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Día de emociones en el campus

Estela de Carlotto fue investida como Doctor Honoris Causa de la UNRC

26 de Mayo de 2011 - Pidió a los jóvenes que luchen para que nunca más tengamos una Noche de los Lápices o un 24 de marzo de 1976. Sostuvo que el sentido de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo es la libertad y la realización del ser humano y que cada nieto recuperado es como una resurrección.

El Doctorado Honoris Causa, máximo reconocimiento de la casa de altos estudios local, fue impulsado por la Federación Universitaria de Río Cuarto, la Comisión Municipal de la Memoria y la Agrupación Hijos, además del respaldo de los centros de estudiantes y los gremios docente y no docente de la UNRC.

En una emotiva ceremonia que convocó a gran cantidad de público en el aula mayor del campus la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, fue investida con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Río Cuarto. A media mañana la señora Carlotto se constituyó en el Rectorado de la Universidad donde llegó acompañada por el rector Marcelo Ruiz y el vice rector Javier Salminis y otras autoridades universitarias. Y luego de la recepción protocolar en el despacho del rector, donde se sumaron las autoridades de las facultades, se dirigió a la Sala Pereira Pinto donde ofreció una conferencia de prensa. Posteriormente Estela de Carlotto se trasladó al aula mayor.

Pasados unos minutos de las 11 comenzó la ceremonia presidida por Marcelo Ruiz. El cantautor local Miguel Ángel Toledo recitó en homenaje a la visitante la poesía “Pañuelo Blanco”, de Hamlet Lima Quintana. A continuación Rodrigo Chednar y Roque Fernández de la Banda Folclórica Cosa de Duendes interpretaron canciones del repertorio popular. Otro aporte musical fue el del Coro de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Asimismo, hizo uso de la palabra el presidente de la Federación Universitaria de Río Cuarto (FURC) Franco Ayesa, tras lo cual se dio lectura la resolución 252/10 del Consejo Superior de la UNRC por la cual se establece otorgar a la señora Enriqueta Barnes de Carlotto el título de Doctor Honoris Causa de la UNRC.

Los fundamentos de esta resolución sostiene entre otros conceptos que “la señora Enriqueta Barnes de Carlotto se vio enfrentada a trágicas vicisitudes derivadas de las brutales acciones desplegadas por la última dictadura militar mediante el secuestro y desaparición de personas, momento en el cual emprendió su lucha en beneficio y defensa de la vida. Que en esa acción se constituyó en una de las fundadoras de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, organización civil dedicada a localizar niños que fueron apropiados ilegalmente, en cuyo reclamo han construido historia exigiendo verdad y justicia y castigo judicial a los responsables. Y que su calidad humana y fortaleza espiritual y dirigencial merecen la distinción pues la muestran como una persona que supo reponerse a las adversidad y que tuvo tenacidad para enfrentar la adversidad con valores esenciales a favor de la vida, de la democracia y la paz”.

Leída la resolución el rector Ruiz hizo entrega del título y la medalla de la UNRC donde se da testimonio de la categoría de Doctor Honoris Causa de dicha casa de altos estudios. Además se le hizo entrega de una presente creación de la artista plástica local Jimena Mateo, un grabado-xilografía y su estampa. El diseño simboliza a una madre de Plaza de Mayo abrazando la vida e hijo y nietos abrazando la libertad. Además hizo uso de la palabra por la Agrupación Hijos Luciano Giuliani.

Estela de Carlotto debió soportar el asesinato de su hija Laura Estela, quien era estudiante de Historia en la Universidad de la Plata y que fue secuestrada embarazada a finales de 1977 en La Plata. Laura tuvo un niño en cautiverio cuyo paradero sigue siendo desconocido. Además también en 1977 fue secuestrado el esposa de Enriqueta Estela, Guido Carlotto, liberado tras el pago de un rescate y de ser sometido a duros tormentos. En agosto de 1978 Estela fue citada por la dictadura para hacerle entrega del cadáver de su hija.

Palabras del rector

El rector Marcelo Ruiz al hablar durante el acto sostuvo: “Me gratificó por la presencia de la compañera Estela porque en ella se reúne historia del colectivo social y porque su persona reúne abuelas, madres, hijos y nietos. Para nosotros también como definición política y académica su presencia es un puente para la Universidad con lo que significó en los setenta el proyecto de liberación nacional. Y este puente precisamente nos permite construir y pensar con mucha fuerza en la dirección de una Latinoamérica liberada, una Latinoamérica emancipada y a nosotros nos permite como universidad pública avanzar en la construcción de otra universidad, una universidad popular, libertaria, emancipadora y latinoamericanista.

Quiero agradecer a las organizaciones que impulsaron este proyecto, Federación Universitaria, Hijos, Comisión de la Memoria, entre otras organizaciones. Gracias Estela por traernos en este día tanta historia, tanta vida y tanto sentido de grandeza”, concluyó en medio de jubilosos aplausos.

Conferencia de Estela de Carlotto

“No sé cómo expresarle el agradecimiento. Y a veces pienso que estoy acostumbrada pero no, uno no se acostumbra a nada, todo esto es nuevo cada día y nos da nuevas fuerzas cada día. Es algo increíble, por eso quiero agradecer a quienes impulsaron este doctorado porque es una cosa maravillosa sentirse parte de un lugar como este, les aseguro que esta Universidad es una bendición, creo que ustedes la valoran como tal, se respira afecto, cariño, convicción, libertad. Una Universidad con la que soñaron nuestros, hijos, con la que soñó mi hija Laura.

Agradezco a todos, a todos ustedes y muy especialmente a los jóvenes. A Hijos, a los compañeros de organizaciones sociales y políticas que representan para nosotros las Abuelas de Plaza de Mayo un presente de lucha y de futuro. Ellos son los herederos de una historia que es vida y queremos dejarles a estos jóvenes una vida en libertad donde puedan soñar y vivir cumpliendo sus sueños y sus deseos, que nunca exista una Noche de los Lápices, que nunca exista un 24 de marzo de 1976. Y en esto tenemos que comprometernos todos.

Las Abuelas somos un granito dentro de esta historia pero los que hacemos la historia somos todos y cada uno de los pobladores de este bendito país. Tenemos un gobierno constitucional desde hace 27 años. Yo nací en 1930 y viví y crecí con golpes de estado. Y creo en este sentido que no hay que dejar pasar la historia, como ciudadanos debemos participar. Vivía una vida aparentemente normal pero las Fuerzas Armadas interrumpían los gobiernos constitucionales permanentemente. El primer gobierno de Perón pudo terminar su mandato pero no el segundo. Fueron los bombardeos a la Plaza de Mayo, las muertes, los fusilamientos, las proscripciones. Y qué pasó con los que vivíamos entonces, no hicimos nada. No hubo carteles, no hubo marchas, no hubo protestas. Yo no hice nada. Si hubiésemos sabido defender la democracia no hubiéramos tenido el golpe de 1976. Y muchos hoy estarían acá. Por eso tenemos que pensar que nunca más.

Los militares asesinaron a jóvenes que tenía sueños, proyectos y que no pudimos convencer que no avancen más porque los padres teníamos miedo y desalentábamos esa lucha. Y yo le decía con escasos 20 años ‘basta, Laura, te van a matar. Salí del país’. Y ella me dijo ‘vamos a morir, pero nuestra muerte no será en vano. Nadie quiere morir, todos tenemos un proyecto de vida pero sabemos que miles de nosotros vamos a morir’, me dijo. A partir de ese día la comprendí a ella y su compañero que llevaron una vida digna y esas muertes no fueron en vano, por algo estamos acá, estamos de pie. Yo estaba con mi familia, era directora de escuela como mis hijos, mis nietos y el golpe militar nos marcó a todos. En La Plata, una ciudad universitaria con chicos con gran efervescencia, con espíritu de lucha, era una cacería y nos tocó vivir la desaparición de centenares de estudiantes, profesores, comunidades de bases religiosas y lógicamente cuando mi hija no llamó, no volvió, no escribió, salimos a buscar sin saber qué hacer, a golpear puerta con esa lógica inocente de que quienes tenían el poder nos iban a dar alguna información.

Por eso fui a la Iglesia, al arzobispo de La Plata, Monseñor Plaza, nefasto personaje. Algunos políticos importantes de La Plata, tampoco hubo respuesta, algún militar que nos recibió con un arma sobre el escritorio en el Comando en Jefe del Ejército, que fue el último presidente de facto, cuando le requerí por la vida de Laura, de una manera indirecta me dijo que acá no querían cárceles, haciendo una comparación con Uruguay, que había que matarlos. Cuando nos enteramos de que estaba viva con su embarazo nos sentimos con esperanza aunque después con las compañeras que me junté me enteré de que las historias eran similares. Después supe que mi hija murió después de dar a luz y tuve el privilegio de poder hacer el duelo porque este señor Bignone hoy en la cárcel para siempre y que tendría que vivir unas cien vidas más para cumplir con la condena que le está dando la democracia, este señor habrá dicho cuando la maten se la entregan a la madre porque me la pidió. Claro que yo se la pedí viva. Enterrar una hija es contra todo estado natural, es una herida que sangre, pero los que nos entregaron el cadáver realmente no tuvieron hijos o realmente no son humanos.

Fue allí cuando me comprometí a seguir luchando por la justicia y la verdad, claro que ya no estoy sola como estaba en esos momentos. Teníamos un mismo dolor, una misma búsqueda y una misma tristeza. Y aún después de tantos años y más allá de nuestras diferencias de religión, de cultura, de nivel social, nos une ese tronco común que es una lucha que no podríamos dejar jamás. Seguimos haciéndolo con esa paciencia femenina diría yo desde las vueltas en la Plaza de Mayo hasta que salimos al mundo, no nos quedamos en la Plaza. Recorremos el mundo con lo que pasó en la Argentina porque esto que pasó tiene carácter universal. Esto pasó en un país extenso, rico, de buena gente, y sin embargo pasó, por eso les digo a los jóvenes sobre todo que cuiden a los gobernantes, vigilen a los gobernantes, controlen lo que hacen, dirijan sus derechos hacia el cuidado de la democracia.

Las Abuelas empezamos buscando hijos y nietos, ahora buscamos todo lo que se relacione con los Derechos Humanos a vivir en dignidad y con la democracia estamos recuperando la dignidad con la gente, con autonomía, libertad e identidad propia, no es una identidad importada. Estos es tener familia, trabajo, que cada niño que nazca tenga el derecho a ser niño, no un niño abandonado, desnutrido, que pueda realizarse como persona. Con estos valores seguimos investigando y echamos mano a la ciencia a la genética. Fuimos a la justicia pero a la buena justicia.

Tenemos también caminos nuevos en la psicología. Los psicólogos estudiaron el caso de los niños robados por razones políticos, hoy hombres, mujeres. El proyecto de la dictadura era dejar nacer los niños para que los críen cualquiera menos sus familias. Me lo dijo Camps, el asesino que fue el jefe de Policía de Buenos Aires. Me dijo que personalmente mandó a matar a más de 5 mil subversivos. Y en cuanto a los hijos de los asesinados, encontrar otras familias para que no los criaran sus padres porque se iban hacer subversivos como sus padres. Fue un caso único en el mundo donde había maternidades clandestinas, en centros clandestinos de detención, cárceles ocultas. A lo mejor una comisaría, o una casa abandonada o una estancia o una gran escuela de los marinos como la ESMA donde nacieron muchos de nuestros nietos.

Nosotros llevamos al mundo esta situación en un país donde hay 400 de nuestro nietos insertos no sabemos dónde, con qué nombre y con quién, como están en una sociedad que todavía tiene mucho para resolver y esto es obligación de todos porque son nietos del país, era mi nieto pero es de todo, es decir que todos tenemos que encontrarlos.

Es decir que encontrar cada nieto era como una resurrección porque en la casa de las Abuelas tenemos las fotos de las parejas que eran los padres de esos nietos y muchos de esos nietos que hoy son hombres se unieron a nosotros y haberlos encontrado es para nosotros como la resurrección y la libertad de un ser humano. Y ahora estos chicos, que son hombres, están con nosotros y nos ayudan a pensar. Son como nuestros hijos cada nieto que recuperamos. Ninguna quiere venganza pero sí quieren justicia.

Y hemos conseguido en esta democracia, en esta primavera, gobiernos que de alguna manera hicieron algo, desde el primer juicio importantísimo, la formación de la CONADEP, tenemos que tener memoria porque para atrás a veces parece que no queda nada. Tuvimos gestiones, que mas allá de los partidos políticos, que abrieron una página de verdad y memoria donde había muerte y opresión. Los centros clandestinos son ahora lugares de lucha, las Abuelas tenemos una Casa en la ex ESMA que se llama Casa de la Dignidad y Abuelas de Plaza de Mayo que la hemos bautizado Doctor Néstor Kirchner.

Ese hombre que vino del sur con un apellido difícil de pronunciar nos escuchó, le dijimos de todo y él nos dijo que todo debemos hacerlo y nos ayudó, dejamos de trabajar tan solos porque tenía la intención de hacer justicia. Y ahora Cristina, madre y mujer solidaria, con la fuerza de la mujer que es más fuerte que el hombre para resolver cosas como la muerte de un hijo. Dormimos con el dolor pero nos levantamos cada día a seguir luchando por nuestros hijos y por los que nos llevaron. Y ahora una mujer de presidente y está haciendo un montón por los Derechos Humanos. Una mujer que todos los días hace algo. Es una mujer que esta luchando también por la justicia social.

Y ahora quiero hablarles a los jóvenes que están acá, a los estudiantes, a los que harán el camino que viene. Ahora tenemos directivos jóvenes con espíritu de lucha en las universidades donde se construye la libertad. Dejar esto es lo queremos, dejar cada día cada más, el encuentro con los nietos es romper con el plan sistemático de exterminio y hacer justicia es romper con lo que ellos pensaban sin miedo, no debemos tener miedo, no tenemos miedo las Abuelas. Yo no tengo miedo. Cuando me tiraron balas, las balas que me tiraron, son las balas que tenía Laura cuando fue exhumada, en su cráneo. Y con este panorama qué miedo podemos tener si ellos dieron la vida por todos nosotros, por ustedes chicos, queridos jóvenes, nada más gracias”.