Falta de seguridad
Denunciaron un accidente en Química que pudo haber terminado en tragedia
04 de Abril de 2008 - Todo comenzó con una filtración de agua. Debieron sacar de los laboratorios 300 frascos de reactivos al oscuro, puesto que los cables estaban mojados. Cuando conectaron la luz, se detectó la presencia de un tarro de cianuro de potasio, de un kilo y medio, que podría haber generado un gas mortal.
Otro accidente, que podría haber terminado en tragedia, fue denunciado por tres docentes del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas. Los doctores Fernando Fungo, Gabriel Planes y Luis Otero, dijeron por Radio Universidad que a causa de una filtración de agua, al anochecer del pasado viernes, un día lluvioso, se produjo un incidente que puso en evidencia la falta de medidas de seguridad en esa dependencia de esta casa de altos estudios.
Relataron que por no tener luces de emergencia tuvieron que sacar a oscuras unos 300 frascos de reactivos y que cuando decidieron conectar la corriente eléctrica vieron que en el lugar había un tarro de cianuro de potasio, de un kilo y medio, que si hubiera entrado en contacto con un medio ácido generaba gas cianhídrico, que es mortal.
“Lo que es preocupante es que frente al siniestro no teníamos con qué responder. Movimos 300 botellas. Teníamos una sola máscara, no teníamos quita derrame”, dijeron, al tiempo que denunciaron que “aún no hay mapeo de riesgo en la Universidad”. Y agregaron: “En cuestiones de seguridad no hay medias tintas. Seguimos equivocándonos frente a la problemática que tenemos”.
Revelaron que “no se pusieron luces de emergencia, que cuestan 50 pesos. O los lavaojos, que los tenemos, pero hay que instalarlos”. Y consideraron grave que comiencen las clases sin que se haya consensuado un plan de emergencia con los bomberos y las autoridades.
El relato sobre el incidente que ocurrió en el Departamento de Química
“Fue grave. Pero, por suerte no hubo que lamentar ningún lastimado o accidentado.
A las siete de la tarde, un técnico que está a cargo de la parte de docencia, en el droguero del Departamento de Química, el droguero más grande que hay en la Universidad, detectó una filtración de agua. Era un chorro de agua, que estaba cayendo sobre todos los reactivos que están metidos ahí adentro, sobre una tarima, que está en la parte central del laboratorio. Literalmente llovía arriba de la tarima. Y el agua caía por toda la estructura.
Cortamos la luz, porque el agua pasaba por los cables”.
“El hecho de que se haya detectado una filtración en el droguero no es una cosa rara. En la UNRC donde hay tantos metros cubiertos, filtraciones hay por todos lados. Pero, se dio justo en el lugar donde no se tendría que haber dado”.
“Era un viernes, a las 7 de la tarde. Prácticamente no había gente. Ni el técnico, ni los docentes, ni las autoridades en ese momento sabíamos cómo responder frente al siniestro, cómo atacarlo”.
“Las filtraciones se produjeron a raíz de que estaba rota una junta de dilatación y justo había un desagüe tapado. Después se destapó el desagüe, pero la filtración seguía. Eran la 9 de la noche y decidimos sacar todos los equipos”.
“Y nos pusimos a pensar dónde estaba el sodio, que en presencia de agua inicia fuego. Si se pone un poquito de sodio en agua, se incendia. Entonces, lo corrimos. Después nos acordamos del carburo de calcio, que cuando se moja genera acetileno, el gas que se usa para los soldadores, y también lo sacamos”.
“Dijimos cómo estarán los ácidos, porque los ácidos minerales son altamente higroscópicos y generan gran cantidad de calor. Miramos y los ácidos se estaban mojando, aunque las botellas estaban tapadas. Y decidimos sacar todo lo que se estaba mojando”.
“Trabajamos bastante. Estamos hablando de tres horas. Y si hablamos de la cantidad de reactivos, podemos decir que sacamos más de 300 botellas, hasta las 9 y media de la noche. A oscuras, porque al no tener la luz de emergencia, tuvo que ser a oscuras. No nos animábamos a conectar la electricidad, porque los cables se estaban mojando. Removimos todo”.
“Y, pusimos la luz para ver si había quedado algo por sacar. Y nos asustamos bastante porque encontramos un tarro de cianuro de potasio, de un kilo y medio más o menos. Si ese tarro de cianuro entraba en contacto con un medio levemente ácido generaba gas cianhídrico, que es mortal”.
“Nunca tendrían que haber estado los ácidos junto con los gases y con las drogas”.