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1850-17 de Agosto-2019

A 169 años de la muerte en el exilio del libertador general San Martín

16 de Agosto de 2019 - A las 14 del 17 de agosto de 1850 en Boulogne Sur Mer, Francia, moría el general José de San Martín.

El fin de su vida abría las páginas de su gloría. Nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1788.

A poca andar viajó con sus padres a España y se enrolo en las filas del Ejército de español.

De inteligencia lúcida y espíritu templado recibió el impacto de los grandes cambios promovidos por las ideas de la Revolución Francesa y de la Revolución Industrial Inglesa.

En coherencia con estas ideas tenía la convicción de que las monarquías absolutistas del viejo mundo eran anacrónicas y que el colonialismo español era una aberración para los pueblos americanos.

En 1812 llegó a Buenos Aires y si bien no fue gentilmente recibido se le encomendó la formación del escuadrón de Granaderos a Caballos.

La participación que tuvo en las grandes batallas de la Europa de la época despertaron sus cualidades estratégicas lo que le permitió avizorar la inutilidad de continuar enfrentando a España por el norte del país y que era necesario el epopéyico esfuerzo de cruzar los Andes para avanzar sobre Chile.

Desde allí vía Pacífico dar un golpe mortal al centro defensivo de los realista en Lima, Perú.

Durante la campaña de los Andes, el Libertador San Martín, pasó varias veces por el territorio que es en la actualidad el Departamento de Río Cuarto recorriendo el camino de posta entre Buenos Aires y Mendoza.

Este camino al cruzar la provincia de Córdoba unía en línea recta la actual Villa María con Achiras y corría al Norte de la Frontera Sur para evitar el peligro de las invasiones de los indios.

Las principales postas de la región de Río Cuarto eran Tegua, Corral de las Barrancas (hoy Coronel Baigorria), tambo La Aguada (cerca de Cuatro Vientos), Barranquita y Achiras.

El historiador riocuartense Carlos Mayol Laferrere indica: “El primer paso se produjo en 1814, hay constancias que el 31 de agosto traspuso el Canal de las Barrancas y el 1 de septiembre Achiras”.

Venía del Norte e iba Mendoza. El último pasó por la región fue en 1823 de regreso de Perú, rumbo a Buenos Aires, previo a su exilio en Europa.

Por la ciudad de Río Cuarto propiamente también pasó. Al menos una vez en los primeros días de octubre de 1819 y se sabe que llegó a La Carlota.

Víctor Barrionuevo Imposti, en su obra Historia de Río Cuarto dice que marchó por el camino de postas y el 10 de octubre de 1819 llegó a la Villa de Río Cuarto.

Puso todo su esfuerzo y capacidad para la Libertad de su tierra. Su heroísmo fue testimonio de su entrega por sus hermanos americanos.

Por todo esto tal vez le quepa justo y justo de justicia su reconocimiento como el Padre de la Patria.

Otro capítulo de la leyenda del Libertador

En un artículo de diario Infobae titulado “La leyenda de la estatua de San Martín en Boulogne-sur-Mer” publicado en agosto de 2016 se hace referencia a otros mitos que rodearon al gran soldado americano pero en este caso tras su muerte.

El artículo lleva la firma de la historiadora Alicia Panero, conocida también por su libro Mujeres Invisibles relativo a la Guerra de Malvinas.

El texto de Infobae expresa: “Poco se sabe de lo que pasó luego de la muerte del general José de San Martín en la ciudad francesa de Boulogne-sur-Mer y de la increíble historia del monumento al Libertador, que sobrevivió casi intacto a dos guerras mundiales, lo que dio inicio a una leyenda en torno a él”.

“Más allá de la casa que habitó y en la que murió, existen otros dos lugares en la ciudad que evocan la memoria de San Martín: el monumento en la avenida que bordea el mar, inaugurado el 24 de octubre de 1909, y la cripta de la Capilla de Notre-Dame de Boulogne-sur-Mer, donde sus restos reposaron durante 11 años hasta que fueron trasladados al cementerio de Brunoy, en los alrededores de París, para luego ser llevados a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, el 28 de mayo de 1880”.

“El monumento costero es lo que más impacta. Para los lugareños, no es posible referirse al general sin recordar "el milagro de la estatua de San Martín". Su imponente presencia remonta al héroe y su leyenda, tejida en el entramado de un pueblo que resurgió de la tragedia y de la devastación de la guerra. Y que dio origen al mito que el imaginario colectivo alimenta hasta nuestros días”.

“El 24 de octubre de 1909 se inauguró un monumento ecuestre del General de San Martín en Boulogne Sur-Mer. Fue el primero emplazado en su honor en toda Europa. (…) Lo que siguió dio lugar a una leyenda: la ciudad fue bombardeada en las dos guerras mundiales, pero el monumento apenas fue afectado por unas esquirlas.

Por su posición estratégica cercana al canal de La Mancha y próxima al puerto de Calais, durante la Segunda Guerra Mundial, Boulogne-sur-Mer fue ocupada por los alemanes. Soportó 487 bombardeos aéreos y gran cantidad de ataques navales; desaparecieron barrios enteros, como los de Capécure, Ave María y Saint-Pierre, indudablemente el más castigado y próximo a la estatua del Libertador”.

“El Día D, el 6 de junio de 1944, los aliados desembarcaron en Normandía para comenzar la liberación de Europa desde Francia. Fue la mayor invasión por mar de un país en toda la historia: unos 250 mil soldados llegaron al norte de Francia con el objetivo de abrir un camino hasta el corazón del Tercer Reich.

Nueve días más tarde, durante la noche del 15 de junio de 1944, unos 300 aviones arrojaron 1.200 toneladas de proyectiles sobre Boulogne-sur-Mer, con epicentro en la base de submarinos instalada a 200 metros de la estatua de San Martín”.

“En cada ataque cayeron centenares de casas y edificios. Pero del remolino dantesco de polvo, fuego y humo, sólo una cosa surgió serenamente enhiesta, magníficamente segura, como si estuviera indiferente a tanta locura: la estatua del general San Martín.

Como la razón no puede describir el fenómeno, la explicación que dan en la ciudad es que "hubo una mano superior que desvió la bomba destructora" o que "ha habido una voluntad que quiso revelarse por el signo cierto de un amparo a todas luces imposible". En fin, que es un mensaje decisivo y elocuente a los pueblos y a los hombres.

La ciudad que acogió al general en sus últimos días resurgió de la batalla con la estatua del héroe como custodia intacta. Y así nació el agradecimiento eterno de un pueblo a ese Libertador de otras tierras que fue custodio de su reconstrucción, el hito de lo que fue para comenzar de nuevo”.

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