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 El
estado de salud de la glándula mamaria y calidad de la leche
La leche, que es insustituible
en la alimentación de los mamíferos, sólo es apta
para el consumo del hombre cuando está libre de agentes microbianos
causantes de enfermedades, antibióticos y biocidas -como insecticidas
y herbicidas entre otros-
Investigadores de la Universidad
Nacional de Río Cuarto realizaron, en el Laboratorio del Departamento
de Patología Animal de la Facultad de Agronomía y Veterinaria,
estudios vinculados con la calidad higiénica de la leche cruda y
en polvo.
El doctor Julio Quiñones,
director de este equipo de trabajo, comenta que “cuando se habla de calidad
de la leche se piensa en calidad composicional, calidad sanitaria y calidad
higiénica”.
La calidad composicional
se vincula con la constancia de los valores de sus elementos básicos,
como grasa, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales,
en tanto que lo sanitario tiene que ver con que sean bajos los niveles
de prevalencia de las infecciones intramamarias, para impedir la acción
de microorganismos mastitogénicos, saprofíticos, residuos
y contaminantes.
Trabajar por la calidad
higiénica de la leche implica disminuir al máximo las fuentes
de contaminación una vez que esta ha sido retirada de la glándula
mamaria
Existen diversas fuentes
de contaminación. Son frecuentes los microorganismos provenientes
del exterior de la ubre, los que permanecen en su interior, los que están
en el medio ambiente y los que provienen de la máquina de ordeñe
–particulamente de las pezoneras-. A esto se agregan la intervención
de la mano del ordeñador y su salud, el propio cuerpo de la vaca
y el estado higiénico en el que se realiza el tambo.
Entre otras variables que
intervienen en la higiene de la leche, cobra importancia la existencia
de vacas enfermas con mastitis clínica, ya sea que no hayan sido
tratadas o que hayan sido medicadas con antibióticos o sometidas
a la desinfección de pezones con sustancias contaminadas –para lo
cual es habitual que se utilice yodóforos-.
El profesor Quiñones
sostiene que “un plan de mejoramiento de la calidad de la leche debe ser
diseñado para un conjunto de tambos con problemas comunes, sin perder
de vista el factor económico, la practicidad y la efectividad, siempre
apuntando a disminuir las pérdidas económicas por la menor
producción de leche, grasa y caseína (proteína)”.
Algunas de las medidas que
se pueden tomar son pintar con cal los lugares de ordeñe y los corrales,
al menos dos veces por año, enfriar la leche, evitar que la máquina
de ordeñe lesione la punta del pezón de las vacas de tambo
e inspeccionar periódicamente el equipamiento. Es necesario aclarar
que enfriar la leche no significa mejorar su calidad sino que sólo
sirve para mantenerla.
Al respecto, los universitarios
aseguran que “no es posible mejorar la calidad de la leche manejando un
factor específico, sino que es preciso observar las diversas variables
epidemiológicas relacionadas con el medio ambiente, el lugar de
ordeñe y el estado de salud de la glándula mamaria”.
En relación con las
infecciones intramamarias, señalan dos instancias de control, una
durante el periodo seco y otra en el tiempo de lactancia.
Mientras la vaca no es ordeñada
–período seco- conviene aplicar antibióticos, aunque cuidando
de que no sean irritantes y que posean una concentración inhibitoria
mínima. Se recomienda no utilizar corticoides, ni caer en una sobredosis
de antibióticos. En tanto que durante el periodo de lactancia, las
medidas tendientes a mejorar la calidad sanitaria se centran en el control
del manejo del ordeño, por medio del lavado de pezones con soluciones
desinfectantes, revisión de la maquina ordeñadora e higiene
de las pezoneras. A esto se agrega que las vacas con mastitis clínica
deben ser detectadas rápidamente y separadas de las de ordeño.
Las pezoneras
Un elemento de importancia
desde el punto de vista de la salud de la glándula mamaria son las
pezoneras, que deben ser íntegras y estar bien higienizadas. Debido
a que son utilizadas por varias vacas, es preciso que por lo menos dos
veces al año se realice un diagnóstico bacteriológico
de la flora microbiana existente y así evaluar la acción
de los desinfectantes usados en la higienización.
El control durante el período
seco tiene por objetivo reducir los niveles de infección intramamaria,
para lo cual se procede a utilizar medidas de manejo estrictas, que incluyen
la aplicación de antibióticos en el secado e inmersión
del pezón después del ordeño.
Como se dijo, el control
de las infecciones debe seguir durante la lactancia. En este período
no se recomienda aplicar antibióticos intramamarios, por lo que
para el control es preciso extremar las medidas de manejo, a través
del lavado de pezones con soluciones desinfectantes, control de la máquina
e higiene en las pezoneras. En este marco, también es importante
el manejo de la mastitis clínica.
Leche en polvo
La leche en polvo así
como es fácil de manejar, lo es también de contaminar. Es
un medio de cultivo propicio para la proliferación de bacterias,
virus y hongos que se encuentran en el medio ambiente y son muchos los
factores de riesgo que tiene el ser humano al consumir leche contaminada
con esos agentes causantes de enfermedades.
Es un producto que tiene
un cuatro por ciento de humedad, lo que sumado a la temperatura del ambiente
permite el desarrollo de una gran cantidad de bacterias.
En esta línea de
investigación centrada en la calidad higiénica de la leche,
los docentes de la Universidad Nacional de Río Cuarto primero investigaron
la leche cruda y después realizaron un pormenorizado estudio bacteriológico
de las leches en polvo.
Staphylococcus aureus es
un microorganismo ampliamente distribuido en la naturaleza, que se lo suele
encontrar, por ejemplo, en las uñas, la nariz, la garganta y la
piel, entre otros tantos sitios, por lo que los alimentos se pueden contaminar
después de la cocción, al ser manipulados. Son comunes en
épocas de calor las intoxicaciones alimentarias ocasionadas por
este microorganismo.
También es importante
Clostriddium perfringens como contaminante de las leches en polvo. La espora
de este microorganismo puede resistir altas temperaturas y, junto con el
Staphylococcus aureus, provocar cuadros de intoxicaciones alimentarias
severas, especialmente en lactantes. Quiñones sostiene que “en la
preparación de la leche en polvo hay que ser cuidadoso, para disminuir
al máximo todas las posibilidades de contaminación y evitar
los cuadros de intoxicaciones alimenticias", ocasionadas especialmente
por los microorganismos mencionados. |