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¿Quesos ecológicos?
En una época
en la que la ecología ocupa un lugar importante en el discurso social
, en la Universidad Nacional de Río Cuarto se investigó respecto
del interés por los alimentos ecológicos certificados, el
comportamiento de compra de los consumidores en cuanto a la importancia
atribuida a la calidad de los alimentos y su relación con el interés
por los de tipo ecológico, además del conocimiento y compra
de estos productos certificados y los significados asociados a éstos

A partir de saber que entre
los consumidores de los países desarrollados hay una creciente tendencia
a demandar alimentos con calidad ecológica, impulsada por una mayor
preocupación por la salud y seguridad alimentaria, la doctora en
Ingeniería Agronómica, Viviana Freire se preguntó
respecto de la actitud de los argentinos en este sentido.
Según la reglamentación
de Senasa, se denomina ecológico a un alimento que proviene de un
sistema de producción que conserva el ambiente, cuida el suelo y
no utiliza ningún elemento de síntesis química, como
por ejemplo herbicidas, fertilizantes, agroquímicos, es decir que
en general, respeta la diversidad biológica, trata de incrementar
la fertilidad del suelo y además le da al consumidor un sello de
garantía de que ese producto ha sido obtenido en tales condiciones.
Freire, que es docente de
las asignaturas Economía Pecuaria y Economía de la Facultad
de Agronomía y Veterinaria se planteó como objetivo evaluar
el interés de los consumidores de Argentina por los alimentos ecológicos
certificados y, en particular, determinar la aceptación de un queso
con calidad ecológica certificada y la voluntad de pagar un sobreprecio
respecto de un queso no ecológico.
El trabajo se centró
en un producto comercial determinado, un queso orgánico producido
en forma experimental en la provincia de Santa Fe, respecto del cual se
estudió la aceptación de sus atributos –tangibles e intangibles-,
la intención de compra imaginada por los potenciales consumidores,
la valoración de sus atributos y la aceptación de un precio
establecido.
Se realizaron dos estudios
de mercado, uno de tipo exploratorio en supermercados de la ciudad de Buenos
Aires y otro de carácter descriptivo en hogares de Río Cuarto.
De esta manera, se generó
información de utilidad para adaptar el proceso industrial y la
comercialización a las exigencias de las normativas nacionales e
internacionales para un producto lácteo ecológico, además
de conocer la potencial demanda de los alimentos de este tipo.
La producción ecológica
argentina tiene como principal destino el mercado externo (74 por ciento),
principalmente la Unión Europea. A partir de leche ecológica,
se obtuvo este producto que tiene iguales características, cuyas
principales particularidades lo hacen un queso de pasta semidura, recubierto
con una capa de parafina de origen mineral y una red de malla de algodón.
Estos alimentos se producen
y comercializan en los países más desarrollados. En Europa
representan el dos por ciento del mercado total de productos agrícolas,
en tanto que entre los emprendimientos agroindustriales de Argentina, 14
tambos producen 75 mil litros diarios de leche ecológica.
Sin embargo, según
lo revela este estudio, el consumo doméstico de estos alimentos
es escaso en el país, alcanza al 26 por ciento de la producción
y se concentra en zonas de nivel económico medio-alto en Capital
Federal y Gran Buenos Aires.
En Buenos Aires
El estudio exploratorio
en supermercados de la ciudad de Buenos Aires aportó información
acerca del conocimiento y las percepciones que poseen los consumidores
respecto de los alimentos ecológicos.
Como metodología
de trabajo, se instaló un panel de degustación y se obtuvo
la opinión de los consumidores relativa al nuevo producto y se averiguó
cómo esa valoración se transformaba en intención de
compra y voluntad de pagar un precio diferencial por ese alimento ecológico.
Como resultado de esta primera
parte de la investigación, surgieron como datos que sólo
el 25 por ciento de los entrevistados conocía algún alimento
ecológico y de ese total el 61 por ciento los adquirió alguna
vez. No obstante, el queso degustado tuvo buena aceptación en cuanto
a su sabor (69 por ciento dijo que era muy rico y un 20 por ciento lo calificó
como rico) y la intención de compra superó el 80 por ciento
de la muestra.
En Río Cuarto
El estudio de carácter
descriptivo realizado en hogares de Río Cuarto tuvo por objetivo
evaluar las opiniones y actitudes hacia el nuevo producto, en términos
de calidad percibida e intención de compra imaginada.
Partiendo de la premisa
de que los consumidores de alimentos ecológicos pertenecen a segmentos
de elevado nivel educativo e ingresos medios y altos, las entrevistas
fueron realizadas a personas con ese perfil.
Como metodología
de trabajo, se utilizaron encuestas semiestruc-turadas, basadas en entrevistas
personales a familias de la ciudad.
El trabajo se realizó
con la participación de estudiantes de Ciencias Económicas
y de Agronomía y Veterinaria. Ellos fueron casa por casa, de acuerdo
con una metodología de muestreo, para entrevistar a los consumidores.
La recolección de
datos se realizó en dos etapas. En la primera se consultó
sobre aspectos vinculados con características demográficas
y socioeconómicas, el comportamiento de compra y consumo de alimentos
en general, hábitos de consumo de queso genérico e información
general sobre alimentos ecológicos.
Después de la entrevista
se les entregó un queso ecológico a cada familia para su
degustación. Al cabo de tres días se efectuó una segunda
visita, para averiguar la valoración de los atributos del queso,
la intención de compra imaginada, los motivos asociados a la compra
y la disposición a pagar el precio propuesto.
Como resultado de este trabajo
de campo realizado en Río Cuarto, se pudo determinar que la composición
de los ingredientes no fue motivo de preocupación para la mayoría
de las personas. Los componentes más destacados fueron grasas/colesterol
y dietéticos/bajas calorías y, en menor proporción,
ausencia de conservantes/aditivos y proceso de producción natural/artesanal.
La mayoría de los
entrevistados demostró poseer escasos conocimientos en cuanto a
los alimentos ecológicos (12 por ciento), sin embargo, al igual
que en Buenos Aires, el queso fue aceptado ampliamente y entre sus atributos
se destacó el sabor.
El cien por ciento de los
consultados manifestó su intención de compra y el 44 por
ciento estuvo de acuerdo con que el producto tuviera un sobre precio de
entre un 25 y un 35 por ciento respecto de un queso no ecológico.
Producción ecológica
en la Argentina
La doctora Viviana Freire
comenta que en la Argentina hay un movimiento de trabajo ecológico”
y destaca que “existen 380 mil hectáreas de producción ecológica,
aunque todavía es incipiente respecto del tipo de agricultura tradicional.
Este movimiento tiene más
desarrollo en la Unión Europea y en Estados Unidos, donde prácticamente
se comercializa un 90 por ciento de la producción mundial. Los países
desarrollados están más volcados a este tipo de sistema,
en gran media debido a que tienen muchos problemas de contaminación
del suelo y el agua, a lo que se agrega que el consumidor está demandando
cada vez más este tipo de productos y que los sistemas productivos,
sobre todo agrícolas y ganaderos son intensivos y altamente dependientes
de insumos químicos.
Esta realidad es la que
hace que resulte necesario producir de manera más natural, volviendo
a las prácticas tradicionales de nuestros antecesores, para no dañar
el ambiente, en particular el suelo y el agua, lo cual es difícil
revertir.
En el mercado nacional existe
una variedad de productos ecológicos, en general hortalizas, frutas,
yerba mate, té y se están produciendo granos, que casi en
su totalidad se exportan.
Debido a que esos alimentos
tiene un proceso productivo más costoso, su precio es alto respecto
del alimento tradicional, lo cual hace que sus consumidores sean personas
que poseen un nivel de ingreso que les permite realizar una erogación
mayor.
Freire señala que
“como conclusión, se puede decir que este producto tiene un mercado
potencial, a pesar de que el conocimiento de los alimentos ecológicos,
en general, es muy escaso” y agrega que “el mercado es muy incipiente,
lo cual demanda un trabajo importante de educación del consumidor,
en el sentido de comunicar las ventajas que tendría este producto
para que realmente tuviera un mercado”.
La investigadora sostiene
que “en la Argentina están dadas las condiciones para introducir
en el mercado este producto de tipo ecológico”, aunque admite que
“probablemente tenga, por ahora, mayores posibilidades en el exterior,
sobre todo en la Unión Europea, donde el consumidor tiene más
conocimiento y lo demanda de una forma importante y cada vez más
creciente”.
De la producción
convencional a sistemas orgánicos
Siguiendo con esta línea
de trabajo, Freire ha encarado una nueva etapa de investigación,
en la que plantea estudiar la posibilidad de transformar los sistemas de
producción convencionales en sistemas orgánicos.
En este marco, se está
trabajando con sistemas de producción lecheros de alta productividad,
para ver si esta transformación -en ecológico-
puede llegara ser rentable en cinco o siete años.
Al respecto, la investigadora
sostiene que “para que un sistema se transforme en ecológico tiene
que adaptarse a ciertas pautas de manejo, como es un limitado grado de
suplementación para las vacas lecheras, no utilizar químicos,
ni hormonas, es decir, que tiene que ser un sistema de producción
lo más natural posible”.
Un alimento sano y rentable
En la actualidad, se está
evaluando económicamente un sistema de producción local de
la zona de Canals. Este trabajo viene siendo llevado adelante por investigadores
de la Universidad de Río Cuarto y del INTA de Canals y teniendo
como base de comparación una unidad de producción de leche
ecológica experimental del INTA Rafaela.
El objetivo se centra en
determinar si el productor puede producir de manera rentable, obteniendo
un sobreprecio adicional por vender una producción de leche
ecológica. |