Desarrollan nuevas variedades del triticale forrajero

En la búsqueda de cultivares de alta producción de forraje y a través de trabajos de genética y mejoramiento vegetal,  investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto obtuvieron nuevas variedades de triticale.

Este cereal de invierno, que goza de buena sanidad y que es tolerante al frío y a la sequía, se obtuvo por cruzamiento de trigo y centeno, y puede emplearse para pastoreo directo, henificación o como grano forrajero en invernada, recría y tambo. Su forraje conserva la calidad hasta bien avanzada la encañazón y el grano tiene un alto contenido de proteínas.
Desde comienzos de los ’80, este grupo de estudio de la Facultad de Agronomía y Veterinaria encabezado por el ingeniero agrónomo Víctor Ferreira, viene trabajando en el mejoramiento genético de plantas para consumo animal, fruto de lo cual han logrado  nuevas variedades de triticale con características superiores a los verdeos más utilizados en la región.
«Estos estudios básicos y aplicados se hacen, por un lado, con la perspectiva de obtener un conocimiento científico y, por el otro, de desarrollar nuevas tecnologías, con miras a la obtención de  semilla mejorada de algunos cultivos empleados para la producción ganadera», explica Víctor Ferreira.
Al referirse a la inserción de las variedades  conseguidas en la Universidad. dice que «el conocimiento y la difusión del triticale están avanzando a pasos agigantados» y agrega que la pureza genética de las categorías de semilla Fundación y Prebásica de estas variedades se mantienen a través de las actividades del criadero fiscalizado de semillas UNINARC, que la Universidad tiene desde 1993 en dependencias de la Facultad de Agronomía y Veterinaria.

El triticale se destaca por su resistencia al frío y las sequías de invierno. Hasta el momento, los investigadores de la F.A.V. han logrado desarrollar e inscribir seis variedades: Genú, Tizné, Quiñé, Ñinca, Guricú y Cayú

Triticales forrajeros
Ante la escasa oferta forrajera de las gramíneas perennes durante el invierno y la notoria necesidad de emplear cultivos estacionales en las cadenas forrajeras, los investigadores vieron la necesidad de realizar estudios de especies invernales. Así es como hace más de quince años comenzaron a desarrollar un programa de mejoramiento de nuevas forrajeras de invierno.
Trigo y centeno son especies distintas pero se pueden cruzar por medios artificiales. Las pocas plantas que se obtienen son estériles. Para lograr su fertilidad, los mejoradores emplean técnicas genéticas, específicamente la duplicación del número de cromosomas, a partir de la cual se consigue el triticale.
En la mayoría de los países el triticale se emplea como grano harinero. En Argentina, en cambio, este cereal se ha trabajado siempre con fines forrajeros, para pastoreo directo y  la fabricación de raciones.
El triticale cuenta con ventajas como su sanidad y tolerancia al frío frente a las avenas, características muy importantes en esta zona donde el invierno se caracteriza por ser seco y frío. Por otro lado, compite ventajosamente con el centeno en cuanto a su calidad, ya que este cultivo tiende a encañar muy tempranamente y una vez que las plantas están encañadas pierden la calidad y palatabilidad, razones por las que son rechazadas por los bovinos.
En cuanto a las ventajas del triticale, Ferreira destacó por otro lado que «tiene muy alta energía germinativa, que se traduce en una rápida emergencia de la plántula con una buena implantación de la pastura y una entrega rápida del forraje», y agregó que «generalmente casi todos los triticales en pleno invierno, aún sin lluvias  y con heladas continúan su crecimiento, mientras que otros cultivos dejan de hacerlo».

Tricepiros
Los tricepiros también fueron obtenidos por el hombre y consisten en combinaciones de trigo, centeno y agropiro. Son muy complejos porque implican disponer de triticales que son trigo con centeno y a la vez cruzarlos con otra cruza que es de trigo con agropiro. Es decir que la combinación de triticale con trigopiros da como resultado los tricepiros.
Estos investigadores lograron las primeras cruzas en el año ’91 y ya se dispone de una posible variedad en pruebas de rendimiento, lo cual cobra importancia si se tiene en cuenta que es un cultivo con el que se trabaja sólo en esta Universidad y en otro centro de estudios del país. 
«El tricepiro tiene escasa difusión, ya que al combinar tres especies diferentes se produce alta esterilidad inicial», comenta Ferreira, a la vez que  sostiene que «es necesario mucho trabajo de mejoramiento para estabilizarlo», aunque admite que «es una línea de investigación muy interesante por el potencial que tienen estos tricepiros en cuanto a la rusticidad invernal y al uso para pastoreo directo».

La mejora
En el programa de mejoramiento se realizan anualmente cruzamientos entre triticales con distintas características que se desean combinar. En la primera generación se trata de lograr el máximo de semillas. Al año siguiente se siembra semilla por semilla de manera distanciada, de manera tal que se pueda ver bien cómo es la planta y se realiza una primera selección individual, teniendo en cuenta la cantidad de macollos, el tamaño de la hoja, la sanidad, el ciclo vegetativo, entre otras características agronómicas. Luego, a partir de las progenies obtenidas se continúa un proceso de selección durante cuatro años más.
Recién en el séptimo año se definen las líneas, es decir, el material homogéneo seleccionado que está en condiciones de multiplicarse en pequeñas parcelas, para empezar a ser probados en ensayos de rendimiento de forrajes. Para esta comparación se emplea siempre un testigo, que es una de las mejores variedades de las que se dispone al momento del experimento.

Extensión con estudiantes
Para acelerar el conocimiento y la adopción de este cultivo, se ha puesto en marcha desde la Universidad el  Proyecto de Extensión “Difusión de Triticale”, a través del cual desde hace dos años, estos docentes universitarios trabajan con varios colegios secundarios de orientación agrotécnica.
En este marco,  se desarrollan actividades en las que los alumnos realizan  un ensayo agronómico con las variedades, a la vez que junto con sus profesores implementan pastoreo directo, con vacas lecheras o con novillos para engorde, luego de lo cual se realizan charlas técnicas, en las que se procura integrar a los padres de esos alumnos y a productores de la zona.

Las variedades
Hasta el presente, los investigadores locales han obtenido seis variedades denominadas Genú, Tizné, Quiñé, Ñinca, Guricú y Cayú. Todas están inscriptas en el Registro Nacional de la Propiedad de los Cultivares, que depende del Instituto Nacional de Semillas, y tienen Título de Propiedad vigente a favor del Criadero de Semillas UNINARC de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNRC.

Equipo de Investigación:
Ing. Agr. Víctor Ferreira 
Fac. de Agronomía y Veterinaria /Dpto. de Biología Agrícola
Tel: 4676145 / E-Mail:vferreira@ayv.unrc.edu.ar