Gestión de los Residuos Peligrosos Químicos y Biológicos

Se considera Residuo Peligroso a todo material que resulte objeto de desecho o abandono y pueda perjudicar en forma directa o indirecta, a seres vivos o contaminar el suelo, al agua, la atmósfera o el ambiente en general; y cualquiera de los indicados expresamente en el Anexo I de la Ley 24.051 o que posea alguna de las características enumeradas en el Anexo II de la misma ley.

Se entiende por gestión el conjunto de actividades encaminadas a dar a los Residuos Peligrosos Químicos y Biológicos el destino final más adecuado de acuerdo con sus características, comprende las actividades de almacenamiento en el lugar de generación, clasificación, trasporte intracentro, acopio transitorio, transporte hasta el operador para su tratamiento o disposición final, según corresponda.

El principio general que mantiene la UNRC es que los residuos deben ser dispuestos de forma tal que no afecten a las personas ni al ambiente. Para lo cual, la institución implementa un Sistema de Gestión de los Residuos Peligrosos Químicos y Biológicos.

El manejo seguro de residuos es un concepto global que se refiere al proceso que comienza con la compra de los materiales necesarios para un ensayo determinado y termina en el destino final que se da a los residuos generados.

Los principios básicos en que se fundamenta el sistema de gestión de los Residuos Peligrosos son la minimización de los mismos y la correcta disposición final.

Es importante destacar que el Sistema de Gestión de los Residuos Peligrosos, implementado en la universidad, se desarrolla en el marco de Ley Nacional N° 24.051, Decreto 831/93, la que considera residuo peligroso a todo aquel que pueda producir daño afectando a seres vivos, al aire, al agua o al suelo.

El Sistema de Gestión de los Residuos Peligrosos cuenta, como pilar fundamental, con el Procedimiento UNRC-SySO-PR-011 - Gestión de los Residuos Peligrosos Químicos y Biológicos, de cumplimiento obligatorio en todos los ámbitos de la UNRC.

Esta universidad considera que el manejo de los residuos no es un problema exclusivamente administrativo, técnico o financiero, conlleva además un fuerte elemento de cultura que sólo puede superarse por medio de un proceso constante de educación, camino que ha emprendido hace más de una década.