Boletín de divulgación científica de la UNRC. Año V - Nº 5 - Marzo de 2001 / ISSN 1515 - 1050
  Ciencias Naturales:
Yerba mate: estudian cómo
aumentar la producción

Veterinaria:
Parásitos al galope

Biología:
Terapia fotodinámica, una herramienta 
contra el cáncer

Agronomía:
¿Quesos ecológicos?

Educación:
Estudiantes:
¿prisioneros de la educación?

Comunicación:
Internet vs. identidades culturales

Historia:

La violencia en el ámbito rural y urbano de 
córdoba entre 1750 y 1820

Agronomía:
Nuevo prototipo para siembra
directa de granos finos

Educación:
Buscando nuevos modelos de gestión

Opiniones:
Discusiones abiertas

Economía:
Las PyMEs y el futuro del país y las regiones

Veterinaria:
El estado de salud de la glándula mamaria 
y calidad de la leche

Ingeniería:
Un sueño eléctrico

Comunicación:
El desafío del periodista científico
 
 


Universidad Nacional de Río Cuarto
Rector: Ing. Agr. Leonidas Cholaki Sobari
Vice-Rector: Ing. Oscar Spada
Secretario de Ciencia y Técnica: 
Dr. Jorge Anunziata
Proyecto de Información Científica de la 
Coordinación de Comunicación Institucional
Editor: 
Lic. Miguel Angel Tréspidi 
Coordinación: 
Lic. Deolinda Abate Daga / 
Lic. Sergio Martin
Realización:
Area de Comunicaciones Externas, 
Gráfica y Fotografía.
Diseño Web: Lic. Marcelo G. Ciani

Una tarea compleja, pero apasionante

“Sólo es ciencia la ciencia transmisible”, sostuvo Leonardo Da Vinci para decir que “el primer deber del hombre de ciencia es la comunicación”.
Acercar la ciencia al público en general, trasladar a la sociedad sus avances y, en particular, reflejar los trabajos de investigación que se realizan en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) es el desafío.
La comunicación social se ha transformado en una herramienta de gran importancia en este mundo, en el que el saber científico es vital para la vida cotidiana.
Las universidades nacionales son las que aglutinan la mayor cantidad de investigaciones. En particular, la UNRC en la actualidad se ubica entre las diez universidades nacionales mejor posicionadas por su potencial en investigación. 
Sin embargo, el esfuerzo no es completo si no se logra conocer y comprender la realidad que construimos en esta comunidad universitaria. Para ello, es necesario que las investigaciones que aquí se realizan se conviertan en conocimientos para la comunidad. 
Esa verdad que surge en los laboratorios no puede ni debe quedar allí, por ello es que desde la Universidad se pusieron las tecnologías de la comunicación al servicio de la divulgación científica, como una vía más por la cual hacer fluir el conocimiento hacia la sociedad.
La ciencia es una necesidad básica que debe estar al alcance de la gente, por lo cual la divulgación de esos saberes constituye una obligación.
La idea es que los científicos locales puedan expresarse en voz alta, para explicar sus saberes y adelantos conseguidos, alertar sobre posibles riesgos y aportar soluciones, a la vez que expresar sus puntos de vista sobre los temas de interés comunitario.
Mario Bunge dice que “la realidad es complicada, pero no hay por qué complicar el discurso sobre ella. A menos que se quiera hacer pasar lo trivial u oscuro por profundo o refinado, imitando al vienés decadente que preguntaba: ¿a qué hacerlo sencillo si se lo puede complicar?”.
En este aquí y ahora, donde la ciencia y la tecnología cobran cada día más importancia, la regla es simple: decirlo de la manera más clara posible y para todos, lo cual no es nada nuevo, pues como sostiene Guadalupe Zamarrón (México 1991), “la divulgación de la ciencia no empieza, como se dice, en el siglo XVIII, sino en aquellos religiosos trashumantes de la Alta Edad Media pregonado en las plazas y catedrales los conocimientos de la ciencia griega y árabe”.