan cambios o en todo caso deberán
pensar y ejecutar las mejores estrategias para provocar el desarrollo propio
y el de la región en la cual se encuentran insertas? El gran desafío
que tiene la Universidad Pública en Argentina, y casi seguro en
toda Iberoamérica, para el próximo milenio es lograr cambios
sustanciales en las estrategias de desarrollo y de financiación
de los proyectos de investigación produciendo además un cambio
en el direccionamiento de los fondos públicos, alentando una mayor
inversión en las ciencias aplicadas y derivando a la inversión
privada el desarrollo de las innovaciones tecnológicas. Es así,
que en los próximos años será necesario producir el
gran debate acerca de cual será el futuro de nuestras organizaciones
en todos los planos posibles partiendo desde los nuevos paradigmas y proponiendo
los cambios en las estructuras organizacionales, en las metodologías
de enseñanza y en las estructuras curriculares haciéndolas
flexibles y dinámicas para permitir la rápida adaptación
a los cambios en el conocimiento. Esto deberá generar una revolución
educativa y científico-tecnológico que produzca profundos
cambios en la formación de nuestros futuros graduados, docentes,
investigadores científico-tecnológicos, y porque no en los
futuros gestores, empresarios, gobernantes que podrán surgir de
nuestros ámbitos. |