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Asesor en emprendimientos invitado por la Secretaría de Extensión y Desarrollo

Miguel Ángel Casillas destacó que es necesario invertir en capital humano para lograr valor agregado en los productos que llevamos al mercado

15 de Agosto de 2018 - Sostuvo que la inversión en capital humano genera nuevas tecnologías y que además es muy importante pensar en un producto que pueda ser globalizado en el proceso de comercialización. Dijo que el reto para Argentina es el desarrollo en alimentos.

El especialista mejicano Miguel Ángel Casillas Alcalá, asesor de emprendimientos y desarrollo tecnológico a nivel latinoamericano que trabaja en el área de Silicon Valley, sede de grandes compañías emergentes y globales de tecnología en California visitó la Universidad Nacional de Río Cuarto en el marco del Plan de Fortalecimiento de las Capacidades de Vinculación y Transferencia Tecnológica de esta casa de estudios.

Casillas Alcalá compartió un desayuno de trabajo con el Secretario de Extensión y Desarrollo de la UNRC, Pedro Ducanto y con integrantes del Consejo de Extensión, más representantes del área de Vinculación Tecnológica, tras lo cual recorrió laboratorios y centros de investigación en el campus.

Miguel Ángel Castillo Alcalá explicó que él se dedica a llevar a empresarios y emprendedores e inversionistas a Silicon Valley y “recientemente un grupo de empresarios de Río Cuarto fueron a conocer el ecosistema de Silicon Valley, quedaron sumamente impactados con aquella visita, de tal manera que me invitaron primero a un Congreso en Mendoza y ahora estoy acá en Río Cuarto para hablar de las necesidades de más inversión en capital humano y menos en activos físicos”.

Sostuvo que las universidades tienen un rol fundamental en la formación de ese capital humano. “Hoy en día las economías que están progresando en el mundo son aquellas que les están dando mayor agregado a las materias primas de cualquier origen pero el que le pone mayor valor es el capital humano por medio de la implementación de las tecnologías, lo que permite que una innovación vaya escalando y resolviendo más problemas, lo que a su vez lo hace más reconocible en el mercado”.

“Entonces vemos que la Universidad es un lugar fundamental de capacitación acá en Río Cuarto para agregarle mayor valor agregado a los productos agrícolas que genera la región. Se trata de capacitarse para hacer productos terminados que vayan más allá de la materia prima, productos que sean exportables, empaquetables, que sean vendibles por Internet. Y esto generaría sin dudas un mayor valor agregado a la región”, dijo.

“Incluso creo que la Argentina tiene que plantearse un reto cual es proponerse resolver el hambre del mundo. Tienen las capacidades, los recursos humanos, las tierras, el clima, falta la terminación del producto, convertir el producto que sea distribuible en todo el mundo. El potencial de la Argentina es muy grande sin duda”, opinó.

Destacó que “Silicon Valley genera tecnologías no tan sofisticadas pero puede llevarlas rápidamente a todo el mundo, los hace tendencia, los hace industria, nuestra intención es que los empresarios entiendan este concepto: la necesidad de globalizar lo que aquí desarrollan”.

Dijo que hay conceptos fundamentales que tienen que tener en cuenta los emprendedores, “lo primero: pensar en grande, salirse un poco de la mentalidad local y pensar en global; saber que para llegar a un mercado global es necesario colaborar, tener apertura con otras entidades y otras ciudades que nos pueden ayudar con recursos para abarcar un mercado tan grande como el mundo”.

“Otro idea central es la necesidad de recompensar a los que participan en el emprendimiento, por ejemplo en Silicon Valley se recompensa a los empleados por medio de acciones, por ejemplo cuando Facebook salió a la bolsa sus primeros mil empleados se volvieron millonarios”.

Añadió que “otro aspecto tan importante como compartir el beneficio en una empresa es saber asimilar el fracaso. Cuando se innova el riesgo de fallar es alto, cuando se hace algo nuevo se pueden cometer errores y tenemos que entender que fallar es parte del proceso natural. No hay que etiquetarlo sino considerarlo un aprendizaje y apostar más todavía por el que falló. Es un concepto muy importante en un ecosistema de innovación”.

“Sin embargo vemos que en sociedades muy avanzadas como Japón fallar es terriblemente mal visto, en los latinos también por diversos factores. Por el contrario en Silicon Valley un emprendedor que pierde plata se hace susceptible de recibir más dinero para nuevos emprendedores. La lógica es tomar las fallas como aprendizajes”.

Ejemplo

Miguel Ángel Castillo dio un ejemplo de como un elemento tecnológico muy sencillo le agrega valor a un producto y lo hace apetecible para el comprador. Mostró una billetera pequeña y con un costo de cien dólares. “La billetera –explicó- trae un censor de tal forma que cuando se separa mi billetera de mi celular me avisa, la estás perdiendo. En realidad sigue siendo piel, sin el sensor la billetera vale 10 o 20 dólares, con lo cual podemos decir que lo llevó el valor del bien de 20 a 100 dólares es la tecnología”.

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