Educación pública
Recibieron diplomas cien profesionales en la 309ª colación de la UNRC
30 de Mayo de 2025

Este viernes se concretó la 309ª colación de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en la que recibieron sus títulos 100 profesionales. Los actos tuvieron lugar en el aula mayor José Alfredo Duarte. Por la mañana fue el turno de los 17 graduados de Agronomía y Veterinaria y los 30 de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales. La ceremonia vespertina fue el momento de los 15 de Ciencias Económicas, los 30 de Ciencias Humanas y los 8 de Ingeniería.
El acto matinal fue presidido por la rectora, Marisa Rovera, junto a quien compartieron el estrado los secretarios Académico, Pablo Pizzi, y de Posgrado, Rosana Malpassi, así como los decanos de Ciencias Exactas, Germán Barros, y de Agronomía y Veterinaria, Rosendo Liboa.
El vespertino también fue presidido por la rectora Rovera, quien además en ambos actos tuvo a su cargo el juramento profesional, acompañada en el estrado por los secretarios Pablo Pizzi y Rosana Malpassi y los decanos de Ciencias Económicas y de Ciencias Humanas, Guillermo Mana y Cristian Santos respectivamente, más el vicedecano de la Facultad de Ingeniería Sebastián Robledo.
En la mañana, la nota artística estuvo a cargo del Ensamble de música popular argentina y latinoamericana, del Departamento de Arte de la UNRC. Por la tarde estuvo a cargo del pianista Joel Lichtenstein.
En nombre de las autoridades hablaron los decanos de Exactas, Germán Barros, y de Humanas, Cristian Santos. Por los graduados, el médico veterinario Agustín Álvarez Matelica y la contadora Dolores Güelfi.
Los discursos convergieron en la defensa de la educación universitaria, en una semana en la que hubo manifestación en plaza Roca en reclamo de la ley para su financiamiento.
Una vez más hubo quienes recibieron sus diplomas gracias al programa Potenciar la Graduación, destinado a que retomen sus carreras quienes las habían dejado a falta de menos de 30 por ciento del plan de estudios.
Palabras de los graduados
Agradecimiento
El discurso de Agustín Álvarez Matelica estuvo signado por la gratitud y la emoción, como que al empezar expresó que le “tambaleó un poco el pecho” cuando lo invitaron a hablar en el aula mayor José Alfredo Duarte. Agradeció “a la familia de cada uno de los aquí presentes, porque su apoyo nos permitió llegar adonde estamos hoy”. Ponderó su respaldo y “aliento incansable” a lo largo de los años de estudio. Resaltó el amor de los suyos, graficado en que “hoy se alegran igual o más que yo por este logro”.
Los amigos, “familia que uno elige”, también fueron depositarios de los elogios del nuevo veterinario: “Acompañan, apoyan y hacen más ameno todo cuando el camino se hace cuesta arriba”.
La gratitud alcanzó a los docentes, que desempeñaron “la gran tarea de formarnos como profesionales y ciudadanos” en un marco de “educación pública, gratuita y de calidad” que posibilita a los graduados “contribuir con el futuro del país”.
Fruto del esfuerzo, la disciplina y el sacrificio
La contadora Dolores Güelfi expresó: “Es un día para recordar y reflexionar. Ver donde estamos hoy, nos recuerda lo lejos que hemos llegado. En momentos de muchas dificultades supimos salir adelante porque encontramos la fuerza y el coraje para continuar. Llegar hasta acá no es una cuestión de suerte, es el fruto del esfuerzo, la disciplina y el sacrificio. Superamos cada obstáculo, pudimos con todo y todo esto valió la pena”.
Agregó que también es momento de agradecer. “Los títulos que llevamos no llevan solo nuestros nombres llevan los nombres de nuestras familias que nos acompañaron en cada paso. Muchos de ellos no tuvieron la oportunidad de ser profesionales pero se sacrificaron para que nosotros llegáramos a este momento, nos dieron el mejor regalo: la educación”.
“Gracias a los compañeros que compartían el cansancio y las dudas, que se convertían en amigos que estuvieron siempre para explicarnos un tema, resolver algún problema o darnos alguna mano”.
“Y gracias profundamente a nuestra querida UNRC por abrirnos las puertas, por darnos la oportunidad que muchos de nosotros no hubiéramos tenido de otro modo. Gracias a los docentes y nodocentes que con su trabajo diario hacen posible este futuro. Fuimos testigos de su compromiso, pasión y dedicación”.
Dolores Güelfi sostuvo que “hoy más que nunca tenemos la responsabilidad de cuidar la universidad pública, de defenderla siempre para que muchos más tengan la oportunidad que tuvimos nosotros. Les deseo el mayor de los éxitos en todo lo que se propongan”.
Palabra de los decanos
Colectividad
“Si la intención fuera dejarlos satisfechos, seguiría una línea discursiva ampliamente distribuida (y lamentablemente aceptada) y, en términos meritocráticos, pondría en valor exclusivamente el esfuerzo individual y el sacrificio que los llevó a cada uno de ustedes a alcanzar el objetivo del título universitario”, les dijo el decano de Ciencias Exactas, Germán Barros, a los egresados.
Indicó que “la meritocracia es fundamentalmente la idea de organizar la sociedad como si fuera una carrera en la que gana el mejor, el más talentoso, el más trabajador. Pero para que haya (algunos) ganadores, también debe haber (muchos más) perdedores. Así, el mito de la meritocracia promete igualdad de oportunidades sin preocuparse (ni ocuparse) por la creación de condiciones que permitan considerar diversidad de puntos de partidas y recorridos, ni toma en consideración que el poder alcanzar una movilidad social ascendente no resulta un hecho neutral y netamente individual porque claramente los contextos y circunstancias sociales, políticas, históricos y culturales no sólo no son iguales ni neutrales sino que sin políticas públicas claras, centradas en garantizar el ejercicio real de derechos, estos contextos (sabemos) que muchas veces se convierten en grandes condicionantes y hasta determinantes para esa tan ‘anhelada’ e ‘idealizada’ igualdad de oportunidades”.
Barros mencionó a “Stefan Löfven, exprimer ministro sueco” que “encarna una historia personal de movilidad de clase. Nacido en un contexto de pobreza, soldador de oficio (empleo típico de clase obrera), ascendió en la escala social hasta convertirse en primer ministro. Sin embargo, Löfven ha rechazado siempre su representación como un modelo a seguir, explicando que su trayectoria de vida fue posible gracias a la ampliación del Estado de Bienestar y ofrece una visión progresista, no meritocrática”.
Más adelante, apreció el rol del “entorno afectivo, madre/padre, abuelas/abuelos y otras personas aquí presentes. Esos seres transmitieron su herencia y moldearon el ser humano único e irrepetible que son. Ellos saben muy bien lo que costó llegar hasta aquí, las horas invertidas en el estudio, las desazones y los alientos posteriores a las caídas, el orgullo de que alguno de ustedes sea la primera generación universitaria”.
También destacó la influencia que para la graduación tienen los trabajadores de la educación superior, quienes “aportaron a su formación disciplinar, y espero que también a su formación política, socio-crítica, ética y profesional de acuerdo a nuestro mandato estatutario”. Claro que la educación superior pública atraviesa una “triste realidad” en la que “más de la mitad de los salarios de docentes universitarios se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Este hecho comenzó a generar procesos de deserción profesional o bien que el/la docente tenga que sostener otro trabajo como medio de subsistencia, lo que implica una sobrecarga laboral y menos tiempo material para estar involucrado en la vida institucional universitaria.
Gracias al sistema universitario público hoy ustedes tienen su título, pero no pueden desconocer que es imposible mantener una formación de calidad con profesores en malas condiciones laborales y salarios indignos generado por presupuestos universitarios reconducidos muy alejados de la realidad”.
Barros manifestó que “esto pone en evidencia que se falta a la verdad cuando se afirma que sostener la Universidad Pública es oneroso y/o se crea la idea del sistema deficitario. Muy por el contrario, somos un sistema universitario público muy barato en términos reales en comparación con el aporte social materializado en egresados como ustedes o en el conocimiento generado a través de investigaciones sociales y desarrollo científico y tecnológico”.
Con vista a futuro, el decano de Exactas aseveró que “cambios vertiginosos en lo social, cultural y tecnológico en campos disciplinares diversos plantean nuevas problemáticas y escenarios educativos que nos desafían a repensar y revisar la educación superior desde diferentes dimensiones. Esto de ninguna manera puede llevarse a cabo en medio de una crisis institucional, identificada por una presión creciente para someterla a criterios de eficiencia y productividad de naturaleza mercantilista, todo esto agravado por una falta de inversión y descapitalización de la Universidad Pública.
Ratificó Barros que “la educación superior no es un servicio, es un bien público social, un derecho humano y universal y un deber del Estado”. Añadió que “es nuestra obligación defender este derecho y levantar la bandera de lucha por la educación pública, gratuita y de calidad” e invitó a los graduados a indignarse “cuando escuchen que la universidad es un centro de adoctrinamiento”. Les sugirió que opten “por el cooperativismo en lugar del corporativismo”, que le den “mayor valor al capital social y humano que al blanqueo de capitales”, que reclamen “por más garantías del Estado y políticas públicas en contraposición a mecanismos de desregulación para beneficio de grupos económicos concentrados”, además de reconocer “como valiosa a la inversión estratégica desconfiando del déficit cero a costa de los más vulnerables” y de bregar “por más justicia social e igualdad de oportunidades” y descreer del “mito de la meritocracia”.
En el final, hizo un llamamiento a los graduados a que “nunca se traicionen, no negocien la ética profesional, sean políticamente incorrectos, no pierdan la pasión por lo que hacen y no renieguen nunca de las utopías”.
Momentos más esperados y emotivos
Por la tarde, el decano de la Facultad de Ciencias Humanas, Cristian Santos, dijo que “las ceremonias de colación son, probablemente, los momentos más esperados y emotivos de la vida universitaria, porque en ellas culmina una etapa llena de sueños acumulados durante años”. Se dirigió a cada novel profesional al enumerar: “Es tu sueño personal, pero también el de tu familia, que te ha visto crecer. El de tus amistades, que disfrutaron de tus logros pero que también te acompañaron en los momentos difíciles. Es el sueño de tus docentes, quienes hoy te miramos a los ojos, recordamos tu paso por las aulas y reconocemos que gracias a vos hoy somos un poco mejores. Es el sueño del personal nodocente de esta Universidad, que la sostiene día a día. Y es también el sueño de aquellas personas que aún no llegaron a esta etapa a la que vos llegaste. Ellas son, también, y acaso principalmente, nuestra responsabilidad”.
Santos recordó que “mayo es un mes muy especial y cargado de simbolismo. El primero de mayo conmemoramos el día internacional de las y de los trabajadores. Recordamos la lucha para conseguir la jornada de ocho horas, una conquista que se llevó muchas vidas y que nos enseña que, sin derechos, ningún trabajo dignifica”.
“El mundo enfrenta graves retrocesos. Hasta lo brillante esconde sombras. Los dispositivos tecnológicos que usamos a diario, por ejemplo, se producen a menudo en condiciones laborales deplorables en diferentes partes del mundo, con salarios extremadamente bajos, explotación infantil y falta de derechos laborales. Su bajo precio oculta un costo humano altísimo”, lamentó el decano. Ejemplificó que “las tiendas de ropa del primer mundo consiguen bajos precios gracias a la explotación en países periféricos. El costo laboral de sus productos representa una mínima parte de su precio final. Millones de personas en el mundo son refugiadas o desplazadas por la fuerza, huyendo de sus países a causa de la violencia. Conflictos armados prolongados generan un sufrimiento inmenso y el avance de las tecnologías de la muerte”.
Mayo es el mes en el cual la UNRC ha cumplido 54 años. “Con aciertos y con errores, esta institución ha formado a miles de profesionales, ha generado conocimiento científico y tecnológico relevante, ha contribuido al desarrollo económico, social y cultural de la región y, como todo el sistema universitario público nacional, hoy enfrenta un verdadero peligro: el desfinanciamiento. El presupuesto es insuficiente, los salarios universitarios son extremadamente bajos, equiparables a los de la crisis del 2001. Las y los estudiantes necesitarían varias becas para cubrir sus necesidades más elementales”.
Señaló también el decano que “lo que el Estado nacional invierte en el sistema universitario es una porción mínima de sus erogaciones totales, a pesar de la importancia que tiene para el desarrollo de todo el país. Los intentos que hasta ahora hemos hecho para revertir esta situación han sido frustrados.
La crisis presupuestaria no se limita tampoco al sistema universitario. También la sufre el sistema de salud y otros sectores de nuestra sociedad. Las personas jubiladas y pensionadas viven momentos verdaderamente críticos”.
Tras señalar que “los discursos de odio y la cultura de la cancelación caracterizan tristemente la violencia de estos tiempos”, Santos interrogó y planteó: “¿Es tan costoso respetar la integridad de las personas? ¿Qué prioridad puede tener el equilibrio fiscal o el orden macroeconómico por encima de la dignidad humana? Como comunidad, debemos preguntarnos por qué permitimos que estas situaciones ocurran y qué podemos hacer para revertirlas”.
Evocó Santos el 215º aniversario “de aquella revolución en la que comenzamos a soñar con ser una Patria verdadera. Mayo es el mes en el que fue creada nuestra canción patria, la que entonamos miles de veces y parece que siempre nos emociona un poco más”. También, “el mes de nuestra escarapela. Ese símbolo tan sencillo y la vez tan importante, porque nos distingue. Representa los valores de aquellos pueblos unidos del sur: la libertad, la igualdad y la dignidad”.
“En nuestras colaciones, como la de hoy, juramos por la justicia y por la igualdad, es decir, por la justicia social. Juramos por los valores democráticos, por la Constitución Nacional y por los Derechos Humanos, por defender la Educación Pública y garantizar una ciudadanía plena”, detalló.
Hacia el final, el decano consideró que “vivimos tiempos muy difíciles. Pero las y los invito, con humildad, a que no nos venzan la resignación ni la indiferencia. A que sigamos el ejemplo de nuestras madres y de nuestros padres fundadores. A que la libertad, la igualdad y la dignidad estén presentes en cada acto de nuestras vidas, adonde sea que nuestras vidas nos lleven”.
Dirección de Prensa y Difusión UNRC